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🚫Advertencia: Contiene escenas explícitas🚫

Lo primero que hizo Jeno fue comenzar a desabotonar la camisa estampada que Renjun estaba usando ante la mirada antenta y ansiosa del rubio, cuyo pecho se inflaba por la respiración irregular y acelerada. Renjun se mordió el labio sin dejar de mirar cómo el pelirojo se deshacía de su ropa, poniéndose cada vez más nervioso a causa del miembro endurecido latiéndole debajo de la ropa mientras que uno a uno los botones iban cediendo ante las manos rápidas del mayor hasta revelar la ligera camiseta sin mangas que traía debajo de la camisa. No podía entender cómo era que Jeno lucía tan sexy haciendo algo tan simple como quitarle la camisa, pero así era, y todos esos pensamientos nada más lograban excitarlo más y más, logrando que la espera fuera agónica y la anticipación creciera rápidamente. Renjun levantó los brazos para ayudar a Jeno a deshacerse también de la camiseta y poder comenzar de una vez, pero el mayor tenía otros planes y no se la quitó, sino que se la dejó sobre los ojos haciendo que Renjun  no pudiera ver nada más allá de la tela. Incapaz de predecir qué haría Jeno a continuación, se estremeció por completo cuando sintió los labios del mayor en su cuello, pero no se mantuvo mucho  tiempo allí sino que comenzó a bajar lentamente con los labios, trazando un camino de besos por todo el torso desnudo del menor, pasando por sus clavículas, su pecho, su estómago. Allí por donde pasara la boca ajena, Renjun sentía la piel ardiendo, por eso pudo respirar bien apenas Jeno se detuvo en su abultado pantalón.

Sintió cómo el mayor bajaba el cierre del pantalón para inmediatamente deslizarlo por sus piernas, acariciándole los muslos al mismo tiempo que se deshacía de la prenda y lo dejaba nada más en ropa interior. Renjun tembló en cuanto sintió que el pelirojo volvía a subir por sus piernas, esta vez con la boca. El mayor recorrió sus muslos con besos lentos y húmedos, lamiéndole la piel e incluso dejando mordiscos en el camino, haciendo que Renjun jadeara y se retorciera debajo de él. Los besos iban acercándose cada vez más a su erección prisionera debajo del bóxer, pero Jeno no fue directamente a ella, sino que delineó muy lentamente el contorno de su pene antes de finalmente centrar los labios exactamente sobre este, succionando por encima de la tela, logrando que Renjun gimiera fuertemente con tan simple acción. Al parecer al mayor le entretenía jugar con Renjun, pues repitió la acción, continuando su camino hasta el elástico del bóxer y comenzó a jalarlo con los dientes sin terminar de quitarlo. Mientras que Jeno se divertía tentándolo, él se deshacía en gemidos y jadeos, e incluso temía llegar a correrse nada más con eso porque todo era tan jodidamente estimulante que estaba volviéndose loco. Llevado por la impaciencia y por el deseo, impulsó la pelvis hacia delante, logrando que el mayor soltara una risita socarrona.

- ¿Qué ocurre, Renjun? - preguntó con fingida inocencia - ¿No te gusta?

- Sólo hazlo - pidió, ignorando lo ronca que le salió la voz - Hazlo ahora.

Acatando su pedido, Jeno por fin quitó el bóxer azul del camino y dejó libre a su endurecido miembro, este alzándose completamente erecto frente al rostro del mayor. La mano ajena lo rodeó por completo y apretó antes de comenzar a masturbarlo con ritmo acelerando, y Renjun jadeó de alivio porque necesitaba esa atención tanto que podría sollozar de placer. Jeno sintió moviendo la mano arriba y abajo por su pene, presionándole la punta con el pulgar, alternando entre un ritmo rápido y ligero con un ritmo lento y opresivo, haciendo que Renjun se volviera un desastre de gemidos. Pero lo que verdaderamente lo enloqueció  fue sentir de repente la lengua de Jeno sobre sus testículos. Un fuerte "¡oh!" salió de sus labios en cuanto Jeno comenzó a lamerlos junto con la base de su miembro, complementando ahora los movimientos de la mano con la acción de los labios y lengua sobre toda su zona erógena. El mayor envolvió primero uno y luego otro, succionando suavemente y jugueteando con la lengua al tenerlos dentro de la boca y soltándolos con un sucio sonido de pop cada vez que los dejaba salir para engullir el otro. Renjun estaba seguro de que no le faltaba mucho para llegar al orgasmo, y aunque se moría por aquella liberación, lo único que quería era tener la boca de Jeno sobre su pene durante la eternidad dándole aquel placer indescriptible, algo que Renjun jamás había podido siquiera imaginar mientras fantaseaba con su cuñado. La realidad era un millón de veces mejor que todo lo que su mente había creado los últimos meses, y eso teniendo en cuenta que su repertorio de fantasías con Jeno era muy amplio, pero nada se comparaba a lo que estaba sintiendo en ese instante.

~No le digas a Noona~Where stories live. Discover now