Dia 1: Hilo rojo del destino

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"Eran amantes eternos, buscarse y encontrarse una y otra vez era su karma"

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"Eran amantes eternos, buscarse y encontrarse una y otra vez era su karma"

- Isabel Allende

A Atem siempre le había gustado usar anillos en todos sus dedos, de plástico o de plata, lisos o con joyería de fantasía.

Pero lo que más le gustaba, era creer que si cubría su meñique con ellos, su destinado podría sentir una interferencia en su lazo y la marca en su dedo se haría más notoria, el circulo impreso en su piel como un sello revelaría que no estaba tan lejos como pensó y probablemente pueda conocer esa pequeña alma desconocida.

Siempre ha sido un fiel acreedor de las novelas románticas y las cartas de amor con pegatinas de animalitos y corazones.

Y tuvo la dicha de nacer en un mundo donde el amor es lo más importante, todo gira entorno a una línea que mientras vayas acercándote al amor de tu vida, está se colorea de rojo y rodea todo el meñique haciéndolo parecer como si las dos partes de la relación se hubieran hecho un tatuaje para compartir.

Sin duda algo muy hermoso y hace que su corazón de diecinueve años se sacuda de emoción, su fascinación por ese tema nació de las veces que sus padres le contaban como se conocieron y que hicieron para seguir adelante sin arrepentirse en el transcurso.

De como nació Atem en un entorno amoroso y calmado, como para que él quisiera hacer lo mismo con la persona al otro lado de ese vínculo.

Claro que, parecía olvidar que un lazo no puede cubrirse ni bloquearse, provocando que su idea infantil deje de tener sentido.

Pero Atem, aún con sus deseos y creencias amorosas, tiene responsabilidades que no puede ignorar y su trabajo de medio tiempo lo tenía muy apurado desde que salió de clases. Y al no tener como transportarse con facilidad, su padre decidió prestarle su motocicleta para que no gastara todo el salario que ganaba en el restaurante de comida rápida en transporte público.

Y ya estaba llegando tarde por quedarse hablando con un compañero de clase sobre temas que ni siquiera tenían que ver con la universidad, algo extraño considerando que Atem no es una persona que se la pase pegada a las vidas ajenas, y es más que nada por que le da flojera hablar de más solo para interesarle a las masas de su grupo.

¿Es un antisocial? Para nada.

¡Si le encanta hablar!

Sin embargo, hay veces en que hablar con personas que ya llevan un tiempo de conocerse llega a ser abrumador para el espíritu extrovertido del moreno, pero eso no le molesta cuando tiene a una amiga igual de parlanchina que de vez en cuando lo va a visitar para almorzar.

Mana, es hija de una amiga de la madre de Atem y desde que tiene memoria siempre ha estado a su lado, escuchando sus fantasías románticas y haciendo travesuras.

Al fin llegó a su lugar de trabajo y estacionó la motocicleta azul eléctrico. Esperando, no haber llegado muy tarde y que su jefe no lo regañe por su impuntualidad, rapidamente revisó la hora en su celular y suspiro tranquilo al notar que llegó dos minutos antes.

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