୨♡୧ Parte II ୨♡୧

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Bridgette gimió, deslizando sus dedos debajo de los bóxers de Félix acariciando su trasero. Se inclinó un poco lamiendo su pecho. Se rió ligeramente cuando Félix retrocedió un poco ante la repentina sensación. Bridgette lo hizo otra vez, trazando círculos con su lengua haciendo gemir a Félix mientras enredaba sus dedos en los cabellos de Bridgette, desordenándolos. Eventualmente, mordió su piel provocando que Félix gimiera su nombre.

—Preciosa...

Irguiéndose y retirando sus manos de los bóxers de Félix, Bridgette dijo con una mirada prometedora, —Creo que mejor vamos a la cama.

Félix asintió, tragando su deseo, y se ubicó en la cama mientras Bridgette apagó las luces. Félix frunció el ceño cuando el planeta tierra brilló en el techo. Bridgette y sus aparatos pretenciosos.

—Será mejor que no estés rodando los ojos. —Dijo Bridgette mientras se echaba al lado de Félix. De todos modos, Félix igual lo hizo, solo para desafiarla. Se echó de costado, y delineó el cuerpo de Bridgette, bajo la ligera iluminación de la habitación. Bridgette también se echó de lado, mirándolo con ojos brillosos.

—No me gusta. Estropea mis ganas. —Félix se quejó mientras acariciaba los cabellos de Bridgette y besaba sus párpados.

—Aguántate. —Dijo Bridgette mientras se acercaba a él, acariciando los hombros de Félix, uniendo sus labios, disfrutando del beso.

El beso se convirtió en uno apasionado y profundo, avivando el fuego. Las manos de Félix jalaron la camiseta de Bridgette, tratando de quitárselo.

—¿Por qué aún tienes puesto esto? —gruñó Félix, acercando su nariz a la piel detrás de la oreja de Bridgette.

Había una esencia ahí, las feromonas de Bridgette, que despertaba los instintos más básicos dentro de Félix. Eso significaba que estaba destinado a estar con ella, y solo con ella. Nada excitaba más a Félix que ese aroma.

Bridgette se rió bajo. Movió su cuerpo cooperando con Félix ya que el rubio insistía que había mucha ropa entre ellos.

—Si la rompes, no podré seducirte nunca más. —Bromeó Bridgette en cuando la camiseta estuvo en la cama.

—Oh, es por eso que no puedo dejar de tocarte, ¿verdad? —las manos de Félix, tocaban a Bridgette, sintiendo la cálida y delicada piel, cada curva en ella.

—Uh huh... —contestó Bridgette, distraída. Se presionó más cerca de Félix, frotando sus pechos. Enterrando su cabeza en los hombros de Félix, procediendo a marcarlo como suyo. Porque así era, Félix era suyo.

Las mordidas dejarían marca, pero los sentidos de Félix estaban muy elevados como para importarle. Pensó en que mañana tendría marcas moradas en su piel, y vería lo sexy que es ser marcado por Bridgette. Félix gimió ante ese pensamiento, y a causa del deseo que Bridgette avivaba. Félix sintió que su entrepierna crecía de tamaño al empujar las braguitas de Bridgette hasta sus muslos.

Bajó lamiéndola, haciéndola gemir. La tomó lentamente en su boca, sintiéndola humedecerse aún más. Succionó y mordisqueo fuerte, hundiendo sus mejillas y respirando profundamente. Continuó haciéndolo unas veces más, y fue recompensado por un violento empuje de las caderas de Bridgette. Félix siguió succionando y mordisqueando con fuerza hasta sentir aquel conocido sabor.

—Félix... —exhaló Bridgette, apretando las sábanas con sus manos, con una ligera capa de sudor sobre su cuerpo.

Liberó a Bridgette con un sonido gracioso, antes de subir y presionarse contra la azabache, restregándose contra ella. Estaba duro.

Susurró. —Bridgette. —En la oreja de la ojiazul mientras ella lo tocaba, masajeándolo a través de la tela, humedeciéndolo completamente.

—Alguien está ansioso... —jadeó Bridgette, con el rostro sonrojado y sus ojos casi cerrándose.

—Muy, muy ansioso... —dijo Félix mientras guiaba la mano de Bridgette para que le quitara los bóxers.

Bridgette obedeció, bajándolo hasta las rodillas de Félix.

Félix terminó de quitárselo y en cuanto lo hizo, sintió la calidez de la mano de Bridgette rodeándolo. Estaba tan grande y duro que ocupaba toda la mano de ella.

Bridgette tocó la abertura con el pulgar y esto hizo que Félix gimiera mientras un violento temblor sacudió su cuerpo. Bridgette presionó un poco más fuerte y Félix estuvo a punto de detenerla. Las sensaciones eran muy intensas. Mordió sus labios, ahogando cada gemido.

Bridgette siguió masturbándolo, usando el líquido pre seminal como lubricante, simultáneamente tocándose. El aire era pesado. Sus fuertes jadeos llenaban la habitación, no había suficiente aire entre ellos mientras buscaban su liberación.

Los ojos grises de Félix estaban cerrados, y la sensación era intoxicante, muy intoxicante. Sus rodillas se curvaron y el sudor los recorría.

Félix empujó sus caderas rápidamente contra el puño de Bridgette, no sabía dónde estaba, no le importaba nada, podía sentirlo justo ahí.

Y entonces... se detuvo. De repente se sintió rodeado por nada. La mano de Bridgette ya no estaba sobre él. Gruñó de enojo, y abrió los ojos. Al hacerlo, se encontró con un fuego color azul, y unas pupilas dilatadas, tanto que, Félix pensó que podía hundirse en ellos.

Bridgette estaba tan excitada como él, con el sudor bajando por su frente.

Félix estaba tan encandilado por el rostro de Bridgette, que no se dio cuenta de nada hasta que sintió que el profiláctico rodaba sobre él, empujando sus caderas.

Tomó la mano de Bridgette, aceitosa por el lubricante, y depositó un beso mientras ella se subía sobre él, disfrutando de la mirada hipnotizada al lamer sus labios.

Bridgette se inclinó sobre Félix, restregándose contra él.

Félix echó su cabeza hacia atrás y gimió, arqueando su espalda, queriendo enterrarse dentro de ella. Pero Bridgette no se movió más, una sonrisa perversa adornó sus labios a pesar de que su respiración era errática. Se mantuvo moviendo sus caderas en círculos durante un rato, sin dejar que Félix tomara el control. Eso llenó de frustración al rubio.

—No tientes tu suerte. —Dijo Félix mientras tomaba a Bridgette por las caderas.

Just for that (Feligette) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora