EL AYER NO TAN VERDE

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Observando ese vasto he indomable mar, tan azul,  hermoso, sonrió por que  siempre lo comparaba con "el". sin mas como de acostúmbre me quede dormido.

Roronoa zoro ese chico de cabellos singular, espadachín de los sombrero de paja, tosco bebedor empedernido, que es lo que no se ha contado sobre el, pues tal vez los detalles de su cuna ¿de donde es? ¿sus progenitores?

 Un pequeño de no mas  cinco añitos corría con todo lo que su aun débil físico le daba, su corazón o mente le gritaba que volviera, pero las ordenes habían sido claras "no te detengas por nada amor mío, no vuelvas ni mires atrás ,se libre por los dos te amo mi lechuguita", no llevaba mas de quince minutos de esas palabras dichas,  pero el jamás desobedecería a su madre a pesar que ha cada pequeña zancada sentía su alma quebrar.

Zaforo  una pequeña villa, poco convencional su producto interno era nada mas y nada menos que el sexo un pequeño poblado donde la decencia y la moral  eran virtudes desconocidos, aquel lugar  era regido por así decirlo por un samurái  forastero puesto que el mas ilustre de todos los cabarets era suyo y todo su servicio de calidad, a las afueras del lugar de día parecía un completo botadero de basura algunos borrachos dormidos siendo robados por la indigencia local  un olor sexo y vicios, nunca se encontraría un acompañante de dicho lugar vagando a esas horas la faena comenzaba al caer el sol las luces de neón anunciando lo vulgar,  trajes extremadamente  cortos llamando a gritos por la compañía fugaz  no había tabú referente a las relaciones sexuales  homosexual, sado-masoquista, y cualquier tipo de ser posible si un paraíso para un pervertido con dinero. Un paraíso de libertad y exploración sexual, no eso era lo mas alejado a un paraíso quien viera mas allá de esas sonrisas coquetas, la luz del día revelaría las rejas de lo que muchos podrían considerar un infierno, pues no es una exageración cuando jamás se ha sido ser dueño  siquiera tu cuerpo,  sirves para nada mas que ser el juguete sexual del que pague. Se pensaría que en un lugar así todo esta perdido para una bella muchacha de escasos dieciocho que solo iba con la intención de darle  un mensaje al misterioso samurái forastero de parte de su recién fallecido hermano viejo colega del tipo, pero ella tuvo la desgracia de que aquel hombre quedase cautivado por su exótica belleza, fuerte y ala vez dulce carácter, solo por una gota de respeto a su viejo amigo, no  tomo en ese momento a la muchacha que en cuestión de días se dio cuenta del lugar y situación en el que cayo, aunque solo fue cuestión de tiempo para que aquel desgraciado abusara de la chica llevándola a una gran depresión puesto que ella por así decirlo era algo especial y el hecho de despojarla de algo tan puro la acabo mentalmente. Algún tiempo paso pero para ella todo había terminado, el hombre estoico como siempre le desesperaba la actitud de la chica o tal vez culpa del estado a la cual la llevo, pero sucedió lo esperado en esta situación, estar embarazada de su captor y violador era como añadir  sal a la tortura, tiempo que casi desaparecieron las  visitas diurnas del hombre a la torre donde solo quedaba ver por la pequeña reja en dirección a una montaña verde y pájaros libres que sobrevolaban al ocaso.

Zoro despertó con algunos sonidos de aves, a pesar del tiempo logro nitidez en esos recuerdos que aunque  tristes solo el guardaba como tesoro la sonrisa de una las dos mujer mas importante para el, estirando su cuerpo como gato examino su alrededor.              

Nami: si Luffy ya te dije que si -la pobre nami ya desesperada con la impaciencia de su capitán por llegar al pronto destino se decía  famoso por su variada gastronomía Luffy: Nami es que no quiero llegar tarde solo tenemos dos días -hace un puchero luego de sonreír para ir a sentarse en la cabeza del Merry                                                          Usopp: Esta isla si me gusta sin peligros ni nada, cuenta conmigo Luffy - se acerca a Luffy a especular sobre el lugar                                                                                                               -Robin y Chopper en sus lecturas sin ignorar lo que sucedía, el cocinero que sale  detrás de zoro  sorprendiéndole lo cual causa gracia a sanji, ese gesto hace que zoro se sonroje pues ver al rubio reír era un poema, sanji al ver a zoro sonrojarse solo hizo un gesto de extrañes marchándose, zoro suspiro                                                                            Zoro: No es de extrañarme el debe de sentirse asqueado que un hombre se sonroje aun mas si ese hombre soy yo verdad sanji-sonrió melancólico  viendo el horizonte donde muy alejado se divisaba tierra, mientras la tripulación se preparaba para el desembarque.

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