El Hades de Seo Changbin (BinSung)

Capítulo 8

"Una hora antes"

POV JISUNG

Era un niño cuando ocurrió. Un pequeño e inocente niño.

ㅡJisung, ven conmigo.

ㅡ¿Dónde vamos, Hermana?ㅡ había preguntado mientras la Hermana Yoojung me sujetaba de la mano y me arrastraba por el pasillo desde la seguridad de mi cuarto.

Su mano había apretado la mía tan fuertemente que recuerdo sentir un dolor intenso. Por razones que no podía imaginar en ese momento, ella no me miraba directamente a los ojos.

ㅡDebes ir a la gran sala.

La gran sala. Recuerdo sentir mi estómago revolverse al escuchar esas palabras. Había tratado de resistirme a la Hermana Yoojung, intenté intensamente tirar de ella para que se detuviera. Me había mirado y sus ojos pálidos parecieron ablandarse un poquito. Era tan extraño que me hubiera vuelto tan inquieto. Eso no le gustaba a la Hermana Yoojung, nunca le había gustado. Era un Maldecido. Uno de los hijos del pecado. Éramos cuatro y ella nos odiaba a todos. Nos decía que éramos inherentemente malvados. Nacidos del diablo.

ㅡ¿Por qué te has detenido, niño?ㅡ preguntó con calma, su voz fría desprovista de cualquier afecto.

ㅡ¿P... por qué vo... voy a la g... gran sala?ㅡ pregunté con voz temblorosa sin poder controlarme. Recordé que a Seungmin lo habían llevado a la gran sala por primera vez hacía un año. Era tan pequeño y nunca había sido el mismo desde ese día. Había cambiado; se volvió más arisco, introvertido y frío. Nunca habló sobre lo que pasó. Todavía recuerdo que le pregunté a Seungmin cinco veces sobre aquello, pero me rechazó en cada ocasión. Cortaba la conversación negándose a decir una palabra ni a mí o a cualquiera sobre ese tema. Sin embargo, Seungmin había vuelto a ir a la gran sala cada vez que fue convocado por Jae Bum. No tenía opción. A Felix le ocurrió lo mismo unos meses antes cuando había sido llamado también. Jeongin y yo nunca habíamos entendido por qué aquello los cambió tanto. Pero sabía que estaba a punto de averiguarlo.

ㅡAhora eres mayor de edad, Jisung. Tienes que cumplir con tu deber como maldecidoㅡ la hermana Yoojung suspiró profundamente y se inclinó desde su alta estatura para mirarme a los ojosㅡ No te mentiré, Jisung. Hoy va a ser una experiencia muy extraña e incómoda para ti, pero debe hacerse. Has alcanzado la edad apropiada. No hay una manera de evitarlo.

ㅡ¿Qué va a pasar? ¿Para qué soy lo suficientemente mayor?ㅡ había preguntado.

Simplemente se volvió a levantar y tiró de mí hasta que de nuevo volví a seguir su ritmo. Intenté hacer más preguntas, pero se negó a responderme. No me escucharía.

Después de muchos intentos en vano de obtener información, me callé a regañadientes y la seguí a la gran sala obedientemente.

Lo que presencié me hizo temblar de miedo. Recuerdo que el aire era brumoso con un denso humo con olor a tierra. Unas botellas grandes con artefactos de tubería cubrían el gran espacio. Cojines blancos y colchones cubrían el suelo; y todos estaban ocupados. Los discípulos estaban desvestidos, detrás de los hermanos y hermanas de todas las edades, tanto niños como mayores, haciéndoles algo. Ellos también estaban desnudos e inclinados con sus cabezas hacia el suelo, con las manos entrelazadas detrás de sus espaldas. El Profeta Jun Bonhwa se sentaba en un escenario elevado con tres hermanas mayores. Él había tocado sus cuerpos desnudos y entonces se tocó a sí mismo... allí, mientras miraba a las parejas que se encontraban alrededor de la sala.

La Hermana Yoojung sentía mi resistencia mientras yo escaneaba la habitación.

Entonces, se inclinó y susurró: