Capítulo 3

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5 años después

La pesada neblina cubria el hermoso Sol de primavera y hacia que un gélido viento moviera mis cabellos. Era un día genial para esquiar y disfrutar de la helada entrada del invierno, pero no, ese día recibiría mi carta de aceptación de la Academia de Osadians, y los nervios no me dejaban respirar, ni había podido desayunar.

Por otro lado mi abuelo regresaba de un largo viaje ese día, y eso tambien me traia de nervios, un viaje que había hecho posible el yo inscribirme en la Academia, y hasta presentar el examen de admisión, algo que él jamás me hubiera permitido.

Me sentía rebelde y emocionada por el hecho de haber desobedecido a mi abuelo pero, mi mente jugaba cruelmente con los panoramas que podían ocurrir al el llegar y enterarse de lo que yo había hecho. El había confiado en mi y yo olímpicamente lo había  desepcionado, claro que mi yo interno hacia una fiesta con el hecho de imaginarme en la Academia por fin. Opacado por la llegada de mi abuelo.

Desobediente, rebelde, mala hija, eso me diría. O tal vez esa seria la parte bonita de lo que me diría, mi abuelo podía ponerse desde muy intenso hasta no hacer nada y simplemente dejarme de hablar, la verdad quién sabe cómo reaccionaria.

Eran alrededor de las 9 de la mañana cuando la esperada carta llegó. Corrí a sacarla del buzón de correo sin importarme el frio glacial que empezaba a hacer afuera, abrí el buzón y la tome en mis manos, un sentimiento de añoranza me embargó, como cuando tenias demasiado tiempo esperando algo y al fin estaba al frente de ti, sonriendo cerré el buzón y entre a la casa.  Me descalze las pantuflas de nieve y aun  con la sonrisa radiante en mi rostro me senté en el sofa.

Con el corazon desbocado contemple por fin el sobre que  yacia en mis manos, era dorado, con bordes azules y el logo de Osadians pintado en una de las esquinas, Para Elisabeth White, decía. Con manos temblorosas quite el sello y lo abrí.

A los 13 dias del Mes de Noviembre del Año 645 después del Holocausto.

La Academia de Formación  y Preparación Osadian le informa a:
Elisabeth White, que ha Sido aceptada para su pronta formación en nuestras instalaciones para convertirse en una Osadian.
Debido a que en el examen presencial consiguió una sumatoria de 200pts, siendo la nota maxima 200pts.

< Sea Bienvenida en Nuestra Academia >

Debe presentar esta carta el  Dia Lunes 25  del presente mes para  tramitar su inscripción y horario.

•| Un honor contar con tu presencia para defender futuramente nuestro planeta |• 

Se Despide.

Marcus Schereave.
Presidente General y Director de la Academia.
Osadian N1

En ese punto de la carta ya me había puesto de pie gritando y brincando en medio de la sala.

Había sido aceptada, lo había logrado, por fin mi sueño se haría realidad. En medio de mi euforia no me había fijado que la puerta de entrada de había abierto y mi abuelo había entrado a la casa, me miraba de lejos con el ceño fruncido sin entender mi reacción,  una maleta pesada caia desde su mano izquierda, se veía cansado y parecía que en esos meses sin vernos había envejecido unos diez años.
Habia vuelto.

Camine los pasos que nos separaban y lo abracé, lo había extrañado demasiado cómo para hablar, el era mi única familia, el y Sherlyn lo eran todo para mi.

Me separe de el y lo mire sonriente.

-Volviste- dije sonriendo

- Claro que si- me respondió acariciando mi rostro y besando mi coronilla- nunca te dejaria hija, alguien debe pagar las cuentas- solto riendo y yo le seguí.

- Es cierto pero, cuéntame cómo te fue? - en el afán de llegar a recibirlo se me había olvidado que la carta había caído en el piso a pocos metros de nuestros pies, y el hizo lo inimaginable, la miró.

- Que es eso Elisa?- se agacho y la tomo entre sus manos, no hacia falta explicar, el más que nadie sabia lo que era una carta de la Academia, mi muerte estaba sentenciada, dos minutos de felicidad y a morir.

Su expresión cambio de incredulidad a enojo en dos segundos, y de ahí empezo el desastre.

- Yo, te lo puedo explicar abuelo- susurre casi sin voz

- Que me vas a explicar? - grito interrumpiendome- que me desobedesiste deliberadamente?- en este punto había soltado la maleta y lo único que sostenía en sus manos era la carta- Pensé que te había quedado claro, que te había educado y bien- su tono de voz había subido dos apice, en mi mente se empezaba a formar un letrero que decia  zona peligrosa.

Con pasos lentos pero firmes se dirigió a la sala donde antes yo había estado sentada.  Se quito la chaqueta y la gabardina para luego encararme.

- No irás a esa academia Elisabeth- sentencio señalandome

- Abuelo porfavor, yo quiero ir- me quejé- no sabes lo que luche y me esforcé para que me aceptaran

- Lo dices como si fuera un gran logro, pero no lo es - me dijo tajante- yo he luchado toda mi vida para mantenerte a salvó, y alejada de esa gente y tu lo desperdicias asi Elisabeth, no irás y esa es mi última palabra.

-No - grite- voy a ir, yo me lo he ganado abuelo, me he portado bien, he sido la mejor alumna, hija, todo, por favor dejame ir - finalice bajando la voz al final.

No quería pelear por esto, pero de verdad qur queria ir y el no me lo iba a impedir.

Me miraba agitado, respirando profusamente, parecía que estaba midiendo lo que me diria.

- Eres menor de edad- El peso de esa realidad me aplastó- si quieres ir a esa académia tendrá que ser cuando no tengas que pedirme permiso- la carta aun estaba en sus manos, la felicidad de hace un rato se habia ido tan rápido como llegó- Parece que todo lo que te dijo Sherlyn fue en vano, que lo que esa gente le hizo a su reina te lo pueden hacer a ti - me volvia a gritar, me volvia a recordar lo de la Reina Megan, y yo  ya estaba harta de eso.

Lo que le paso a ella fue un caso aparte, además ella fue la creadora de ellos, no creo q su último deseo hubiera Sido la desaparición de esa raza de heroes.

- La Reina Megan murió por su culpa- solté con impotencia, era cierto, enamorarse de uno de sus soldados y romper su propio decreto de NO hacerlo era culpa exclusivamente de ella, los que la asesinaron en un momento pensaron que cumplían sus mandamientos. Pero mi abuelo  no lo consideraba así, me miro con ojos furiosos y lo siguiente que hizo fue imposible de evitar lanzó la carta que debía presentar en la academia  a las llamas de fuego de la chimenea encendida- No - grite saltando hacia la chimenea, pero ya era tarde la carta había sido tomada por las llamas voraces del fuego.

- No se habla mal de la Reina que hasta ahora te dió de comer Elisabeth- habló mi abuelo-  Se que ahora no me entiendes, pero lo harás- se acerco y dio unas palmaditas en mi hombro, mientras yo miraba fijamente las llamas- No ir es tu destino- Y zanjó alejándose de mi . 

Mis ojos se cristalizaron, mi mente iba a mil por hora, todo mi trabajo y esfuerzo de seis meses se habia destruido  en dos segundos, no quedaba nada qué hacer, debia presentar esa carta para  que me aceptaran, y ahora no habia dicha  carta.

Me arrodille en frente de la chimenea y dejé que el llanto saliera desconsoladamente perdiendo conciencia de la hora.

Cuando el sueño vino yo seguía ahi frente la chimenea tirada en la alfombra sin sentir nada, solo que mi corazón quemaba en mi pecho casi tanto como las llamas que habían consumido el pase para cumplir mi sueño.

Revival © 1er libro de la saga Osados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora