CAPÍTULO NUEVE

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"¡Te lo dije!". Krist fue el primero en enterarse cuando acudió a una consulta al hospital infantil. "Te dije que ese hombre estaba loco por ti, ¿Qué le vas a responder?".

"No lo sé". Apretaba su vaso de café un poco, la verdad no sabía que hacer.

"No entiendo…".

"Hay muchas cosas en juego Kit, la vida de mis hijos está aquí, la mía, mi trabajo, sus amigos…".

"¿Qué te hace pensar que debes ser tú el que se tiene que mudar?".

"Él no lo va a hacer…".

"¿Ya le preguntaste?".

"¡Cómo iba a hacerlo si me dijo que no quería una respuesta en ese momento!".

" Déjalo todo, lo amas, te ama y tus hijos están locos por él, ¿No crees que valga la pena?".

" ¿Y qué?, ¿Vuelvo a empezar allá? ¿Voy al hospital general de Bangkok a pedir un lugar y comienzo de nuevo? ¡No! Luche muy duro para llegar a donde estoy, soy importante aquí, los padres me buscan por mis investigaciones, salvo a muchos niños". No dejo que su cuñado lo interrumpiera. "Sé que allá también salvare vidas, pero tendré que empezar de cero y no quiero".

"¿Vas a dejar pasar la oportunidad de ser feliz con el hombre que amas el único que has amado y que además es el padre de tus hijos?".

"Si, si eso significa tener que sacrificar todo lo que he ganado aquí".

Esas dos semanas fueron muy estresantes para él, no pudo inundarse de trabajo por estar pensando en la propuesta de Bright, solo se concentraba cuando atendía a sus pacientes, pero solo al terminar volvía Bright a su cabeza

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Esas dos semanas fueron muy estresantes para él, no pudo inundarse de trabajo por estar pensando en la propuesta de Bright, solo se concentraba cuando atendía a sus pacientes, pero solo al terminar volvía Bright a su cabeza.

En esas dos semanas Bright no le llamo, no le mando mensajes, ni siquiera cuando hablaba con sus hijos él se ponía al teléfono. Lo sabía, le estaba dando su espacio.

Era el día que regresaban, su día libre además y se encargó de preparar la comida para los cuatro. Como los remolino de sus hijos que son entraron por la puerta principal para buscarlo y arrojarse a sus brazos, Win los recibió con muchos besos en sus rostros.

Bright al ver la escena suspiro, la primera vez que vio a Win recibir a sus hijos después de regresar de sus vacaciones se dio cuenta que el más bajo se quedaba solo y triste, tantos años siendo solo ellos tres y ahora lo tenía que compartir con él, definitivamente era un golpe duro también. Por eso y por lo que sentía por él se le había confesado.

Cenaron después de que los gemelos desempacaran sus cosas y Bright acomodara las suyas en la habitación que ocupaba cuando se quedaba con ellos, Clay y Mike no paraban de parlotear sobre lo que hicieron con sus abuelos, lo que su padre les enseño y todo lo que habían hecho.

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𝐴𝑙𝑔𝑜 𝐷𝑒𝑚𝑎𝑠𝑖𝑎𝑑𝑜 𝐼𝑛𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑑𝑜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora