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🚫Este capítulo contiene escenas explícitas🚫

- Te quiero a ti.

Sus palabras quedaron sueltas en el aire durante varios segundos. Jeno lo miraba incrédulo, la sopresa plasmada en todo el rostro junto con una mueca de confusión (y Renjun también se sorprendió porque juraba que Jeno no tenía más expresión facial que la de aburrimiento o desinterés), aunque no tardó en volver a su expresión habitual , casi como si no lo hubiera oído. Por un momento Renjun temió no haber dicho aquello realmente y sólo imaginarlo porque los segundos pasaban y el mayor no respondía ni parecía reaccionar más. De hecho, si no fuera por el gesto cínico que formó Jeno de repente, el cual demostraba que aparentemente estaba barajando sus cartas antes de responder, de verdad pensaría que no había admitido nada. A continuación Jeno suspiró y negó con la cabeza mientras llevaba una mano al brazo del menor para sujetarlo con fuerza y se acercaba a su oído para susurrarle algo. Renjun se tensó ante la cercanía, expectante al escalofrío que lo recorrería entero una vez sintiera el aliento cálido y mentolado del más alto chocando cotra su cuello.

- Te llevaré a casa.

Esa no era la reacción que esperaba. Frunció el ceño y se giró para mirar a Jeno, buscando algún rastro de broma en sus penetrantes ojos negros, aunque no encontró más que vacío en su mirada. ¿Lo había enfadado con lo que había dicho? Tenía sentido considerando que se suponía que eran amigos ahora, tenía más sentido si recordaba que Jeno era heterosexual, y tenía muchísimo más sentido si tenía en cuenta que el chico era el novio de su hermana mayor... lamentablemente, Renjun no estaba suponiendo, recordando ni teniendo cosas en cuenta es ese momento. Renjun simplemente estaba mirando el cuerpo delgado y delicado del mayor, su piel blanca y suave, sus facciones agudas y masculinas, sus ojos penetrantes, sintiéndose hambriento y ya de intentar irse a la cama con Jeno. Ladeó la cabeza y formó un puchero inconscientemente, no quería enojar al chico pero tampoco quería irse sin obtener nada ya alcanzando ese punto, se había convencido y seguiría hasta el final. Había juntado el valor para confesar su secreto más profundo y ya no quería echarse atrás, sólo quería tener a Lee Jeno sólo para él por una noche, ¿y cuándo mejor que en ese instante en el que nada lo asustaba, nada lo intimidaba y mucho menos le importaba? Esa noche era la perfecta para olvidarse de los valores, la moral, la ética, de su familia y de todo lo que no fuera volver sus fantasías una realidad.

- No quiero ir a casa - protestó, acercándose más a Jeno - Todavía no.

- Avísale a tu amigo que te vas sin él - ordenó el mayor, ignorando los pucheros y los ojos de cachorro de Renjun - Yo llamaré a tu herm...

- ¡No! - exclamó de repente, sorprendiendo por segunda vez al pelirojo - Por una noche, hyung, sólo por una noche... no pienses en ella...

- ¿De qué hablas ahora, Renjun? - cuestionó Jeno, presionando más el brazo del menor - Deja de jugar y vámonos.

Sin darle tiempo a responder, Jeno lo jaló del brazo para comenzar a caminar rumbo a la salida, arrastrándolo con él. Renjun intentó soltarse del agarre del mayor pero sorprendentemente este tenía mucha más fuerza de la que parecía, y Renjun no se encontraba en todos sus sentidos realmente, era una lucha inútil porque sabía que perdería. Se dejó llevar, resignado, caminando a tropezones debido a la falta de coordinación que sufrían sus piernas por el exceso de alcohol, mordiéndose el labio en lo que pensaba cualquier forma de salvar la noche. Luego de avanzar entre la gente (a quienes Jeno empujaba para poder pasar sin importarle una mierda y los insultos que dirigían a su persona) finalmente llegaron a la puerta, y en menos de dos minutos se encontraban afuera del bar, solos en la calle vacía a excepción de ellos dos. Aunque no hacía frío, la brisa fresca de primavera golpeó a Renjun en el rostro haciéndolo estremecerse por un segundo, y de alguna manera eso lo hizo reaccionar a tiempo para intentar, una última vez, lograr su cometido. Se detuvo de golpe, haciendo que Jeno se detuviera con él, y aprovechó ese instante de confusión para liberarse de su agarre. Como era de esperarse, Jeno se dio la vuelta dispuesto a tomarlo de nuevo, pero Renjun no lo dio tiempo: llevó ambas manos a las mejillas del mayor y juntó sus labios con los de Jeno con urgencia. Jeno no tardó en reaccionar, separándose bruscamente de él. En cuanto Renjun abrió los ojos, se encontró con la mirada sorprendida del mayor, la respiración irregular, el ceño fruncido y los labios entreabiertos, los ojos negros expresando... algo que Renjun no podía descifrar. Pero no era enojo, tampoco era asco, no era algo malo, o eso le parecía al rubio mientras le sostenía la mirada a Jeno, los ojos propios llenos de duda e ilusiones que no debería estar haciéndose. Se mordió el labio y aprovechó el silencio de Jeno para tomar la palabra aunque no estaba seguro de que diría en cuanto abriera la boca y comenzara a hablar.

~No le digas a Noona~Where stories live. Discover now