୨♡୧ Parte I ୨♡୧

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Bridgette apenas reconoce el sonido de la puerta principal, abriéndose y cerrándose. Solo dos personas tienen la llave. Una de ellas es su mamá, y ella sabe que su madre no va de visita tan tarde. Continuó con lo que hacía, volteando una de las hojas del montón que tenía, mientras giraba el lapicero en su mano derecha. Miró el reloj de pared, chasqueando la lengua al ver la hora.

'Acabo de llegar a parís, pero iré a beber con los chicos. Estaré en casa a las 11 pm.' Leyó el mensaje de texto que recibió temprano. Ahora mismo, eran casi las 12:30.

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Félix dejó sus zapatos y el abrigo negro en el perchero y fue a la habitación deshaciendo el nudo de su corbata, practicando una sonrisa –nada propia de él- a modo de disculpas. Pero esa sonrisa no disimulaba sus mejillas sonrojadas, y el brillo de embriaguez en sus ojos.

—Regrese. —Arrastró los pies hasta el marco de la puerta. Aventó su equipaje y aterrizó al lado derecho de la cama, su lado. Su portafolio, lo dejó con más cuidado, cerca de la pared, ya que su preciosa notebook estaba ahí. Se recostó en el marco y se cruzó de brazos, mirando la figura frente a él.

—Bienvenido. —Fue la respuesta de Bridgette, sin dejar de mirar los papeles. Estaba sentada, con la espalda recostada en la cabecera del lado izquierdo de la enorme cama, con las piernas cruzadas frente a ella y muchos papeles descansando sobre sus muslos. Estaba solo en braguitas y con una camiseta desgastada, la cual llevaba el escudo de su escuela secundaria en el pecho. Le quedaba bastante ajustada, ya que el cuerpo de Bridgette había cambiado mucho, pero era cómoda, suave al tacto, y era la favorita de Félix. El cabello largo de Bridgette (una diseñadora de modas necesita al menos verse medio decente) con el flequillo cayendo desordenadamente, libre de productos. Al natural iba atado en dos coletas bajas.

Félix caminó hacia Bridgette, la cual estiró el cuello para un rápido beso de bienvenida. Arrugó la nariz ante el fuerte olor a alcohol.

—Hueles mal. —Dijo Bridgette, bajando el papel que tenía en la mano para mirar a Félix. —Déjame adivinar, ¿tequila?

Sonrió alzándose de hombros, Félix se irguió y se estiró, levantando los brazos, casi tocando el techo. —Eso, y lo que bebí en el avión, sabes que no puedo viajar estando sobrio.

—Como siempre... —gruñó Bridgette, pero una pequeña sonrisa escapó de sus labios. —No serás capaz de dormir con el cambio de horarios y con el alcohol en tu sistema. —Dijo Bridgette más por experiencia que por teoría.

—Pero por eso te tengo. —Félix le sonrió lascivamente pero Bridgette lo ignoró. Regresó a ver su trabajo. Félix, al ver que no conseguiría nada, salió de la habitación y caminó a la cocina por un vaso con agua.

—Ya que estás ahí, ¿me traes uno? —gritó Bridgette.

Félix no contestó, pero vertió en otro vaso. Bridgette le dio las gracias en cuanto recibió el vaso.

Bebió el contenido en un solo movimiento, estando al tanto que Félix la miraba, miraba su garganta cuando se movía al beber el líquido. Extendió el vaso hacia Félix, y miró los papeles mientras Félix regresaba a la cocina. Escuchó el sonido del grifo mientras Félix lavaba el vaso.

—¿Quién te trajo? ¿Allan? —preguntó Bridgette mientras escribía algo.

—No, fue Claude. Él fue el chofer. Solo bebió jugo de naranja toda la noche. —Dijo Félix mientras se arrastraba hacia el lado derecho de la cama. Sus manos, aún húmedas, dejaron huella en las sábanas. Se inclinó y recostó su rostro en el hombro de Bridgette.

Just for that (Feligette) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora