Extra

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ESPAÑA, MADRID.

Un año antes

Camina por el pasillo contoneando sus caderas y provocando que el ruido de sus tacones se escuche en todo el restaurante, con su cartera de mano Úrsula se dirige a su inesperada cita con el mafioso más influyente de Turquía, Burak Bulut.

Toma asiento justo frente a él en aquel restaurante en donde no hay nadie más excepto él y su guardaespaldas.

- ¿Qué estás tramando? - pregunta alzando una ceja. - ¿Por qué te expusiste de esta manera? Podría tener un arma justo en mi cartera y dispararte aquí mismo por lo que le hiciste a mi padre hace dos meses, o peor aún, de haber traído a mis hermanos, así que volveré a preguntar ¿Qué estás tramando? - Burak susurra unas cosas en turco con su guardaespaldas lo cual hace que Úrsula se ponga alerta ante cualquier movimiento.

- Vine a resolver algunos cabos sueltos. - responde mientras recibe unos documentos que le extiende su guardaespaldas. - Como ya debes saber Anna está viva.

- Si, escuché algo, pero aún no resuelvo la incógnita. ¿Qué haces aquí y porque no estás viviendo tu final feliz con ella? - sentencia.

- Sé que tus hermanos vendrán por mí o por la gente que amo. Escucha Úrsula, no quiero matarte a ti o a tus hermanos, solo quiero solucionar esto de la forma más rápida posible, pero si no me dejan otra opción lo haré, eso te lo aseguro. - Hace una pausa. - Así que decidí empezar contigo. - le extiende los papeles. - Míralos, he pasado los últimos meses recolectando esa información, sumergiéndome más en tu pasado...y en el de ella.

Úrsula no entendió el por qué, pero en ese instante al escuchar lo último que Burak había dicho su corazón dio un vuelco.

- ¿Qué es esto? - dice abriendo la carpeta.

- Ella tiene tus mismos ojos. - dice.

Al ver la foto contuvo el aliento, ahí estaba, esa niña de ojos tan expresivos y grandes como los de ella la observaban cómo si de verdad la viera.

- Yo también me sorprendí al descubrir que tienes una hija de once años, Macarena.

- Ella murió. - susurró para ella.

- Evidentemente no lo está, sé que tu padre te hizo creer que lo estaba cuando diste a luz a los quince años. Él la envió a un orfanato y ahí ha estado desde entonces, ha pasado de casa en casa pero ninguna familia la quiere por ser "problemática." Ha sufrido mucho tu hija, asumiendo que su propia madre no la quiso desde que nació.

- ¿Qué quieres? - pregunta al borde de las lágrimas.

- En esa carpeta encontrarás todo lo necesario que prueba que es tu sangre. - dice.

- ¿Qué quieres? - vuelve a preguntar.

- Primero me encantaría conocer la historia completa de tus labios. - exige. - y también si dejas de apuntarme con la pistola que tienes entre tus piernas te lo agradecería.

Entran en una guerra de miradas y poder, pero al final Úrsula se rinde soltando el agarre de su pistola y accediendo a contar una parte de su pasado que creyó haber dejado atrás.

- Desde que era pequeña quise ser como mi padre, como cualquier niña, la cuestión es que a él le servían más mis hermanos ya que a los dos los podía meter en el negocio fácilmente, yo era más pequeña y solo era una niña por lo cual nunca me prestaba atención. - hace una pausa al sentir el nudo en su garganta que le impidió seguir hablando, por lo general era una mujer fuerte a quién solo le importaban los negocios y por ende el poder, pero ese tema la volvía más frágil.

En las garras del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora