[5] Sentimientos

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Las dulces notas del guqin resonaban en toda la habitación, aquellos largos dedos bailaban con infinita gracia a través de las finas cuerdas, una melodía suave y clara que limpiaba todo tu ser invadía cada rincón del cuerpo.

Lan Zhan mantenía sus claros ojos bañados en oro fijos en aquellas cuerdas mientras miles de pensamientos invadían cada rincón de su mente.

Aquellos sentimientos tan confusos que se formaban desde el fondo de su corazón eran desconocidos para él, ese sentir de angustia al ver que aquella persona no se encuentre bien, la felicidad y el anhelo al mirarlo sonreir, la ira al verlo ser cercano a otros.

Se sentía egoista por sentirse de esa manera, se sentía incorrecto ver a alguien de esa forma, porque muy en el fondo sabía no era simplemente afecto, él quería encerrarlo para que nadie más lo viera, para que nadie nunca lo haga sufrir.

Lan Zhan sacudió ligeramente la cabeza para alejar aquellos pensamientos, sus finos cabellos negros se movieron sobre su hombro cayendo en forma de cascada, aquella fina mano dejó de tocar para dirigirse hacia su cabeza.

El peso de todos aquellos sentimientos que tanto deseaba ocultar se ponían sobre sus hombros.

¿Por qué era tan difícil ignorar a esta persona?

¿Por qué era tan difícil sacarlo de sus pensamientos?

No entendía... pero aún si no lo hacia, aún si aquellos sentimientos se hacían más fuertes, él no podía dejarlos salir.

Lan WangJi podía ser muy frío e incluso arrogante para algunos, pero eso no era verdad, Lan WangJi era una persona insegura que buscaba de cierta forma el reconocimiento de su tío, era una persona que buscaba ser fuerte para poder estar con su hermano, era una persona débil que no podía demostrar sus sentimientos.

Lan WangJi tenía miedo de que si dejaba salir aquellos sentimientos dejaría de ver esa sonrisa, que ya no seria nada como antes.

Ese pensamiento le aterraba.

Sus bellos ojos fueron cerrados fuertemente tras esos pensamientos, las claras notas del guqin dejando de sonar hace mucho tiempo.

Lan WangJi volvió a encerrarse a si mismo.

Un quejido se escucho por detrás de él, donde en una cama acostado yacía un Wei Ying ahora despierto.

-Lan Zhan- dijo frotándose los ojos.

No recibió respuesta.

-Lan Zhan- volvió a decir esta vez un poco más fuerte.

No hubo respuesta.

-Lan Zhan~ - una pequeña idea cruzó por la mente de Wei Ying -Lan er-gege -

El mencionado le dirigió una mirada.

-¡Aiya! Que miedo

Lan WangJi lo volvió a ignorar.

-Lan Zhan~ no seas así conmigo- un puchero se formó en sus labios-Te traje desde la biblioteca hasta la enfermería y te cuide como una buena esposa hasta que te despertaras, al menos ilumíname con una sonrisa- Aunque durmió la mayor parte del tiempo.

Lan WangJi le dirigió una mirada amenazante tras escuchar la palabra "esposa".

-Esta bien, esta bien, voy a callarme-

La pequeña habitación se sumió en un silencio no tan reconfortante que solamente era cortado por los bajos ruidos del exterior.

-Gracias

El silencio fue cortado por el hablar del jade.

-Eh?

-Gracias por traerme- dijo desviando la mirada mientras sus orejas se ponían de un color rojizo, hecho que el contrario no notó.

Los plateados ojos de Wei Ying estaban ligeramente abiertos, un sentimiento comenzó a formarse en su interior mientras una sonrisa se expandía por sus facciones.

-De nada- dijo con mucho entusiasmo.

La habitación se volvió a llenar de silencio, esta vez uno que las dos personas dentro disfrutaron.

Cada segundo que pasaba aquellos corazones se llenaban de un sentimiento cálido, se sentían un poco más cerca del otro y sin pensarlo, queriendo estarlo más.







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El dolor de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora