Capítulo 2

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La luz del amanecer entra por mi balcón mientras Diamante me mira con una gran sonrisa a la que correspondo, satisfecha por todo el placer que me hizo sentir hace unos momentos.

Extendí mi brazo hacia su pecho, trazando líneas invisibles con mis dedos sobre su pecho, mientras nos embarga un cómodo silencio y pienso en cómo he disfrutado pasando el tiempo con Diamante. 

Han pasado varios días desde que él ingreso a mi élite y desde entonces, cada noche nos hemos conocido mejor en todos los ámbitos. Jamás imagine que me gustaría tanto tener sexo lento, y menos que pasaría tantos días seguidos con el mismo hombre en mi lecho; supongo que es por la novedad de un nuevo integrante en la élite y más que he estado muy acostumbrada a mis actividades sexuales con Yaten, Taiki y Seiya.

Un par de golpes en la puerta de mi habitación rompieron el silencio en el que nos encontrábamos Diamante y yo.

-¡Buenos días, Princesa Serena! -exclamó Sailor Mercury al otro lado de la puerta.

-No deja de sorprenderme lo puntual que ella es siempre cada mañana -menciono Diamante con un dejo de sorpresa.

-No hagas ruido -le pedí en voz baja-. Si no oye ruidos, quizás nos deje solos unos minutos más.

-¿Pero no tiene muchas cosas que hacer hoy?

-Siempre tengo muchas cosas que hacer. Pero aún no quiero que te vayas.

Lo besé, perdiéndome en las sensaciones de su boca mientras sus manos no dejan de recorrer mi cuerpo con delicadeza. Y Sailor Mercury sigue llamando a mi puerta incesantemente.

-¡Princesa Serena, sé que está despierta! ¡Tiene una agenda muy ocupada hoy!

Me separé de Diamante dando un suspiro exasperado. Sailor Mercury es capaz de romper mi puerta con tal de que cumpla con los deberes del día.

-Me temo que tendremos que continuar con esto después, Diamante.

-Descuide, lo entiendo, Su Alteza.

Ambos salimos de la cama, él se empezó a vestir con las prendas que traía anoche y yo me puse una bata de seda color rosa mientras escuchábamos como Sailor Mercury seguía llamando a la puerta.

-Diamante, me gustaría verte después de tu sesión de entrenamiento. Espérame en los jardines del ala sur del palacio, frente a la fuente de Poseidón -le pedí extendiendo mi mano hacia él, la tomó y besó el dorso de la misma.

-Como ordene, Princesa Serena -dijo él haciendo una reverencia-. Hasta más tarde, Su Alteza.

Diamante se dirigió la puerta de mi habitación, al abrirla se encontró con Sailor Mercury y Molly, mi doncella. Las saludó y finalmente se retiró mientras ellas finalmente entraban.

-¡Buenos días, Sailor Mercury! ¡Buenos días, Molly!

Ellas correspondieron a mi saludo con una reverencia. Como de costumbre, Molly fue al cuarto de baño para preparar mi tina y extendí mi brazo a Sailor Mercury hacia la salita para que ambas nos sentáramos.

-Bien, Mercury ¿Cuál es mi agenda del día de hoy a la que no puedo llegar tarde?

Sailor Mercury abrió la pequeña agenda que llevaba en sus manos. -Después del desayuno debe acompañar a la Reina durante la audiencia para escuchar las peticiones del pueblo, y al terminar tiene una reunión con los arquitectos encargados del nuevo hospital. Más tarde, tiene programada una visita a la escuela de artes acompañada de su élite, así como asistir con ellos a la opera que se presenta en el teatro de la ciudad está noche.

La Élite De La PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora