Capítulo Dos

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Candy despertó desorientada, no recordaba qué le había sucedido, parpadeó en repetidas ocasiones para acostumbrarse a la luz de su habitación. Annie intentó evitar que Candy se levantara, pero no lo logró, tambaleante se dirigía a la puerta de salida. Patty entré en ese instante con una charola de comida para que su amiga se alimentara. Insistió en que probara bocado, pero la rubia se negó. Volvió a preguntar por Terry y la identidad de su acompañante. Annie iba a responder ya que Patty no se animaba a hacerlo después de que ambas guardaran silencio, pero, Candy salió de la recámara velozmente, debía hablar con Terry, conseguir al menos su perdón, darle una explicación, aunque fuera demasiado tarde para ellos dos.

Bajó lentamente la escalera, ojeó el lugar con la esperanza de que todavía estuviera ahí. Albert la recibió de la mano con una sonrisa y con pasos de vals llegaron en donde bailaba Terrence y su pareja. Antes que William hiciera una venia para solicitar una pieza con la dama le dijo a Candy en el oído: "Es tu última oportunidad, no lo eches a perder."

Ella se estremeció ante el toque de Terry, su cuerpo lo reconocía. ¡Cómo deseaba abrazarlo! Ella se acercó un poco más al cuerpo del castaño. Los dedos de él apretaron ligeramente su cintura, se miraron fijamente con las pupilas oscurecidas. Todavía se deseaban. Se preguntaba si podría ser capaz de ser su amante, de poder quitarle el amor a esa mujer y al padre del hijo no nacido. Deseaba ser egoísta, aunque sea una vez en su vida, ¡Oh! Pero si ya lo había sido y con él mismo... aunque fingió indiferencia de no importarle, sabía que lo había lastimado.

-¿Qué pretendes Candice? Terry rompió la burbuja que habían hecho. No quería hacerse daño. Si había asistido a la fiesta de año nuevo era porque Albert le había jurado que su hija adoptiva estaría en Illinois. Ellos habían llegado esa mañana a Chicago, se instalaron en el hotel Hilton Chicago para descansar e ir a la fiesta de su amigo. Por la ubicación estratégica del hotel y la suite presidencial donde se hospedaban, podía verse el encanto del lago Michigan y el parque Grant. Terry rememoraba las ocasiones en que solía pasear con Candy y hacían un día de campo. Su compañera de viaje permaneció en su habitación hasta la tarde, cuando salió, Terry la esperaba con la comida en una pequeña cocina, debía alimentarse por su estado de gravidez que apenas era perceptible si se le ponía atención como Candy, Archie y los habían hecho. La mujer no quiso esperar el siguiente día para conocer el paisaje que la vista del lugar le daba, así que bajaron abrigados, la temperatura era demasiado baja, posiblemente nevaría. Caminaron del brazo mientras platicaban, sin darse cuenta, estaban en un centro comercial comprando algunos obsequios hasta que las campanadas del lugar comenzaron a tocar, se abrazaron deseándose lo mejor. Pagaron y regresaron al hotel para cambiarse. 

Terry se dio cuenta de la presencia de Candy cuando Albert dejó la conversación para dirigirse a lo que era la pista de baile. Le tomó el pulso a la rubia, al percatarse que era solo un desmayo, le pidió a Archie que la llevara a su habitación, detrás de él iban Annie y Patty. No podía negar que se sintió engañado y burlado al mismo tiempo, iba a retirarse del lugar sin previo aviso, sin despedirse. William los alcanzó. Hablaron a solas en su despacho. Solo le pidió que la escuchara, aunque sea por el amor que un día se tuvieron, para poder estar en paz consigo mismos. Él prometió hacerlo, pero no en ese momento, él la buscaría en uno de los días que estaría en Chicago. A Albert no le quedó otra opción más que creer en su palabra. Se despidió, salieron del despacho. Su acompañante platicaba muy amenamente con Archie. La dama se negó a retirarse no sin antes bailar un poco de tango. Cambió la música por un vals. Solo bastó que Candy se presentara para que Archie discretamente enviara una señal al maestro de música e hiciera lo solicitado y Albert la llevara a los brazos de Grancehster.

-No pretendo nada, no sabía que vendrías... La prueba está que no esperaba verte que hasta me desmayé- Hubiera deseado decirle que no soportó verlo con su esposa y menos embarazada, ese era el motivo real de su desmayo, supo en ese momento que ya no tendría oportunidad con él.

Te Amo, Te Amo, Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora