Hoja número 15.

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No sé como usar las palabras correctas para expresarme o poder sentirme con todo lo que ocurrió hoy, son nuevas emociones que no logro descifrar así que empezaré lentamente.

Al salir de las clases que se hicieron infinitas, le dije a Bakugo que iría directamente al salir de la UA a su casa.

Al llegar su madre me brindó una cálida sonrisa y me dejó pasar, luego gritó desde el comedor a su hijo o "Inútil" como ella lo llamó. A los pocos segundos se escucha el grito de el diciendo "Dile a ese tonto que entre y no me digas inútil, bruja".

No pude evitar soltar una pequeña risa por la situación, era raramente acogedora y me ponía feliz que no cambio sus ánimos.

Entré a la habitación de Bakugo y mis fosas nasales se deleitaron con el dulce olor de su perfume que se encontraba por toda la habitación, este tenía un olor a miel bastante hipnótico.

Me senté en la silla que estaba frente a su cama y el se sentó en esta mirándome fijamente.

Si fuera otra persona estoy seguro que en ese momento saldría corriendo ya que esa mirada era bastante incómoda, pero conocía a Bakugo, esa mirada la hace cuando esta pensando en algo y su mente se llena de palabras que intenta formar en oraciones para soltarlas.

Pasaban los minutos y no podíamos soltar una palabra, simplemente nos quedamos mirándonos intentando comunicarnos con la mirada, hasta que escuche un suspiro por parte de el.

Me explico cada detalle de esa mañana, como Denki comenzó a burlarse de mi y contando como me lastimo severamente orgulloso de su acto, dijo que su cabeza se quedo en blanco y simplemente se tiro encima de el para comenzar a pegarle.

Fue hace unas horas pero aún puedo sentir el abrazo que me dio cuando solté todas las lagrimas que tenia guardadas, no podía creer que alguien me defendiera de esa manera.

Antes de irme le prometí que mañana hablaría con el director para que todo sea mas tranquilo en clases para el y pueda estar tranquilo.

No lo voy a hacer por mi, lo haré por Bakugo, no quiero volver a ver como alguien es golpeado por mi culpa.

Tengo miedo, pero gracias a dios el se ofreció a acompañarme.

Kirishima.

𝘌𝘭 𝘥𝘪𝘢𝘳𝘪𝘰 𝘥𝘦 𝘒𝘪𝘳𝘪𝘴𝘩𝘪𝘮𝘢, 𝙆𝙞𝙧𝙞𝙗𝙖𝙠𝙪.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora