Capítulo 20

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POV Changbin

Un golpe sonó en mi puerta. No respondí, demasiado perdido en mis pensamientos cuando me senté en el borde de mi cama preparándome para la mierda a punto de suceder. Siempre me ponía así antes de ir a la guerra, pero esta vez, tenía mucho más que perder.

Un momento después, la puerta se abrió.

Hyunjin.

ㅡChangbin, todo el mundo está aquí. Todos estamos esperándote —dijo, entrando en mi habitación.

—¿C... cuánt... tos vinieron?— Hyunjin se paró delante de mí, vestido de cuero completo, su cabello rubio desordenado, listo para la batalla.

—Cerca de cuatrocientos.

Levanté las cejas, impresionado de que tantos hermanos hubieran logrado llegar aquí a tiempo. Respirando hondo, me puse de pie, echando una última mirada a la puerta de mi armario. Hyunjin siguió mi línea de visión.

—Él va a llegar a usarlo, Changbin —afirmó Hyunjin con convicción.

Me quedé mirando el chaleco de Jisung, el que había hecho especialmente para su condenada talla, Propiedad de Changbin cosido en la espalda. Iba a entregárselo cuando los bastardos irrumpieron en mi habitación, arrancándolo de mí.

Sólo esperaba que Hyunjin estuviera en lo cierto.

—Te voy a en... encontrar fuera en el f... frente —informé.

Hyunjin me dejó solo y me moví para vestirme: de cuero completo, até mi cartuchera sosteniendo mis Uzis, mi 9mm, mi cazador Bowie, y mi cuchillo favorito. Yo iba a tallar a unos pocos cabrones con estos, dejándolos con algunas sonrisas de por vida.

Caminando hacia mi sillón de cuero negro, pasé la mano por la ropa de Jisung esparcida ahí. Su camiseta de los Hangmen todavía olía como él. Mi chico.

Tomando este pequeño pedazo de algodón negro, lo traje a mi nariz e inhalé profundamente antes de meterlo en la cintura de mis cueros.

Él sería mi talismán.

.

.

.

Mientras entraba en el patio, un mar de Hangmen en sus motocicletas me veían expectantes. Mi gente estaba al frente y al centro, todos a la espera de mi orden... todos esperando a que yo hablara.

Hyunjin se paró a mi lado en la parte superior de la escalera y preguntó en voz baja:

—¿Tú gesticulas y yo traduzco?

Asentí de manera cortante y di un paso hacia adelante, señalando con un gesto de la mano a los cientos de hermanos para que callaran. Todo lo que podía oír eran grillos.

Todo lo que podía ver era cuero y cromo. Todo lo que podía sentir era el puto pitón envuelto alrededor de mi puta garganta.

Mierda.

Dejando a un lado mis preocupaciones, levanté las manos y empecé a gesticular.

Hermanos, todos ustedes han sido llamados aquí, porque vamos a la guerra. Una nueva organización, una jodida secta religiosa enferma ha estado amenazando a este club. Amenazando nuestro nombre. Amenazando nuestro territorio.

Los Hangmen comenzaron a moverse en los asientos de sus motos cuando Hyunjin dijo mis palabras. Los dientes fueron desnudados; los puños fueron flexionados.

El Hades de Seo Changbin (BinSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora