CAPITULO 2. Reencuentro.

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La mañana brillaba, al igual que las preocupaciones de Ix, ¿que era lo que sucedía?, que había sido aquello qué había sucedido en la noche. Su miraba paseaba entre el retrato y el rostro de Nadel, todo estaba sucediendo muy rápido, ¿sería a caso que esto era un efecto secundario del ritual qué Nadel había hecho?, o podría ser la continuación de aquella pesadilla qué vivió en su infancia?. La preocupación de Ix le carcomía los huesos y pesé a no querer quedarse sin hacer nada, realmente no había nada que el pudiera hacer para resolver este suceso.
El viejo Shiba, toco la puerta, sus jóvenes amos habían pasado casi día y medio sin salir de la habitación, y esto le tenia preocupado.
— Joven amo, ¿se entran bien?, el desayuno fue retirado ante su ausencia, desea qué le sirvan en la habitación?.
— Shiba! Entra!— al escucharlo, Ix brinco de su asiento y le recibió, necesitaba consultar lo sucedido con alguien, pero no con cualquiera,  quien mejor y más oportuno qué el viejo mayordomo de sus padres—Necesito preguntarte algo.
Los minutos transcurrieron, y la explicación fue dada, Ix miraba al viejo Shiba con antelación, tal cual un menor. El mayor, en silencio reflexionaba el relato de lo sucedió y por fin exclamó.
— Mi joven amo… me temo qué poco útil soy en este asunto, sin embargo, hay una persona que podría ayudar…
— No exijo más! Dime con quien debo acudir!
— Por supuesto señor, el viaje será un poco cansado, ya que esta persona, no radica en la cercanía, vive más allá de los confines del país, justo en una zona neutral, si no mal recuerdo su nombre era Mínla Ingen…
Shiba, continuo explicando a Ix, que Mínla era una vieja conocida de la familia, en si ese era el titulo más aproximado qué se le podía dar ya qué era una persona de carácter extravagante e indiferente qué solo actuaba según su estado de humor, ciertamente esto era molesto, porque nunca se podía confiar plenamente en ella, una total tragedia ya qué sus habilidades eran inusualmente fuertes.
Por la tarde, todo estaba listo para partir, Shiba recomendó qué aun que podría ser cansado, el viaje a partir de la frontera se continuará a caballo, ya que el terreno qué debían cruzar no tenia vialidades o senderos, por lo que en parte, era entrar explorando la zona, la ubicación exacta era desconocida, pero Mínla seguramente les daría encuentro.
El sol se oculto, la oscuridad cubrió la tierra, y Ix junto con la inconsciente Nadel, cabalgaban atreves de un espeso bosque, con cada momento que pasaba se podía percibir un extraño ambiente qué parecía hacer eterno el tiempo ahí, en su camino una luz se abrió, y ante su mirada se vio un paisaje estéril y seco, de un extremo a otro, Ix quien se le comenzaba a acumular el cansancio, cabeceó un poco, provocando que ambos perdieran estabilidad, apenas logro sujetar el cuerpo de Nadel antes de caer, por lo que rápidamente desmonto. Ver a Nadel sin reaccionar pesé aquel abrupto movimiento, volvió a estrujar su pecho, aquella caída podría haber resultado en una lesión grave para Nadel, y no estaba dispuesto a arriesgarla cuando estaba tan cerca de encontrar quien los ayudara.
Tomada la decisión, regreso a las orillas donde aun había flora y monto un sencillo campamento, solo debía descansar un poco antes de continuar. El parpadeo del fuego, era tranquilizador, ahí estaba el, abrazando a Nadel qué estaba cubierta por una manta, mientras el se recostaba en el tronco de un árbol, sus ojos poco a poco se cerraron, cuando desde el interior del bosque, crujió una rama, y a la lejanía del suelo desértico se escuchaba un arrastre, rápidamente estiró su pierna pateado tierra al fuego para extinguirlo y el silencio se restableció.
— …
— Mmn… qué breve….—se escucho un murmuro.
— ¿Quién está ahí? —exclamó como reflejo, lentamente se encogió junto con Nadel, resguardándose en el árbol.
El viento soplo ligeramente y nuevamente ramas crujieron, era un poco incierto qué era aquello, tal vez solo fue parte de su imaginación por el cansancio, o probablemente a eso se refería Shiba con que Mínla les daría encuentro.
— Mínla…? Eres tu? —era preferible preguntar qué esperar a que algo sucediera, si no había respuesta, ya se había preparado a atacar, pese a que realmente no sabia que sucedía.
— Vaya~ me buscaban a mi? —el crujido de las ramas se escuchaba lo lejos, sin embargo la voz qué surgió, sorprendió a Ix, ya que provenía justo de encima suyo.
— ¡!?... —elevó su rostro para tratar de observar al dueño de la voz.
Una sombra cayo sobre sus regazos, cuando la luz se ajusto a sus débiles pupilas, miro el rostro de un joven muchacho que le observaba con gran curiosidad, pupilas celestes enmarcadas en pestañas pálidas, recorrían su rostro.
— Hace mucho que no veo a alguien como tu… —resonó su voz mientras acercaba sus manos al rostro de Ix— es una lástima que tengas esto, son masculinas pero no van bien contigo —sus dedos pinchaban las cicatrices de Ix.
— Disculpa… eres Mínla? —desconcertado Ix, solo permanecía sujetando a Nadel, de a poco evitaba los pinchazos a sus ojos.
— Mm.. Si, yo soy…. Ohhhh!~ y esta es…? —inmediatamente su interés había cambiado hacia Nadel, por lo que sujeto su rostro, y de forma juguetona apretó sus mejilla y abrió sus párpados, dando un vistazo a sus ojos— ya veo, ya veo… —se levantó y camino hacia la fogata, mientras murmuraba, y jugaba con los carbones, en un chasquido, encendió el fuego—sin rodeos, ¿qué quieren?
Ix se encontraba perplejo, realmente era algo extraño, por ser un viejo conocido de la familia, aún más, una persona que Shiba mencionó y que el nunca había visto, pensaba que Mínla debía ser una anciana, más aún, Shiba se había referido a Mínla como “ella” siempre qué la hablaba, entonces, ¿realmente ese mocoso extraño, era Mínla? A caso le estaba viendo la cara?
— Vamos, vamos, dante prisa y responde ¿qué quieren de mi?... O será a caso que vienes solo a verme…? —su tono al hablar, cambio progresivamente de forma sínica a una morosa.
Aquél tono le erizo la piel a Ix, cosa que nunca le había sucedido, por lo que para pasar desapercibida aquella sensación, se levantó y extendió a Nadel.
— Me dijeron que tu podrías ayudarnos… ella es Nadel Praysworth, realizo un cierto ritual para encontrar a su hermano y después de aquello quedo inconsciente, cuando despertó me di cuenta que no era ella y nue…
— Shhh! Ya basta! Hablas mucho!... Uff realmente ya no me acostumbro a la voz humana…. —pesé a sus palabras con molestia, se acerco nuevamente y miro a Nadel brevemente, comenzó a pinchar sus mejillas.
Al ver su actitud infantil, Ix miro inquisidor a Mínla y afirmó su voz.
—¿puedes ayudarnos?
Mínla, que parecía divertido al jugar con el rostro de Nadel, giro su rostro a ver a Ix, con su mano señalo el suelo, indicando qué bajara el cuerpo de Nadel, Ix obedientemente la acomodo en el lugar indicado. Mínla, miro el cuerpo tendido de Nadel, la rodeo unas cuantas veces, y sus pupilas se tornaban entre el color púrpura de los ojos de Nadel, el celeste de los suyos y un azul profundo. Ix sin darse cuenta de aquello, dio un pasito cerca, capturando la atención de Mínla.
— Claro que puedo… pero sabes que, todo tiene un costo ¿verdad? —su sonrisa era amplia y juguetona.
— Entiendo, que es lo que quieres? Te lo daré si con eso ella despierta.
— Bien! —ante la disposición de Ix, Mínla se arrojó hacia el cuello de Ix, sujeto su rostro, presionando sus pulgares sobre las cicatrices, y lentamente acerco sus labios contra los de el—
Ante la fuerza de aquello, ambos cayeron al suelo, Mínla sin permitir ni un suspiro, continuo con el beso, casa vez se veía más extasiado, mientras que Ix, se encontraba en un dilema de reacciones, entre permitir qué hiciera lo que quisiera o oponerse y defender su honor.
—ahh~… perfecto! —jadeo, mientras se levantaba, su rostro estaba evidentemente sonrojado, camino hacia Nadel, y poco sus dedos sobre su frente y su pecho.
— Que dem… aléjate de ella! No dejare que te burles de ella!
Al presentir la ira de Ix, Mínla salto al lado contrario alejándose de ambos.
— Que malo! Solo estoy ayudando… —Ix qué al lanzarse contra Mínla no se había percatado, observó que Mínla señalaba sus brazos, en estos había unas marcas muy parecidas a las cicatrices de Ix.
Perplejo, Ix detuvo su marcha, cuando un quejido resonó suavemente, era el cuerpo de Nadel qué se movía suavemente, de inmediato, corrió hacia ella y la tomo entre sus brazos, sus ojos no se abrían, pero se estremecía, un signo de que pronto estaría mejor, o eso era lo que pensaba. Algunos minutos habían pasado, y Nadel no lograba incorporarse, más bien, parecía que sufría de alguna pesadilla, el alivio de Ix se desvaneció y giro a ver a Mínla, que ya se había acomodado a un lado del fuego sin ninguna pena.
— Dijiste que estabas ayudando! ¿Por qué no termina de despertar? ¿Por qué parece que sufre cada vez más?!
— Shhh… callate… ya dije que no estoy acostumbrado a la voz humana, se más considerado —su tono de voz realmente parecía molesto, aún qué mantenía la postura— esa niña, esta pagando el precio del ritual qué hizo, no me tienes que reclamar nada!
Era cierto, Ix muy dentro de si, sabia que no podía ser exigente, Mínla había hecho algo con que Nadel estaba mostrando mejoría, tomo un suspiro, y se volvió hacia el.
— Disculpa mi rudeza… ella es muy prec…tengo un deber con ella y… solo estoy preocupado, nos estas ayudando aun sin conocernos ni darte algo a cambio.. No Deb… —Mínla, le interrumpió, le sonrió de forma pícara mientras le cubría los labios con sus dedos.
— En eso te equivocas… dos veces! Desde que entraron a mi dominio, supe quien eran, ese Shiba! Solo me recuerda por asuntos aburridos —un puchero infantil se formó en su rostro, y mientras continuaba, pellizco los pómulos de Ix— Yo ya he cobrado~, o no recuerdas? Quieres darme propina?
Aquella aura nuevamente emanaba del rostro de Mínla, Ix se incomodo y retrocedió un poco, hasta que el propio Mínla se levantó y camino hacia Nadel.
— Pretendía qué ella también pagará, pero sería demasiado, su vida no será fácil, y esta justo en medio de un gran problema —su mirada desprendida compasión y burla— al menos obtuve algo interesante —volvió a sonreír dedicándole esa expresión a Ix.
— Me agradan chicos~… sabes, ya no tendrás que culparte nunca más… bueno! Ya no más, sobre la promesa con Lane.
Al escuchar, que mencionaba el nombre de se madre, rápidamente Ix se levantó, y exclamó.
— Cuál promesa?! —debido a la situación de aquel tiempo, Ix nunca había mencionado nada sobre los últimos momentos que paso con Lane, y nadie había preguntado sobre ello, por lo que solo el sabia que Lane le había encargado sus hijos, más aún la gente que sabían de antemano o habían rumoreado sobre su papel al entrar a la familia, habían muerto, incluso Shiba, aunque lo supiera, no era del tipo de persona que ventilar detalles sobre sus patrones.
— Mmm… nada! No he dicho nada! —ante la abrupta reacción de Ix, Mínla decidió negar aquello que había dicho, bajo su cabeza y se susurro a si mismo— te conozco mejor de lo podrías pensar…
— Mínla, que te refieres con que Nadel esta en problemas? —pensé a todas las dudas que tenia, prefirió darle prioridad a las qué se refería a Nadel.
— Tsk… tsk, basta basta! No quiero involucrarme más, es hora de que regresen por donde vinieron…. —los cambios de humor de Mínla eran tan espontáneos qué hacían qué Ix quedara confundido, pero esta vez, el rostro de Mínla, que miraba a la lejanía, mostraba hostilidad, su postura relajada y aniñada, estaba rígida y a la defensiva, sería por esto que Shiba menciono qué no era de confiar.

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