Yu-Gi-Oh! X Kimetsu No Yaiba
Suspiró y blandió la espada en el aire para dar su siguiente ataque, llevaba casi más de dos horas entrenando para su siguiente misión y parecía que el dolor físico que empezaba a experimentar no podría detenerlo, se había vuelto una costumbre salir después del almuerzo al jardín de la finca para seguir mejorando su técnica de combate.
Llevaba poco tiempo desde que logró pasar la selección final y pudo ser admitido en la corporación de cazadores junto a otros chicos que parecían tener su edad, se convirtieron en lo más cercano a un amigo para Atem y viajaba con ellos a la mayoría de sus misiones.
Jonouchi no parecía estar tan interesado en ese momento para entrenar a su lado, así que solo se quedó con Vivian para robar algo de comida en lo que el tricolor se la pasaba concentrado en otros asuntos, Mai, la pilar que accedió a hospedarlos en su finca tampoco estaba cerca.
Tal vez tuvo una reunión con los demás pilares.
Se limpió las gotas de sudor y bajó la nichirin, adolorido de las manos, para empezar a sacudirlas y librar un poco la presión que inconscientemente había estado ejerciendo sobre estas.
La brisa del atardecer sacudió su hebras de tan llamativos colores y a la lejanía se podía escuchar el canto de las cigarras, se tomó un descanso y se sentó en la fresca hierba; le gustaba mucho quedarse afuera viendo como el sol descendía hasta que las estrellas hacían su aparición.
Era un gusto que tenía desde que era más pequeño, que le ayudó a superar la muerte de su abuelo y el abandono del otro pupilo del retirado pilar del rayo, Seto desapareció dejando a Sugoroku solo y a la opción de quitarse la vida.
Desde entonces, Atem, usaba la misma respiración que su maestro le enseñó, y no está demás decir que debido a esto su cabello sufrió de un gran cambio, pasó de ser pelinegro a tener dos tipos diferentes de color debido a un trueno que impactó contra él cuando apenas sabía como blandir una espada.
Si, una experiencia bastante extraña.
Y es entonces que los insectos ya no son lo único que puede escuchar, su oído muy desarrollado logra captar la amable voz de su otro compañero que saludaba a unas pocas personas que aún permanecían cerca, había olvidado lo extraño que se siente sin tanto escándalo por parte del portador del aliento de fuego y su hermana menor.
Yugi apareció con su bonito haori púrpura rasgado junto a su caja hecha de cedro nubeniebla donde cargaba a una simpática joven de ojos azules, Anzu, la única que quedaba de su familia.
Su rostro lucía cansado y un poco maltratado, sin embargo, eso no parecía detenerlo de regalarle una sonrisa al tricolor mayor.
Parecía haber regresado de una misión bastante complicada, podía escucharlo en su corazón levemente acelerado mientras este se acercaba para saludarlo apropiadamente.
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Puzzleshipping Week 2020
Fanfiction¡Una semana construyendo un rompecabezas especial! Día 1: Hilo rojo del destino Día 2: Crossover Día 3: Cliché favorito Día 4: Adaptado a una película de tu infancia Día 5: Aroma Día 6: Idol y fotógrafo Día 7: Estrellas Creada por @yoongi-pooh Inici...