Capítulo~4 - Las cenizas

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Ya es un nuevo día, ya me levanté y fui a la sala principal a desayunar algo, claro que no hay lo que habia todos los dias, esto es tan solo un tazón de cereal con yogurt. Extraño las tostadas con manteca, la mermelada y todos los lujos que me daba. Los panqueques con jarabe, la crema batida, las frutas frescas de estación. Todo eso no existia en este lugar, solo un simple tazón de cereal. Claro que no tengo de que quejarme, apenas si sobreviví a los atentados, no me voy a poner con exclusividades cuando tengo algo para desayunar en mi mesa y a mi madre a salvo sentada a un lado. Ella también tenia su cereal.

-¿Como amaneciste?-Preguntó ella-

-Bien... Eso, creo.. -Dije dudoso-

-¿Eso crees? Pues yo te veo bien, come tu cereal que se está calentando.

-Claro...

Terminé el desayuno y automaticamente me dirigí a la puerta del búnker, quería salir de allí de una vez por todas.

-Alto ahí jovencito! -oí a lo lejos- ¿A donde crees que vas?

-Ya quiero salír de aquí!

-Pues debes esperar, yo iré contigo, no dejare que salgas allí solo. No sabes lo que te puedes encontrar. Es peligroso.

Quería decir de todo tipo de excusas pero no podia luchar contra la palabra de ella. Regresé unos pasos para encontrarme con mi madre que ya estaba preparada para salir.

-Ok, adelante!-Dijo ella-

Tomé la manija de la puerta metálica y comenze a girarla. Hacía un ruido extraño metálico. Finalmente logre girarla por completo y junto con la ayuda de mi madre empujamos los dos para llegar a abrir la puerta un poco, lo suficiente como para poder salir los dos. Comenzamos a subir las escaleras. Llegamos a la segunda puerta, mi madre colocó el codigo de seguridad y se abrió sola de lado a lado. ¿Qué habia del otro lado? No querrian saberlo. Horror.

El humo gris comenzó a moverse por el aire, cambiando de un ambiente limpio a uno con olor a quemado. Las cenizas volaban por la habitación. O... lo que quedaba de ella. En verdad ya no habia techo y las paredes estaban destrozadas, quemadas y muchas aun con el fuego ardiendo.

-AhhH!-Grité- Pero qué sucedió aqui?

Mi madre comenzó a llorar a mi lado. Posó su cabeza en mi hombro y mientras lloraba podia sentir sus lagrimas callendo en mi espalda. Realmente era una situación triste. Jamas hubiera imaginado que esto fuera lo que habia quedado de mi hogar, mi casa, donde me crié.

Los recuerdos invadieron mi cabeza, a ellos le siguieron los sentimientos y la tristeza. Todo era un desastre, no quedaba nada. Absolutamente nada. Ni de nuestro hogar tanto como de las casas de mi vecindario. Me volteé y cerré la puerta metálica asegurándola para que nadie entre. Si es que había quedado alguien.

Comencé a caminar entre las cenizas, mis pies se enterraban entre los escombros. Mi madre me seguia a medida que caminábamos intentando salir del terreno hacia la calle, la destruida calle. Parte del asfalto se derritió por el calor generado por el fuego de los escombros. Caminamos por la calle hacia la avenida principal.

-¿Ahora qué? -Dije-

-Bueno, tal vez debamos buscar sobrevivientes.-Dijo mi madre-

-Si, tienes razón. Quizás deberiamos averiguar hasta donde se extendió este caos.

-Ok, es de mañana-Decia ella mientras se secaba las lagrimas- Tenemos todo el día para investigar. Pero por lo pronto seamos cuidadosos.

-Entonces -Suspiré- Adelante.

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora