༺❁༻ Capítulo 17༺❁༻

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Félix había decidido mudarse al departamento de Bridgette y le dejó a Leo usar su casa con una condición; Leo debía mudarse cuando el bebé de Bridgette y él naciera.

La vida de Félix y Bridgette era agradable. Pasó su fin de semana con ella, limpiando el departamento y arreglando sus cosas. Ahora, compartían el closet, librero, escritorio, todas las habitaciones, e incluso el fridge.

Fueron de compras el domingo para buscar cosas de parejas, tales como cepillos dentales, esponjas, toallas, pantuflas, pañuelos e incluso delantales –Todo era por gusto de Bridgette y Félix no se negaba a sus ojos azules-. Ya eran como una pareja de casados, y bueno, ellos lo eran.

Félix obtuvo una nueva posición en su compañía. Era una más baja, pero estaba satisfecho en tanto tuviera más tiempo para Bridgette.

El dinero ya no era lo más importante para él. Lo más importante para él, era Bridgette. Iban juntos a trabajar y Félix siempre la llevaba a comer al Sunrise Café o a donde ella quisiera. Al final de día, pasaba por la menor para regresar juntos a casa.

Al principio, la aparición de Félix en la compañía de Bridgette causó una conmoción. De cualquier forma, Félix era como uno más de los trabajadores de ese lugar. Estaba acostumbrándose a un nuevo ambiente e incluso estaba siendo el esposo perfecto.

Bridgette estaba feliz de que Félix la tratara así. Se sentía más especial para él. La llenaba de amor cada día, cada minuto y en cada oportunidad. Se enamoraba más y más de aquel rubio de mirada fría color azul grisácea.

¿Se preguntó si habría un límite para amar a alguien? Nunca antes había experimentado esto, así que Bridgette estaba tan agradecida de amar y ser amada por Félix.

Tal vez, esa era la razón por la que estaba en el mundo. Había nacido para conocer, amar y estar con Félix Agreste. Estaba bien aun cuando no tenían todo en este mundo. Se tenía el uno al otro y eso era más que suficiente.

Apreciaban su tiempo juntos. Pasaban cada día con amor, risas y demás. A veces peleaban, pero se reconciliaban rápidamente. La vida no siempre era fácil. Siempre era agridulce. Era por eso que cada cosa sucedida tenía un significado. Aún estaban aprendiendo sobre el amor. Pero confiaban en poder enfrentar sus problemas juntos en el futuro. Su lazo se hizo fuerte. Estaban creando la vida que habían soñado. Una vida llena de amor y felicidad.

Trataban de dar lo mejor con sus vidas en casa. Compartían los quehaceres. Félix hacía la colada mientras que ella limpiaba. Bridgette preparaba el desayuno mientras que Félix se encargaba de la cena. El resto era hecho por Bridgette, ya que Félix no era una persona hogareña.

Bridgette amaba ver el durmiente rostro de Félix, el cual lucía más joven y tranquilo.

Jamás habría imaginado el poder ver a Félix así, si tomaba en cuenta su primera charla o su primer encuentro.

Sonrió. El amor les había llegado.

3 semanas después, Félix obtuvo 3 días libres. Pensó en darle una sorpresa a su preciosa esposa de ojos color mar.

Tal vez una cena a la luz de las velas sería una buena opción. Ahora, Félix sabía todo acerca de Bridgette. A la menor no le gustaba comer, así que Félix siempre preparaba algo que la hiciera babear. Últimamente, había tenido éxito en hacer que Bridgette subiera de peso. Aunque aún lucía delgada pero sus mejillas se veían más llenas.

En el trabajo, Bridgette sonrió feliz cuando recibió un mensaje de Félix.

Para: Mi ojos color mar.

De: Su guapo esposo.

Cariño, lo siento no podré recogerte hoy.

Para: El tipo viejo

Mariage (Feligette) (+18) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora