CAPÍTULO CUATRO

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Pov Win.

Una vez llegamos a casa lo primero que hicimos fueron las maletas, me marcharía y no había ningún “Pero” que pudieran tomar en cuenta ellos y la verdad no los habría, me iría con ellos. Podría seguir intentando en Tokio comunicarme con Bright y contarle, aunque no me gustaría que pensará que lo hacía para que volviéramos y hacer que él deje sus sueños. Esta misma noche nos marcharíamos de casa, la pondríamos en venta y así no quedaría nada que nos atara a Bangkok, un hotel sonaba más seguro para pasar la noche.

Pear ha tratado de comunicarse conmigo, aún me cuesta creer que ella sea de las más interesadas en retenerme para investigación, si tuvieran otras formas de pedir las cosas u otras intenciones, como por ejemplo en verdad ayudarnos a cuidarnos, quizás estaríamos dispuestos; y no solo nosotros sino más hombres en igual situación, pero no, a ellas lo único que les interesa es obtener la información, toda la posible, para lanzar su nombre y ser reconocidas. No era por la ciencia, no era por amistad, era por fama.

"¿Estás listo conejito?". Tay entro a mi cuarto, para nada se veía tranquilo. No me sorprende, a su hermanito lo habían tratado peor que a una rata de laboratorio y él junto a Singto prometieron cuidarme, aunque ya sea un hombre adulto y futuro padre.

"Si, ¿nos vamos?".

"Si, Singto ya puso todo en el coche, mañana a primera hora va al servicio de mensajería para enviar todo a su casa. Ya compré los boletos de avión, nos marchamos a medio día, quiero que descanses antes de partir y claro, que comas bien".

"Gracias, en verdad estaba muy asustado". Se acercó a mí y me abrazo fuerte prometiéndome una y otra vez que ellos me cuidarían.

Él era tan comprensible con mi situación al igual que Singto lo era gracias a que Krist, mi cuñado, tiene la misma condición que yo, de hecho, está esperando bebé, solo que él está en los inicios. Me alegraba saber que mi sobrino sería de la misma edad que mi bebés, y ahora me alegraba más saber que estarían juntos creciendo.

Nos marchamos dejando todo atrás, mi pasado, mi vida, mis amigos, todo, la idea del hotel resultaba segura en estos momentos, pero aún así no dejaba de sentir una presión en mi pecho, como si me estuviera perdiendo de algo.

A la mañana siguiente tal y como lo dijo Tay, Singto se encargó de mandar todas mis cosas a su casa, a mediodía tomamos el avión que me llevaría a mi nuevo hogar.

Me sorprendía la velocidad con la hicieron todo, desempacaron mis cosas y las acomodaron en su lugar, Singto compro despensa para los dos e incluso ya me habían conseguido un lugar en el Hospital General de Tokio como residente, todo mientras yo estaba cómodo en el sofá comiendo un bote de helado. Krist había venido antes de su turno a visitarme y decirme lo feliz y emocionado de que por fin tenia a toda su familia en un mismo sitio, dijo que me presentaría a Plan, otro cirujano embarazado y muy amigo de ellos.

Me comunique con Gun para asegurarle que estaba bien y que no perdiera contacto conmigo, la verdad lo consideraba un buen amigo, él no volvería al hospital al igual que yo, las intenciones de todos ahí son buenas al tratar de cuidarnos, pero ya no estaba seguro, al menos así me sentía.

Tres meses después, y ya con ocho meses de gestación las criaturas había decidido que era el momento de nacer, estaba en medio de mi turno en el hospital donde por cierto había aprendido muchísimo más que lo que llevaba trabajando en el de Bangkok

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Tres meses después, y ya con ocho meses de gestación las criaturas había decidido que era el momento de nacer, estaba en medio de mi turno en el hospital donde por cierto había aprendido muchísimo más que lo que llevaba trabajando en el de Bangkok.

Me practicarían una cesárea, tal parece era la única forma en que los bebés de un varón podría venir al mundo. Fue un niño y una niña… y Dios, estos pequeños no me dejaría olvidar a su padre definitivamente pues los dos tenían bastante similitud a Bright, eran una versión en miniatura de Bright.

Los nombre: Mick y Claire.

Los primeros meses de vida de mis hijos fueron toda una aventura, entre tratar de acostumbrarnos ellos a mi y yo a ellos, mis turnos cuando regresé al hospital y todo lo que además tenía que aprender sobre el cuidado de unos infantes me provocaron una tremenda baja de peso, pero era feliz, mucho. Tay estaba loco con Mick y Claire, casi no dejaba que yo los atendiera, pues a él le gustaba alimentarlos, cambiarlos, bañarlos, era tanta su obsesión que le dije en broma que ya debería casarse y tener hijos, eso lo espanto demasiado, tal parece que a mi hermano le gustan más los niños ajenos.

Cuando los pequeños cumplieron tres años yo estaba a punto de hacer mi examen final, me había decidido por la especialidad en pediatría, no tanto por ser padre ahora, pues tenía esa curiosidad por la especialidad, Mean, el jefe de cirugía pediátrica estaba de acuerdo en ser mi tutor, le había interesado desde el primer momento que llegue al hospital, y cada que yo estaba libre, por decirlo de algún modo, me solicitaba para asistirlo en sus cirugías.

El examen fue en Hong Kong, temía ponerme nervioso, no sabía qué pasaría si no aprobaba, pero afortunadamente no fue así, de todos modos, mi jefe, el Dr. Suppasit me había asegurado que se me daría otra oportunidad de presentar el examen y por supuesto avanzaría de todos modos a la especialidad, a quien llame fue a Gun, ahora padre de un niño de tres años. Él se había mudado a New York junto con su familia, había encontrado un mejor hospital para continuar con su residencia.

Ambos entendimos que el hospital de Bangkok no era el único hospital con excelentes cirujanos, sino que, buscando un poco más, nos encontraríamos con una infinidad de ellos por todos lados. Y claro, aprobó.

"¡Aprobé!". Le gritaba al teléfono a mis hermanos y cuñado. "Por dios estaba tan nervioso que pensé que no llegaría a hacerlo, los que me evaluaron eran cirujanos muy intimidantes".

"Estoy tan orgulloso de ti conejito". Hablo Singto. "Sabíamos que lo lograrías, ahora, a prepararte para Neuro".

"¡Singto!". Escuche a Krist y Tay gritarles, a mí me causo mucha gracia pues aún y con lo seguro que me veía tomando pediatría él seguía insistiendo en tomar su especialidad.

"Lo siento Sing, aún cuento con que Mean me reciba".

Al día siguiente del examen regrese a Tokio, no podía estar mucho tiempo sin mis pequeños, que por supuesto como todos los niños pequeños me pedieron un regalo cuando regresara de mi viaje. Estaban obsesionados por Paw Patrol así que les lleve un peluche de Rubble y Everest.















Holaaaa mis bebés volví con un nuevo capítulo, un poco corto😔 espero y les esté gustando la historia🤧❤️ mis exámenes ya acabaron lo cual podré actualizar un poco más seguido❣️

Cuídense mucho, lxs tqm🥰❤️

𝐴𝑙𝑔𝑜 𝐷𝑒𝑚𝑎𝑠𝑖𝑎𝑑𝑜 𝐼𝑛𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑑𝑜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora