Cuando menos lo esperas (Draco Malfoy y tu)

Capítulo 16 - Mi familia

Entramos a la sala común de Slytherin y seguia sin decir una palabra, cualquier sonido que emitiera sabia que vendría acompañado de un llanto inevitable. Draco me sienta junto a el en uno de los sillones de piel que se encontraban junto a la ventana que daba al interior del lago negro y comienza a hablar muy por lo bajo.

-Mira se que tienes mil preguntas que hacer pero no es el momento, a la noche luego que todos se duerman hablaremos, tengo muchas cosas que decirte y algo muy importante para mi que necesito que sepas. - Al decir esto último pude notar que se sonrojó.

-Esta bien.- Solo llegue a decirle y me quede contemplando por la ventana que tampoco mostraba mucho ya que era pleno invierno y todas las criaturas se encontraban en lo mas profundo del lago.

Pasamos toda la tarde frente la chimenea haciendo tareas atrasadas y poniéndonos al día de cosas insignificantes, Draco me contaba que era parte de la Brigada Inquisitorial y cosas que realmente no me importaban, últimamente Hogwarts se estaba volviendo cada vez más insoportable. Solo queria desaparecer. A eso de las 20:00hs fuimos a cenar, realmente éramos muy pocos los que habían quedado y tal y como dijo Fred muchos Slytherins se habian quedado estas fiestas.
Cuando nos dieron el aviso de que teníamos que ir a la cama nos levantamos pero Draco tomo el camino hacia la torre de astronomía tratando de que nadie nos viera y al llegar se aseguro, casi como un desquiciado, que no hubiera nadie cerca.

- Como seguramente sepas ____, mi padre era parte del grupo que seguía al señor tenebroso y tambien seguro sabrás que ni yo le creo que estaba bajo la maldición imperius.- Dijo mirando las estrellas y pude notar con el brillo de las mismas sus ojos algo llorosos.

-Voldemort es su nombre Draco, llamalo como tal. - Dije sin dudarlo, yo no le temia a su nombre porque es lo que el queria que sucediera.

- Y acaso sabes... - continuo hablando haciendo caso omiso a mi comentario.- que tus padres, de hecho, tu padre también formaba parte de ese grupo? - al terminar la oración volteó a verme directo a los ojos.

No pude decir palabra alguna, estaba muy confundida. ¿Mis padres eran Mortifagos? Jamas en mi vida lo hubiera imaginado, pero a quien creerle. Fred me lo advirtió, Draco me lo acababa de confirmar, mi madre me lo habia negado toda mi vida. Solo me largué a llorar no podia hacer mas nada. Y respecto a los tiempos oscuros a que se referia Fred? Una guerra? Me tiré al piso y Draco me sujeto antes de poder tocarlo. Me abrazó y trato de calmarme aunque era imposible.
Al cabo de media hora al fin el rompio ese silencio que no era ni incómodo ni agradable.

-En serio no quería ser yo quién te lo dijiera pero no soporto verte mal por ese Weasley y esos sangre sucia inmundos.- dijo con asco.

-Tengo muchas preguntas pero más que nada me siento muy vacia. Ya ni se que esta bien y que esta mal. También me dijiste que habia algo muy importante que tenia que saber, ¿qué era? -Lo mire intrigada, ya no habia nada que pudiera sorprenderme.

-No eh...- Se habia puesto muy nervioso, cosa rara en el.- no era nada.

-No confias en mi?.- Le dije algo molesta ya estaba cansada de los secretos.

-Es que creo que no es momento, te prometo que en noche buena te lo contaré.- Acto seguido se incorpora y extiende su mano para levantarme.

Ya era muy tarde, llegamos a la sala comun y me da un abrazo antes de dirigirse hacia las habitaciones de los chicos y yo hacia la de las chicas, nos vemos mañana dijimos ambos y ahi habia terminado el día.
Al acostarme solo podía pensar en una cosa: que pasaría conmigo. Estaba devastada, tenia una mezcla de sentimientos indescriptibles pero principalmente confusión, quien era bueno quien era malo. Entre vuelta y vuelta me dormi y desperté a la mañana siguiente. Era domingo .

Ese día paso bastante rápido, hice tareas ya que se acercaban los T.I.M.O.s y necesitaba estudiar, mi sueño hasta hacia un día era terminar el colegio y trabajar en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional así tal como mi padre, que hasta hace un día, también, no era un mortifago.
Mañana era 24 de diciembre de 1995, sinceramente este año no sentía ese espíritu de festejo en mi, se que hay problemas mayores pero algo que aprendí es a nunca minimizar como se siente uno por el resto de cosas que suceden, yo estaba mal e iba a pasar las fiestas prácticamente sola masticando la peor noticia que podrían haberme dicho y para colmo todavía había algo que Malfoy no me había contado y esa duda me atormentaba.