Revival © 1er libro de la saga Osados

Prologo

20 años atras

Belsazar Quitch movía sus dedos sobre su pierna insistentemente en un acto de nerviosismo inusual para una persona como el, en la otra mano sostenía el pequeño frasco que lo había llevado hasta allí.

Se encontraba sentando en la pintoresca sala de la casa de Sherlyn, una pequeña cabaña de madera ubicada en un bosque en medio de la nada, visible solo si ella quería que fuese asi.

Se había visto en la obligación de recurrir a ella debido a que, no conocía a nadie mas en su profesion , por asi decirlo.

La chica era una resucitadora de almas, mayormente de almas caídas en batallas. Aun tenía curiosidad como algo tan esencial como la vida podía caber en un envase tan pequeño como el que sostenía sobre sus dedos.

Sus ojos se posaron en una encimera también de madera que estaba hasta el tope con fotos de ella y su mejor amiga Megan.

Megan, el recuerdo cayo como un balde de agua helada sobre sus huesos haciéndolo estremecer sobre el incomodo sofá.
Aun dolía el recuerdo de esa jovencita que amaba como una hija, aun dolía el grito desgarrador de su muerte y las acusaciones de Marcus.

Sherlyn simplemente entendió todo Marcus por otro lado le declaró la muerte por ser el único culpable, según el,  De la desaparición del amor de su vida, claro, que el no entendía que ese día Belsazar también había perdido algo, a la que creía una hija.

-Hey

Sherlyn se encontraba en frente de el con su cabellera rojiza expuesta y sus ojos verde oliva cubiertos por unas ojeras que reflejaban cansancio y... Emoción? , había salido de la puerta caoba que se ubicaba al final del pasillo de la sala de estar en la que el esperaba.

Se había puesto de pie sin darse cuenta del bulto que sobresalía de los brazos de ella, una pequeña niña blanca envuelta en una manta beige con los ojos azules como el mar.

El viejo Belsazar trago fuerte por la impresión y , oro mentalmente para que no le fuera a dar un infarto justo ahora.

Sherlyn lo había logrado.

Lo había hecho.

Y es que mentalmente el había estado dudando de su capacidad.
-Empezara a recordar a los 18, quizás- la pelirroja había vuelto a hablar al ver lo ensimismado que estaba el  en la niña- quizás tengamos suerte y tengamos mas tiempo.

Ella le tendió a la niña y el torpemente la cargo en brazos y susurro

-Lo hiciste sherlyn

-Dudabas de mi? - ella hacia un gesto de impresión falsa y el soltó varias carcajadas.

-por ahora querida, dudó hasta de mi propia sombra- dijo mirándola como quién ve agua en el desierto- Gracias- ella ladeó la cabeza con un gesto tan grácil que impresionaba y una pequeña sonrisa se asomaba de sus labios .
- Se lo debo - dijo mirando a la pequeña con amor y acariciando levemente la frágil cabeza de la niña.

Una alarma se encendió en el pecho de Belsazar que alertaba en salirse de su cavidad torácica
.
Algo que la pondría en peligro a los ojos de todos y no la dejarían en paz.

-Y las hamsas? - se oyó un resoplido por parte de la pelirroja

-Eso es lo que menos importa-susurro la chica- no tiene marcas- zanjo, respondiendo así la pregunta del  viejo.

El la miro sorprendido, de verdad que le debía demasiado a Sherlyn, tal vez nunca tendría para pagarle este gran favor.

- Cual.. Cual será su nombre?- preguntó ella curiosa con la ceja alzada

El no dudó ni un segundo en responder, porque ya lo había decidido de ante mano.

-Elisa, Elisabeth

-Curioso- Dijo sonriente ella

-No, no lo es- dijo el correspondiéndole la sonrisa y viendo a la que seria la esperanza para el nuevo mundo, Elisabeth.