CAPÍTULO 15: Suplícame que pare

1.3K 63 7
                                    

- ¿A dónde me estás llevando Burak? - pregunto ansiosa y temerosa por tropezarme en el camino puesto que me tiene los ojos vendados, no sé por qué está situación me excita un poco, tener los ojos vendados más el hecho de tenerlo tras de mí para guiarme hace que su fragancia me enloquezca y mi cuerpo reaccione ante su presencia.

"Eso y el hecho de que le estás sintiendo su prominente paquete." Me grita mi sucio subconsciente.

Sin embargo la deliciosa brisa de Venecia tocando mis mejillas hace que mi nervios o mejor dicho mis hormonas se calmen

- Ya casi llegamos. - se limita a decir

- Burak me voy a caer...

- llegamos - habla antes de que me siga quejando y resbala el pañuelo por mis ojos. - ya puedes abrir los ojos. - abro mis ojos lentamente para encontrarme con la hermosa vista del mar y la de un hermoso barco de tres pisos. - Bonito. - me limito a decir.

- Es tuyo - dice tranquilo, cómo si regalarle lujosos botes a las personas a manera de disculpa fuera algo muy normal para él.

Levanto una ceja esperando una explicación.

- Sé que la cagué, sé que debí confiar en ti y también sé que regalándote un barco y disfrutando de la hermosa cena que tenemos adentro no compensará que haya dudado de ti, pero...hoy estoy aquí parado pidiéndote...rogándote que me perdones y me des una última oportunidad. - me quedo mirando a sus ojos, a esos ojos que me hacen temblar las piernas cada vez que los posa en mí, a esos ojos tan expresivos que tiene aunque no to el mundo lo note, me quedo mirando esos hermosos ojos intentando encontrar algo que me diga que está mintiendo, alguna señal, cualquier cosa. - Amor te necesito...por favor perdóname, fui un cabrón. - vuelve hablar al ver que me he quedado sin palabras lo cual es raro viniendo de mi.

- Me dolió mucho que dudaras de mi, juré que nunca iba a dejar que me volvieras a tratar así. - cierra los ojos con fuerza cuando escucha mi áspera voz.

- Lo sé y créeme que soy el más idiota de todos - en ese momento me doy cuenta que estoy atrapada entre sus brazos. Me siento tan cómoda cuando estoy cerca de él que ni siquiera me di cuenta que otra vez estoy a su Merced. - No tienes que decidir nada ya, te pedí una ultima cena antes de que regreses a España, no tenemos que tener esta conversación ahora, solo dame esta noche, solo te pido que estemos juntos esta noche como si nada hubiese pasado, como si no me hubiese comportado como un idiota.

- No es tan fácil pretender que todo está bien cuando no lo está - respondo y él asiente dándome la razón. - pero tengo hambre y me hiciste salir de la comodidad de mi casa para esto así que sí, quiero al menos comer. - su rostro se llena de esperanza cuando me ha escuchado.

"Ay por favor, te quedas porque sabes que lo quieres."

Burak me estira la mano para poder subir al barco. Al ingresar me quedo maravillada con lo hermoso y lujoso que es por dentro, sin duda este sería un buen regalo de disculpas y funcionaria con cualquiera, pero no pienso aceptarlo.

- Acepté la cena, no el barco - le digo mientras me guía al lugar en donde será la cena.

- Lo sé, sin embargo siempre seguirá siendo tuyo. - una leve sonrisa se forma en mis labios por sus palabras.

Seguimos caminando en el interior del lujoso barco hasta llegar al último piso, cuando llegamos veo una mesa decorada y dos sillas juntas, alrededor hay velas encerradas en una cajita transparente para que el viento no las apague, Burak me aparta la silla para que me pueda sentar.

- Gracias - le digo y él se sienta a mi lado. - desde aquí la ciudad se ve más hermosa de lo que ya es - hablo maravillada con las vistas pues la ciudad de noche siempre me ha parecido un espectáculo.

En las garras del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora