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Los dos días siguientes pasaron sin grandes incidentes, a menos que se
cuente como tal el que Neville dejara que se fundiera su sexto caldero en clase de Pociones. El profesor Snape, que durante el verano parecía haber
acumulado rencor en cantidades nunca antes conocidas, castigó a Neville aquedarse después de clase. Al final del castigo, Neville sufría un colapso nervioso, porque el profesor Snape lo había obligado a destripar un barril de sapos cornudos.

Los de cuarto curso de Gryffindor tenían tantas ganas de asistir a la
primera clase de Moody que el jueves, después de comer, llegaron muy
temprano e hicieron cola a la puerta del aula cuando la campana aún no había sonado. Las únicas que faltaban era Sakura y Hermione, que llegaron puntual. Hermione se disculpo con los chicos porque estaba en la biblioteca, y Sakura no dijo nada ya que no tenia el porque de dar explicaciones.

Entraron todos, buscando los mejores asientos, la pelirosa no tenía muchas ganas de imaginarse que clases de cosas enseñaría un profesor que trataba a los estudiantes como lo había hecho con Draco, y de nuevo le vino esa puntada horrible atrás de la nuca, su chakra era conocido pero no podía recordar de donde. Saco su libro como todos los demás.

"Ya pueden guardar los libros" gruñó, caminando ruidosamente hacia la
mesa y sentándose tras ella "No los necesitaréis para nada" Volvieron a meter los libros en las mochilas Sakura sin mucha emoción. Ron estaba emocionado. Moody sacó una lista, sacudió la cabeza para apartarse la larga mata de pelo gris del rostro, desfigurado y lleno de cicatrices, y comenzó a pronunciar los nombres, recorriendo la lista con su ojo normal mientras el ojo mágico giraba para fijarse en cada estudiante conforme respondía a su nombre. "Bien" dijo cuando el último de la lista hubo contestado presente "He recibido carta del profesor Lupin a propósito de esta clase. Parece que ya sois bastante diestros en enfrentamientos con criaturas tenebrosas. Habéis estudiado los boggarts, los gorros rojos, los hinkypunks, los grindylows, los kappas y los hombres lobo, ¿no es eso?" Hubo un murmullo general de asentimiento "Pero están atrasados, muy atrasados, en lo que se refiere a enfrentaros maldiciones. Así que he venido para prepararos contra lo que unos magos pueden hacerles a otros. Dispongo de un curso para enseñaros a tratar con las mal..."

"¿Por qué, no se va a quedar más?" dejó escapar Ron. El ojo mágico de Moody giró para mirarlo. Ron se asustó, pero al cabo de un rato Moody sonrió. Era la primera vez que Harry lo veía sonreír. El resultado de aquel gesto fue que su rostro pareció aún más desfigurado y lleno de cicatrices que nunca, pero era un alivio saber que en ocasiones podía adoptar una expresión tan amistosa como la sonrisa. Ron se tranquilizó.

"Supongo que tú eres hijo de Arthur Weasley, ¿no? ....Hace unos días tu padre me sacó de un buen aprieto... Sí, sólo me quedaré este curso. Es un favor que le hago a Dumbledore un curso y me vuelvo a mi retiro" Soltó una risa estridente, y luego dio una palmada con sus nudosas manos "Así que... vamos a ello. Maldiciones. Varían mucho en forma y en gravedad. Según el Ministerio de Magia, yo debería enseñaros las contramaldiciones y dejarlo en eso. No tendrían que aprender cómo son las maldiciones prohibidas hasta que estén en sexto. Se supone que hasta entonces no sean lo bastante mayores para tratar el tema. Pero el profesor Dumbledore tiene mejor opinión de ustedes y piensa que podran resistirlo, y yo creo que, cuanto antes sepan a qué se enfrenten, mejor. ¿Cómo podran defenderos de algo que no han visto nunca? Un mago que esté a punto deecharos una maldición prohibida no va a avisaros antes. No es probable que se comporte de forma caballerosa. Tienen que estar preparados. Tienen que estar alerta y vigilantes...Así que... ¿alguno  sabe cuáles son las maldiciones más castigadas por la ley mágica?" Varias manos se levantaron, incluyendo la de Ron y la de Hermione y Sakura, Moody señaló a Ron.

"Eh... mi padre me ha hablado de una. Se llama maldición imperius, o algo parecido."

"Así es. Tu padre la conoce bien. En otro tiempo la maldición imperius le dio al Ministerio muchos problemas"
Moody se levantó con cierta dificultad sobre sus disparejos pies abrió el
cajón de la mesa y sacó de él un tarro de cristal. Dentro correteaban tres
arañas grandes y negras. Harry notó que Ron, a su lado, se echaba un poco por su fobia a las arañas, Sakura miraba todo concentrada y asqueada al mismo tiempo. Moody metió la mano en el tarro, cogió una de las arañas y se la puso sobre la palma para que todos la pudieran ver. Luego apuntó hacia ella la varita mágica y murmuró entre dientes

Imperio!"

La araña se descolgó de la mano de Moody por un fino y sedoso hilo, y empezó a balancearse de atrás adelante como si estuviera en un trapecio; luego estiró las patas hasta ponerlas rectas y rígidas, y, de un salto, se soltó del hilo y cayó sobre la mesa, donde empezó a girar en círculos. Moody volvió a apuntarle con la varita, y la araña se levantó sobre dos de las patas traseras
y se puso a bailar lo que sin lugar a duda era claqué.Todos se reían. Todos menos Moody y Sakura que definitivamente no le gustaba para nada lo que veía, para una ninja como ella saber esa maldición era malo, y sabia que era peor que el jutsus de Transferencia de mentes de Ino "Les parece divertido, ¿verdad? ¿les gustaría que se lo hicieran a ustedes?" La risa dio fin casi al instante. "Esto supone el control total" mientras la araña se hacía una bola y empezaba a rodar "Yo podría hacerla saltar por la ventana, ahogarse, colarse por la garganta de cualquiera de ustedes..."
Ron se estremeció. "Hace años, muchos magos y brujas fueron controlados por medio de la maldición imperius" explicó. Harry comprendió que se refería a los tiempos en que Voldemort había sido todopoderoso "Le dio bastante que hacer al Ministerio, que tenía que averiguar quién actuaba por voluntad propia y quién, obligado por la maldición. Podemos combatir la maldición imperius, y yo les enseñaré cómo, pero se necesita mucha fuerza de carácter, y no todo el mundo la tiene. Lo mejor, si se puede, es evitar caer víctima de ella. ¡ALERTA PERMANENTE!" bramó, y todos se sobresaltaron. Moody cogió la araña trapecista y la volvió a meter en el tarro."¿Alguien conoce alguna más? ¿Otra maldición prohibida?"
Hermione volvió a levantar la mano y también, con cierta sorpresa para
Harry, lo hizo Neville. La única clase en la que alguna vez Neville levantaba la mano era Herbología, su favorita. El mismo parecía sorprendido de su atrevimiento.

"¿Sí?"girando su ojo mágico para dirigirlo a Neville.

"Hay una... la maldición cruciatus" dijo éste con voz muy leve pero clara.

Moody miró a Neville fijamente, aquella vez con los dos ojos. "¿Tú te llamas Longbottom?" preguntó, bajando rápidamente el ojo mágico para consultar la lista. Neville asintió nerviosamente con la cabeza, pero Moody no hizo más preguntas. Se volvió a la clase en general y alcanzó el tarro para coger la siguiente araña y ponerla sobre la mesa, donde permaneció quieta, aparentemente demasiado asustada para moverse."La maldición cruciatus precisa una araña un poco más grande para que podáis apreciarla bien" explicó Moody, que apuntó con la varita mágica a la araña.

Engorgio!"

La araña creció hasta hacerse más grande que una tarántula.
Abandonando todo disimulo, Ron apartó su silla para atrás, lo más lejos posible de la mesa del profesor.
Moody levantó otra vez la varita, señaló de nuevo a la araña y murmuró

Crucio!"

De repente, la araña encogió las patas sobre el cuerpo. Rodó y se retorció
cuanto pudo, balanceándose de un lado a otro. No profirió ningún sonido, pero era evidente que, de haber podido hacerlo, habría gritado. Moody no apartó la varita, y la araña comenzó a estremecerse y a sacudirse más violentamente.

Pare!" dijo Hermione con voz estridente. Sakura y harry  la miraron. Ella no se fijaba en la araña sino en Neville, ambos siguiendo la dirección de los ojos de su amiga, vieron que las manos de Neville se
aferraban al pupitre. Tenía los nudillos blancos y los ojos desorbitados de horror. Moody levantó la varita. La araña relajó las patas pero siguió retorciéndose.

"Reducio" murmuró Moody, y la araña se encogió hasta recuperar su
tamaño habitual. Volvió a meterla en el tarro "Dolor" dijo con voz suave
"No se necesitan cuchillos ni carbones encendidos para torturar a alguien si uno sabe llevar a cabo la maldición cruciatus... También esta maldición fue muy popular en otro tiempo. Bueno, ¿alguien conoce alguna otra?"
Sakura miró a su alrededor. A juzgar por la expresión de sus compañeros,
parecía que todos se preguntaban qué le iba a suceder a la última araña. La
mano de Hermione tem bló un poco cuando se alzó por tercera vez.
"¿Sí?"

"Avada Kedavra" susurró ella.

Ah!" exclamó Moody, y la boca torcida se contorsionó en otra ligera
sonrisa "Sí, la última y la peor. Avada Kedavra: la maldición asesina"
Metió la mano en el tarro de cristal, y, como si supiera lo que le esperaba,
la tercera araña echó a correr despavorida por el fondo del tarro, tratando de escapar a los dedos de Moody, pero él la atrapó y la puso sobre la mesa. La araña correteó por la superficie. Moody levantó la varita, y, previendo lo que iba a ocurrir, Harry sintió un repentino estremecimiento. "¡Avada Kedavra!".

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