Puzzleshipping Week 2020

Dia 5: Aroma

"Aún olía a salobre, a eternidad, al aroma primordial de la vida misma."

– "Noches de tormenta", Nicholas Sparks

Había olvidado su paraguas que se encontraba cerca de la puerta y ahora se sentía miserable bajo la lluvia junto a los cuadernos húmedos dentro de su mochila, esperando que las nubes le den una oportunidad para al menos poder caminar unas cuantas cuadras hasta la estación de tren, y de ser así, no estaría sentado en una cafetería con cinco centavos en los bolsillos que no le alcanzaba ni para comprar una taza de café negro rodeado de un agradable silencio que le hizo entrar en calor en poco tiempo.

En lo que esperaba, Atem jugó con la argolla de su dedo anular mientras su vista se enfocaba en un punto inexistente fuera del ventanal del local, una bonita gema amatista sobresalía de aquella pieza y de algún modo se sentía tranquilo cada que la tocaba.

Siempre le recuerda que se casó muy joven y en su último año de preparatoria, bueno, digamos que fue más bien un casamiento bastante improvisado y con eso me refiero a una cena en medio de un programa nocturno que a él y a su esposo les gusta ver después de un largo día en sus respectivas clases.
Lo del anillo fue suficiente prueba para ellos de que al fin podían declararse como cómplices de vida, un rompecabezas que nunca iba a quedar olvidado en alguna parte de un sótano.

Por que eso eran Atem y Yugi, piezas clave que necesitan ser colocadas en el lugar correcto para poder armar el más hermoso artículo y en este caso, el significado de estar uno con el otro.

Yugi Muto, su primera lluvia de estrellas y lo más cercano que existe a lo precioso, al conocerlo esperaba todo menos acabar en la misma cama compartiendo pláticas de almohadas y cobijas afelpadas mientras se cuentan sus más profundas curiosidades y secretos que existían antes de siquiera voltearse a ver y sonreír como bobos, pero terminó sucediendo y el arrepentimiento es lo último que iba a sentir mientras veía la bonita sonrisa del muchacho ser torpemente cubierta por su mano, decorada con una brillante piedra escarlata.

Atem pareció olvidar lo mojados que tenía los pies por dentro de los zapatos y su rostro tuvo un mejor aspecto, pudo ver que el cielo empezó a aclararse un poco pero una notificación en su celular terminó sacudiendo sus recuerdos bañados en miel, aunque estos volvieron rápidamente al ver que se trataba de su hiperactivo marido.

" Te estuve esperando en la estación pero no te vi, ¿dónde estás? :( "

Tecleó una respuesta rápida y se alegró de que sus manos no hayan mandado su teléfono al suelo, manteniendo su sonrisa por puro acto de inercia.

" Me quedé en una cafetería cerca de ahí, no te preocupes ya iba para allá, amor "

Atem tuvo que bloquear el aparato en cuanto vio que Yugi estaba respondiendo a su mensaje y se sintió realmente avergonzado por usar esos sobrenombres que tanto le derretían el corazón al amante de los juegos en los momentos menos esperados.
Decía que le gustaba mucho como se escuchaban cuando salían de sus labios, pero el moreno no pudo entender que es a lo que se refería.