Capítulo 1

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Miré el paisaje a mi alrededor. Todo verde y azul. El cielo y el bosque. Bajo mis pies, un interrminable precipicio. Que bien se siente estar ahí arriba.

Había corrido por todo el bosque, buscando un poco de paz lejos de Edward y Bella. Aveces pueden ser realmente cargantes. No me malinterpreteis, si yo lo comprendo y aprecio mucho su interés y dedicación. Pero, por favor, un poco de espacio. Así que aveces el único sitio en el que puedo respirar tranquila es en el bosque, o, exactamente, aquí. En el bonito precipicio.

A los ''doce años'' mi cuerpo se tomó un respiro y el tiempo comenzó a pasar como debería. Cada segundo valía lo que tenía que durar. Por lo que aquí estoy, con mis fantásticos dieciseis años. Notese el sarcasmo. Jacob es mi mejor amigo, aunque se que el quiere algo más, lo que me resulta bastante plasta. Jasper, Alice, Emmet y Rosalie son mis tios -aunque me parezcan mis hermanos-, y Esme y Carlisle mis abuelos -estos si se sientes mis abuelos, no os ofendais-.

Respiré hondo. Era domingo, lo que significa que al dia siguiente había instituto. Guay. Aunque no s eporque me quejo, la verdad, ya que soy yo la que insistió en que quería ir al instituto donde estuvieron mis padres. Es extraño pensar que los culos de tus padres estubieron donde yo me siento normalmente, pero lo ignoro. Si no hubiera sido por mi insistencia, ya estariamos en la otra punta del mundo. Y por Charlie, claro.

Creo que hasta que no se muera -que ojala no sea pronto- Bella no va a querer irse de Forks. Me crucé de brazos siintiendo el viento a mi alrededor y viendo las copas de los árboles moviendose. Detrás mia se rompió una ramita al ser pisada y me giré rápidamente.

- ¿Sabes lo que haría tu padre si se enterara de que estas volviendo a jugar en el acantilado? -dijo apreciando el paisaje.

- ¿Qué pasa Emmet, ahora eres mi guardaespaldas? -dije sin mirarle.

- Bueno, cuando desapareces por un rato alguien tiene que ir a buscarte.

- No -dije, y me reí por la estupidez que cababa de decir que solo confirmaba que no se daban cuenta.- ¡Es eso exactamente! ¡Nadie tiene que ir a buscarme! Nunca me ha pasado nada, se cuidarme solita.

- Eso se lo dices a Edward, por mi te dajaba aquí.

Eso me lo tomo bien, ¿o no?. Me giré y andé hacia el hasta que darme enfrente suya. Bajo la cabeza con el ceño fruncido, desconfiando de lo que iba a decir. Le miré directamente a los ojos.

- ¿De verdad que no te apetece quedarte tío Emmet?

Su ceño se relajó y pude ver en el reflejo de sus ojos como se me dilataban y contraian las pupilas, atrapandolo en mi mente. Abrío la boca y miró hacia otro lado bruscamente.

- Ni se te ocurra, jovencita -dijo acusandome con el dedo y le alcé una ceja aburrida.

Di un paso hacia el precipicio, viendo como algunas piedras caían y Emmet se enfadaba.

- ¡Nessie! ¡Ni un paso más!

Y salté, claro. Sentía el aire pasando a mi alrededor a una velocidad increible y mi pelo alborotandose. Si señor, eso se sentía genial. Libertad. Manejé mi peso para que al caer fuera como una pluma y al parecer no estaba tan oxidada. Hacía tiempo que no saltaba.

Tomé el camino más cercano para llegar a la casa, corriendo entre los árboles y llenandome las zapatillas de barro. Vaya, esto a Alice no le va a gustar... o si, así tiene excusas para comprar más. Caminé por el porche mientras me quitaba la chaqueta, que calor daba aveces tanta actividad.

- Nessie esta en casa... -musitó en el salón Jasper.

Pasé por la cocina -dejando la chaqueta en un taburete-, y justo cuando pensaba en escaparme hacia las escaleras, Edward me frenó.

- Renesmee... -dijo y noté el cabreo en su voz.

Giré sobre mis talones y algo chocó conmigo por detrás. Fantástico, Emmet me seguía muy de cerca.

- ¿¡Has estado en los acantilados!? -gritó mi padre.

- ¡¡Emmet!! -le chillé.

- ¡Se ha metido en mi cabeza! - dijo poniendo los brazos en el aire.

Noté la mirada de Jasper clavandose en mi y sus olas de tranquilidad acercandose peligrosamente a mi. Me miré las manos y ví como temblaban. Vale Ness, calmate... no ocurren cosas buenas cuando te cabreas... Me dije apretando los ojos.

- ¿Que te he dicho de ir a los acantilados? Está teminantemente prohibido y lo sabes -me riñió.

Le miré con mirada inexpresiva, no pensaba pelearme con él. Porque aunque no lo parezca, le quiero, y no me gusta que se cabree conmigo, se supone que soy la chica adulta.

- ¿Es qué te da igual lo que pueda pasarte? -dijo arañandome con su tono de voz.

- Nunca me he echo nada.

- Hasta que pase -dijo y Bella bajó la mirada, agarrando la mano de su marido.

- ¿Sabes qué? Si es lo que quieres dejaré de ir allí, pero no vas a poder controlarme toda la vida -le recordé.

- Si hay una proxima vez... Como vuelvas a ir... -me amenazó.- Iré yo mismo, y desearás no haber echo eso.

- Valeeee -le arrebaté a Jasper mi tablet en la que jugaba a las carreras de las manos.- Me voy a casa.

- ¡Quitate los zapatos antes de entrar!

Mi madre, tan observadora.

Una vez en casa -hice lo de siempre cuando mis padres no estaban. Conecté el aparato de música y me tiré de un salto en la cama gigante. Hacía ya tiempo que habían cambiado la cuna por mi cama, pero por lo demás seguía todo en su sitio. Me giré haciendo la croqueta, perezosamente y noté algo bajo mia. Saqué de debajo el peluche de un lobito que me había regalado Jacob de pequeña y lo tiré contra la pared de enfrente. Con demasiada fuerza, alomejor, ya que al chocar con un cuadro lo tiró al suelo. ¿A que fuerza podía llegar a tener? A menos que un vampiro normal, seguro. Vaya mierda.

Cogí mi móvil y marqué a Jake, lo tenía en uno de mis marcados rápidos.

- ¡Nessie!

- Hola, Jake -dije pasandome la mano por el pelo.

- Co-como estas? ¡Hace mucho que no te escucho! -dijo alegre, me sentía mal por haberlo dejado abandonado tanto tiempo. Él era un buen amigo. Mi único amigo.

- Pues, todo me va bastante bien -mentí, pero al fin y al cabo ignorando lo de siempre, estoy bien, y cuando hablo con él, lo ignoro todo.- Lo siento, em... He estado liada con las clases y no he tenido apenas tiempo.

- Ya, claro. Lo entiendo -dijo.- Solo te echaba de menos.

- Si, em... yo también -oh si, nessie, que expresiva eres.- Sabes? No tengo mucho tiempo, hay tarea que hacer. Me ha encantado hablar contigo, Jake, vale?

- Claro, Ness. Cuando quieras.

- Vale... -colgué.

¿Que pasa? No se me da bien acabar conversaciones, ¿vale?

Y mucho menos con alguien que está enamorado de mi pero que antes se ha enrollado con mi madre, claro.

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Ness CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora