Capítulo 7

1.4K 169 124
                                    

POV Changbin

Trataron de matar a Jisung.

Algunos imbéciles trataron de matar a Jisung. ¡Mierda! Y habían matado a Jimin.

Jimin. Muerto. Lo conocía desde que era un niño. Jimin, un jodido encanto, hermoso hasta la médula y lo había jodidamente aplastado antes de que fuera impactado por una bala.

¡Mierda!

Una niebla roja empañó mi mente y estaba furioso. Quería hacerle daño a algo, golpear algo... matar a alguien... desesperadamente. Mis hermanos me habían mirado en busca de explicaciones cuando atravesé la barra. Lucas, Bangchan, y Dowoon "el trio asesino" surcaron a través de la carretera después de que los hijos de puta se atrevieran a meterse con nosotros. Pero yo no tenía respuestas. Sabía que todos cuidaban mi espalda, pero no pude centrar mi cabeza en otra cosa que no fuera Jisung, no podía deshacerme de la imagen de Lee Know salvando su vida. Ese debería haber sido yo. La cagué y si no fuera porque Lee Know tomó una puta bala con su hombro, lo hubiera perdido.

No lidiaba bien con eso.

Pero lo que si sabía era que Jisung nunca estaría lejos de mí otra vez. A la mierda tratar de hacerlo bien por él. Se quedaría aquí conmigo, en donde pudiera verlo... protegerlo. Conmigo estaría a salvo.

Había hecho todo para no arrastrarlo de vuelta a mi habitación. Pero verlo
sosteniendo su puto brazo lesionado viéndose diminuto y pálido en la cama de nuevo, me hizo casi explotar. Le había pedido que se duchara como un maldito cabrón, incapaz de soportar mirar su piel perfecta manchada por la sangre y ser confrontado con la realidad de lo que podría haber sucedido. Lo qué le había pasado a Jimin... maldita sea. Y ahora aquí estaba yo: en el baño, recién duchado, vestido sólo con mis jeans, teniendo que enfrentar las consecuencias de actuar como un idiota total con el único puto que siempre había querido. Lo asusté. Podía ver el miedo en su maldita mirada de lobo.

Me temía y era mi culpa.

Interiormente maldiciendo y tirando la toalla mojada en el piso, salí del baño y me congelé en el acto.

¿Jisung? CRISTO, ¡Jisung!

Él estaba desnudo, mostrándose totalmente, su apretado culo redondo levantado, con los brazos agarrados a su espalda en sumisión y la frente apretada contra el colchón. Mi maldito pequeño estaba apoyado en la cama, listo para ser follado...

¡Jodida mierda!

Me equivoqué. Lo que había sentido antes de este momento no era enojo; era un destello de molestia, un susurro de un ligero enfado que no se comparaba en nada con lo que sentía ahora, porque me estaba volviendo loco verlo esperándome en alguna pose víctima de algún bastardo abusivo; verlo así hacía que corra en todo mi cuerpo las ansias de asesinar a sangre fría.

A pesar de mis mejores esfuerzos, mi pene se endureció hasta que fue casi doloroso, ese culo apretado era demasiado con que lidiar. Yo quería follar a Jisung desde que se despertó en mi cama. Quise arrancarle la maldita ropa todo el maldito día y hundirme en su cálido agujero de color rosa. Sin embargo, cualquier imagen que había pintado en mi cabeza de cómo se vería desnudo fue superada por millares. Pero así, preparado de este modo para que abusara de él me hizo enloquecer.

¿De dónde demonios había salido? ¿Qué demonios le habían hecho en esa comuna? ¿Y por qué diablos creía que aún tenía que hacerlo ahora?

Y entonces las vi: capas de cicatrices en su espalda. Un montón de ellas. ¿Arañazos, marcas de cadenas, azotes? No lo sabía.

Incapaz de verlo así, le espeté:

ㅡ¡J... Jisung! ¿Qué mierda?!

Él no se movió. Ni siquiera una pulgada. Ni siquiera un estremecimiento. Moviéndome a la cabecera de la cama, golpeo mi puño en mi mano. Jisung estaba fuera de sí. Perdido en un lugar lejano o alguna mierda.

El Hades de Seo Changbin (BinSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora