Capítulo #4 - Ya se quién es mi Luna

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Salgo un rato de mi casa para caminar por el parque. Estaba muy aburrida ya que, al vivir sola, no tenía con quien hablar. Mientras caminaba con la cabeza abajo sin un rumbo fijo, la vi.

Llevaba un vestido blanco corto, unas sandalias negras y su cabello ondulado cayéndole por la espalda.

Me acerque a ella y luego le puse la mano en el hombro. Ella se sobresalto, estaba a punto de gritar pero luego vio que era yo y soltó un suspiro de alivio.

-¿Qué haces aquí, solecito? - pregunto riendo.

-A hablar con la Luna - hable - ¿La has visto?

-Mmm... Sip, detrás de aquel enorme árbol - señalo el pino.

-Gracias - hable para alejarme de ella.

-¿Por qué hablas con la Luna? - pregunto.

-Es mi única amiga - hable - ella me entiende mejor que nadie. Ella sabe lo que es... Sentirse rechazada.

Ella se acerco a mi y me abrazó.

-¿Y porque te sientes así, Sol? - ¿Por qué me llama así? ¿Por qué me gusta?

-Por qué no tengo amigos, mis padres y familiares me abandonaron, porque soy inmigrante de Cuba...

-¿Por qué emigraste a Estados Unidos, Sol?

-No lo se, Luna. No tenía dinero para pagar mis estudios y... - ya había comenzado a llorar.

Lauren me abrazó depositando su confianza en mi. Necesitaba llorar, desahogarme con alguien, y allí estaba Lauren.

-Tranquila, Sol... Te entiendo - dijo aún con sus brazos rodeándome.

Había llorado como por 47 minutos, 37 segundos. Lo suficiente como para haberme desahogado.

-Sol, ya es tarde, empieza a hacer frío - Lauren me abrazó - ¿Debería acompañarte a casa?

-No - hable - no queda muy lejos.

-De igual manera voy a acompañarte - se ofreció.

Sonreí.

Ambas caminamos cinco cuadras hasta mi pequeña casa.

-Wow - hablo - es preciosa a pesar de ser tan pequeña.

-¿Quieres entrar? - pregunte - s-se hacer chocolate caliente y...

-¿Temes a quedarte sola, verdad? - mierda.

-Am... Yo... No, yo...

-Se como se siente, solecito - se acerco - yo también vivo sola, a veces temo porque alguien me secuestre y me haga daño.

-¡Nadie te haría daño a ti! - dije con una leve risita.

-¿Por qué no?

-Por qué eres preciosa y dudo que quieran que tus preciosos brazos tengan moretones o que tu hermosa cara este cortada.

Ella sonrió antes mi comentario. Y su sonrisa era mas que perfecta. Era hermosa.

-Entremos, solecito - hablo antes de rodearme con su brazo para entrar a la casa.

Entramos y todo era normal y cálido. La chimenea encendida, el árbol de navidad porque ya estaba cerca, los muebles frente a la chimenea, el mesón que dividía la sala de la cocina, las escaleras que daban al piso de arriba, el pequeño armario debajo de las escaleras, los juguetes y pelaje de mi gato por el piso de madera y muebles, todo estaba como siempre.

-Espérame aquí - le dije a Lauren - siéntate donde te sientas cómoda.

-Okey - hablo mientras se sentaba en el suelo frente a la chimenea.

Y creo que se tomo muy enserio el: Siéntate donde te sientas cómoda

Voy a la parte trasera de la casa para buscar leña para la chimenea que se estaba apagando. Prendo la luz de el patio trasero y busco en la pequeña caja fuerte donde guardaba la leña. Muy profesional de mi parte.

Coloco la combinación y saco algunas 18 ramas de esta. Cierro la caja fuerte y apago la luz del patio trasero para entrar a la casa con la leña entre mis brazos.

-Ya llegué, Luna - hable mientras miraba a Lauren mirar la chimenea con cierta tristeza - perdón por la demo... ¿Qué pasa, Luna? - pregunte al verla en aquel estado.

Algunas lágrimas deslizaron por sus pálidas mejillas. Yo coloque la leña dentro de la chimenea y puse también mas fuego en esta.

-Luna, ¿Qué te pasa? - pregunté.

-N-no es nada - se limpió la nariz - es solo que... Tu casa... M-me trae recuerdos lindos y el solo... Saber que no volverán solo... Me... Me pone triste.

-¿Recuerdos como que? - le pregunto antes de abrazarla.

-Mis padres y yo jugando juegos de mesa frente a la chimenea, cuando simplemente nos perseguíamos por toda la casa... Es que... M-me pone triste.

-No deberías llorar - limpié sus lágrimas - las chicas bonitas como tu no deberían sufrir - la abracé - ya no llores.

Hubo un completo silencio en toda la casa. Solo se escuchaba los pequeños sollozos de Lauren y los sonidos ceniceros de la chimenea.

Lauren toco mis manos que estaban envueltas en su cintura. La estaba abrazando, mal pensados.

-Ya no estes triste - hable acariciando sus dedos - ahora me tienes a mi, Luna.

I just told the moon |CAMREN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora