Magic School☆

63🧙‍♀️

Sakura se dio paso hasta llegar con sus compañeros.

—Shika, Neji... Luna, como has estado?— ella le sonrió

—he estado bien, quieres hablar en privado con ellos, no es así?

—Te molestaría?

—Para nada, yo iré a otro lugar, hasta luego.— ellos la despidieron y Sakura se sentó en el lugar que había dejado luna vacío.

—Creen que es momento de desaparecer los clones?"

—Será mejor esperar unos momentos más.

—Coincido con Shikamaru, puede que si tengas razón, tarden más en descubrir algo.

—Y si no tengo razón, se complicará todo, estamos al final del año escolar, no pude describir quien fue el responsable de todos los "accidentes" me siento completamente inútil.

—No lo eres, de no ser él, las cosas se resolverán, no te desanimes, que diría Naruto?

— Sere Hokage, dattebayo? — los tres se rieron, shikamaru se calmó y nego con la cabeza.

—Además de eso, te diría que no te rindas, porque eres alguien inteligente y fuerte.

—Gracias Shika— los únicos dos competidores que aún quedaban dentro del laberinto eran Cedric y Harry.

En el laberinto.

Cedric estaba a muy poca distancia de la Copa de los tres magos, que
brillaba tras él.

—Agarrala —le dijo Harry sin aliento—. Vamos, agárrala. Ya has llegado. —Pero Cedric no se movió. Se quedó allí, mirando a Harry. Luego se volvió  para observarla. Harry vio la expresión de anhelo en su rostro, iluminado por el resplandor dorado de la Copa. Cedric volvió a mirar a Harry, que se agarraba ahora al seto para sostenerse en pie.

Cedric respiró hondo y dijo:
—Tómala tú. Tú mereces ganar: me has salvado la vida dos veces.

—No es así el Torneo —replicó Harry.Estaba irritado: la pierna le dolía muchísimo, y tenía todo el cuerpomagullado por sus forcejeos con la araña; pero, después de todos susesfuerzos, Cedric había llegado antes, igual que había llegado antes a pedirle a Cho que fuera su pareja de baile.
—El primero que llega a la Copa gana. Y el primero has sido tú. Te lo estoy
diciendo: yo no puedo ganar ninguna competición con esta pierna. —
Cedric se acercó un poco más a la araña desmayada, alejándose de la
Copa y negando con la cabeza.

—No —dijo.

—¡Deja de hacer alardes de nobleza! —exclamó Harry irritado—. No tienes más que sujetarla, y podremos salir de aquí.—Cedric observó cómo se agarraba al seto para mantenerse en pie.

—Tú me dijiste lo de los dragones —recordó Cedric—. Yo habría caído en la primera prueba si no me lo hubieras dicho.

—A mí también me lo dijeron —espetó Harry, tratando de limpiarse con la túnica la sangre de la pierna—. Y luego tú me ayudaste con el huevo: estamos en paz.

—También a mí me ayudaron con el huevo.

—Seguimos estando en paz —repuso Harry, probando con cautela la
pierna, que tembló violentamente al apoyar el peso sobre ella. Se había torcidoel tobillo cuando la araña lo había dejado caer.

—Te merecías más puntos en la segunda prueba —dijo Cedric tercamente—. Te rezagaste porque querías salvar a todos los rehenes. Es lo que tendría que haber hecho yo.