𝘓𝘰𝘰𝘬𝘪𝘯𝘨 𝘣𝘢𝘤𝘬 𝘢𝘵 𝘶𝘴 | Klaroline one shots

06. | a taste of the divine²

n/a: El título lo explica por si solo lol. Muchas gracias a quienes pidieron esta segunda parte, no se hacen una idea de cuanto disfruté la primera y estaba muy emocionada por hacerle una continuación, así que gracias por darme una excusa para hacerla.

Sin más, espero que disfruten, si es así, no olviden votar y comentar, estoy ansiosa por saber lo qué opinan.

Advertencia: Smut [escenas explícitas]

A taste of the divine ²

La flamante luz del sol se hizo paso por el arco de la ventana. Caroline se movió sobre las sabanas y sus párpados se agitaron antes de que abriera los ojos con cuidado, suspirando se estiró sobre las suaves almohadas nuevamente, disfrutando de la sensación de los duros rayos calentándola, complacida por esa calidez que constantemente la nutria. Era innegable que, en ese momento con la luz del sol sobre su piel, él la estaba sintiendo, tocando y consumiendo cada parte para forjar un lugar permanente allí, un lugar que por supuesto, ya poseía.

Cuando estuvo un poco más consciente de su alrededor notó el hormigueo en su cuerpo y se mordió el labio, pensando en que no importaba cuantas veces experimentara el sentimiento, nunca parecía acostumbrarse a la intensidad de su calor.

No había pasado mucho tiempo desde que la marcó en su cumpleaños cuando experimentó tal sensación, era algo completamente diferente que no había sentido antes, como si necesitara de algo que no podía explicar, algo que le hacía doler en lo más profundo. Un anhelo tan poderoso que todo lo demás se atenuaba en comparación.

Y ese anhelo era por él.

Klaus se había labrado en su cuerpo, sembrando partes de sí en ella que le permitían sentirla en todo momento. Caroline era suya de todas las formas posibles, y siempre parecía querer recordárselo, apareciendo incluso en los momentos menos esperados con el fin de reclamar su cuerpo, haciéndola pedir a gritos por el gran placer que le proporcionaba.

Nunca parecía tener suficiente de ella, y Caroline ciertamente lo disfrutaba. Después de todo, estaban conectados, y su relación iba más allá de la simpleza mortal.