Capítulo 4

52 4 0
                                    

Tan pronto como el carruaje se detuvo, baje rápidamente y corrí hacia el pabellón médico. Cada paso me parecía interminable para llegar ahí. El trayecto a Palacio me pareció eterno, Sailor Uranus no había querido explicarme que fue lo que le había sucedido a Diamante. Simplemente dijo que había recibido instrucciones de avisarme del accidente y llevarme de regreso al Palacio.

Cuando llegue al pabellón médico, me encontré a Seiya, Yaten y Taiki junto a Sailor Mars y Sailor Júpiter, con la preocupación grabada en sus rostros.

–¿Dónde está Lord Diamante? –pregunte alterada.

Todos voltearon sorprendidos al escucharme, ya que no se habían percatado de mi presencia. De inmediato todos se inclinaron haciendo una reverencia.

–¡No quiero reverencias! –grite exaltada–. ¡Alguien dígame en donde está Diamante!

–Lo está atendiendo el médico –explicó Sailor Júpiter con calma–. Aún no tenemos noticias de cómo se encuentra Lord Diamante. El médico dijo que saldría a informarnos en cuanto fuera posible.

–Avísale al médico que estoy aquí, Júpiter. Dile que deseo ver a Lord Diamante lo antes posible.

Sailor Júpiter asintió ante mi orden y se retiró hacia el fondo del pabellón, al área de emergencias médicas.

Voltee a ver a Mars, Yaten, Taiki y Seiya.

–¿Quién me puede explicar que fue lo que sucedio?

Nadie respondió. El silencio que nos rodeó me empezó a parecer aterrador mientras analizaba sus rostros. Mars me miró con seriedad, como si estuviera pensando cuidadosamente las palabras que me diría. Taiki y Seiya mantenían las miradas bajas, con la preocupación y la tristeza extendiéndose en ellos. Y Yaten, él se veía peor que todos ellos, apartado de los demás, el rostro agachado y con algo más que preocupación en su cara, algo parecido a la culpa...

–¿Qué hiciste, Yaten?

Yaten volteo a verme totalmente afligido, sin darme una respuesta. Acorte la distancia que nos separaba hasta quedar frente a él.

–¡Habla, Yaten! ¡Dime que fue lo que paso!

–¡Perdóneme, Princesa! –suplicó él con desesperación–. ¡Le juró que fue un accidente!

–¿Qué cosa? ¡Habla ya! –grite con ansiedad. Necesito que me diga que sucedió.

–Herí a Diamante.

–¡Y todo por tus malditos celos! –grite furiosa–. ¿Por qué lo hiciste?

–¡Le juro por la Diosa que fue un accidente!¡Por favor, créame! –rogó Yaten con ansiedad.

–¿Y cómo puedo creerte después de lo que sucedió anoche? Por lo que hiciste puedo hacer que te encarcelen y seas condenado a muerte.

–¡Piedad, Princesa Serena, por favor! –pidió él arrodillándose frente a mí–. ¡Por la Diosa! Sabe que jamás le he mentido. Créame, fue un accidente. Taiki y Seiya se lo pueden decir, ellos estaban allí. Diamante tropezó y lo herí accidentalmente.

–Dice la verdad, Su Alteza –intervino Taiki–. Estábamos entrenando como todas las mañanas, Yaten y Diamante estaban practicando esgrima. Ambos llevaron la sesión al límite, como si se tratara de una batalla real... Pero Diamante tropezó al intentar dar un salto para defenderse y por accidente Yaten lo hirió con su espada.

–¡No fue mi intensión que esto pasara, Princesa! –suplicó Yaten–. ¡Créame, por favor!

Me sentía aturdida ante lo que acababa de escuchar. ¿Cómo fue que mi vida se puso de cabeza en tan poco tiempo? No sé ni siquiera que voy a hacer. Lo único que me importa es ver a Diamante y que los médicos me aseguren que podrán salvarlo.

La Élite De La PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora