冫último

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꒰ 〄 ꒱

—¡Hyung, por aquí! —exclamó el pequeño Yoongi mientras perseguía una ranita que huía de los dos niños.

—¡No dejes que escape, Yoongi! —gritó Taehyung, quien corría detrás del más pálido.

Los dos niños intentaban atrapar una pequeña rana con la que casualmente cruzaron caminos mientras jugaban y corrían en la plaza de la ciudad.

Era una tarde fresca, estaban en pleno apogeo primaveral. Las hojas de los árboles pintaban un verde brillante, en los jardines las flores crecían y los pequeños animales e insectos hacían presencia tras haber culminado su letargo.

Uno de esos era la ranita que Taehyung y Yoongi se empeñaban en atrapar, persiguiéndola sin algún rastro de cansancio o fatiga.

En un intento desesperado de supervivencia, la rana tomó rumbo hacia el pasto de las orillas del pequeño río que se ahí se hallaba, saltando hacia el agua. Yoongi quien se encontraba más cerca que nunca no se quedó atrás y saltó detrás de ella, cayendo directamente al río de poco menos de un metro de profundidad.

El agua del río era cristalina, por lo que comenzó a buscar a la rana temiendo que la pobre se ahogara. Al no verla a simple vista se sumergió y pudo ver a la ranita nadando, se agachó de nuevo para poder tomarla entre sus pequeñas manos. Cuando logró agarrarla, salió a la superficie mientras respiraba exageradamente.

—¡Hyung, la encontré! —gritó Yoongi desde el río.

—¡Allá voy! —en eso, Taehyung saltó al agua, salpicando a Yoongi y haciendo que este soltara a la rana por el susto.

Ambos niños se miraron, riendo. Comenzaron a jugar en el agua, chapoteando y persiguiéndose entre sí. Compitiendo para ver quien de los dos aguantaba más tiempo bajo el agua. Todo hasta que Yoongi recordó a la ranita.

Hyung, la ranita se escapó —dijo Yoongi haciendo un puchero. Se había olvidado de la rana por completo.

—Tranquilo, Yoongi. Mañana buscaremos otra —contestó Taehyung con una sonrisa.

—¡Song Taehyung y Min Yoongi!, ¡salgan inmediatamente del agua! —gritó la madre del mayor furiosa.

Los dos niños salieron lo más rápido que pudieron, para luego ser regañados y secados por sus madres. Luego de eso se despidieron con un abrazo, ambos habían sido castigados y debían irse a sus casas antes de que anocheciera.

Pero había valido la pena.

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Dos hombres caminaban de la mano mientras recorrían un cementerio en algún pueblo de Daegu. Ya estaba atardeciendo y hacía mucho frío, las nubes eran tan espesas que ni siquiera un rayito de sol podía atravesarlas.

Se detuvieron frente a una lápida, aquella que tenía escrita "Song Taehyung" junto con su fecha de nacimiento y muerte. Al parecer los familiares del difunto Taehyung le habían dejado flores temprano, siendo la tumba del pequeño Song la que más se distinguía por los colores que le adornaban entre las centenares que habían.

𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 ᎒᎒ YoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora