Luz Noceda, era una joven humana de cabello corto y unos hermoso ojos color café, había llegado a las Islas Hirvientes persiguiendo un pequeño búho que había tomado su preciado libro sobre la bruja buena Azura, pues bien de ahí la historia se cuenta sola.
Ya habían pasado algunos meses, donde la joven humana vivía ahora en las Islas Hivientes, incluso ya había comenzado a estudiar en la escuela para brujos llamada Hexide, estudiaba allí junto a sus mejores amigos Willow y Gus.
La joven humana daba todo de si para tener buenas notas, pero aunque se esforzará sus notas no eran como imaginaba, es en atendible, es decir, quien sacaría buenas notas en un lugar donde todo lo que conoces, no coincide para nada con ese mundo, matemáticas distintas, historia distinta, todo era distinto y confuso para la joven humana pero eso no la iba a detener.
Al ver las notas de la chica el director bummp, le había dicho que tendría una tutora, para que pudiese mejorar las notas, de lo contrario, no podría llegar a la graduación, Luz aceptó de inmediato, quedando así que se encontraría en la biblioteca con su tutora al salir de la escuela.
Luz salió felizmente, de la oficina del director, y decidió contarle a sus mejores amigos, Willow y Gus, todo iba bien hasta que la pregunta se hizo presente.
—¿Y quién es tu tutora?
Preguntó la bruja del aquerrale de las plantas.
Luz abrió los ojos, si, no sabía quien iba a ser su tutora, ¿y si quién sería su tutora la odiaba?, sería un caos, pero no se podía dar el lujo de no asistir y perder, le había costado demasiado llegar hasta donde se encontraba.—No.. Lo sabes verdad
Dijo Willow y la humana asintió, luego los tres comenzaron a reír, vaya que la humana era demasiado despistada, lo que avances le hacia preguntarse a Gus, ¿Si todos los humanos eran igual de despistados? O simplemente era Luz, era una duda que siempre tenía en su cabeza.
Y el resto del día, las clases continuaron como de costumbre, hasta que sonó la campaña y todos sus cosas para irse a casa, Lux se despidió de Gus y Willow en la entrada de la escuela, para luego marcharse a la biblioteca, se encontraba muy emocionada aunque también nerviosa.
Mientras caminaba, fácilmente se distraía con su entorno, habían cosas extrañas que a pesar de llevar un tiempo en las Islas Hirvientes no le dejaban de sorprender las cosas que podía encontrar.
Y con tantas distracciones, se le había hecho algo tarde, pero al fin llego a la biblioteca, soltó un pequeño suspiro y entró.
Al entrar el sitio se encontraba algo vacío, bueno, ¿quién querría estar en una biblioteca?, además no era aún tiempo de exámenes para que los alumnos estuvieran ahí estudiando, comenzó a caminar por los pasillos de la inmensa biblioteca, ya que según el director su nueva "tutora" se encontraría en un lugar especifico dentro de la biblioteca.
Caminaba por uno y otro pasillo, hasta que llegó y al ver quien sería su tutora se quedó helada.
—Llegas tarde...
Dijo una voz femenina en un tono frío.
—Y-yo lo siento
Respondió la humana colocando su mano detrás de su nuca.
La humana quería desaparecer en ese instante, su tutora era nada menos que Amity Blight, una joven bruja de cabello color menta, y unos hermosos ojos dorados.
Ya había tenido uno que otro encuentro con la bruja, pero no habían sido nada agradables.
Según la misma bruja, la humana solo servía para humillarla y hacerla quedar mal frente a todos.
Y en su primer día como su tutora había llegado tarde, vaya primer impresión.
Aunque... Pensándolo detenidamente no era del todo malo ¿no?, es decir, pasarían tiempo juntas y eso quería decir que podrían volverse amigas.
¡Si! Era la oportunidad que estaba buscando la humana para acercarse a la bruja, sin temor de que esta le arrancara la cabeza.
—¿Que haces ahí parada? Toma asiento
Dijo la bruja y la humana obedeció.
—No me imagine, que le tendría que dar clases al abominable de Willow
Dijo la bruja, mientras la humana sólo se limitó a reír levemente.
—¿Y cuál es la asignatura que se te dificulta?
Preguntó la bruja.
—Historia... Su historia es... Interesante
Respondió la humana, mientras movía sus piernas de adelante hacia atrás con algo de nerviosismo.
—Entonces... Comenzaremos con esa asignatura, espero que no sea un problema
Dijo la bruja, con un tono frío, mientras que la humana asintió, comenzando a sacar su cuaderno y su lapicero para comenzar a escribir las cosas le te resultaran interesante o importante.
Y así había comenzado la primer clase, aunque la humana no dio una buena impresión, todo iba bien o al menos por el momento.