The Beginning pt. 1

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Hola, mi nombre es Spencer Miles... bueno, es algo raro hablar así pero, suponiendo que los demás leen esto, quiero contarles cómo ha sido mi vida a lo largo de estos años, desde el momento en el cual sentí que comenzaba a vivir hasta este punto de mi vida, donde cumplí mis sueños y a pesar de todo lo que viví, estoy listo para dejar este mundo terrenal y pasar a una mejor vida...

~ Inicia flashback a Spencer en sus 17's ~

Era mi primer día en la ciudad de Tenesse, me mudé yo solo ya que tuve muchos problemas con mi familia en New York... sí, soy un Newyorquino, pero no soy del estereotipo como tal. Soy más un chico de casa, algo cerrado e introvertido

Mi primer día en Tenesse fue algo... extraño, como era mi costumbre, salí de mi pequeño departamento hacia un parque cercano para hacer ejercicio, pero esta vez fue diferente; había un chico ahí que estaba jugando baloncesto, lo cual llamó mi atención, pero al verlo me quedé un tanto embobado, cabello oscuro, buen físico y una sonrisa para morirse. Me acerqué tranquilo con una sonrisa en mi rostro y hablé —¡Hola!, ¿Jugamos juntos?

El chico me miró y pude notar su sonrisa algo forzada –Claro, espero que sepas jugar– lanzó el balón hacia mi y yo lo atrapé —Inicias tú

Hice una especie de mueca y lo miré algo sorprendido por su actitud, boté el balón un par de veces y caminé hacia él –Claro que sé jugar– le guiñé un ojo y comenzamos a jugar, lancé el balón desde media cancha y cayó en la canasta haciendo una anotación casi perfecta, debido a que botó un poco en el aro antes de entrar

—¿Supone que debo impresionarme?– tomó el balón después de hablar y lo lanzó a la canasta contraria haciendo una anotación mucho más perfecta que la mía, alcé una ceja y hablé

—Al parecer alguien es algo competitivo– hablé y tomé el balón, lo boté un par de veces mientras caminaba —me agradas— dije sin pensar y lancé el balón, pero esta vez no anoté, bajé un poco la mirada y apreté mis labios

Escuché que el chico soltó una risa algo sonora, por lo que dirigí mi vista hacia él –soy bastante competitivo, y déjame decirte que yo nunca juego si no sé que ganaré– creí que diría algo al respecto de mi último comentario, pero no fue así, simplemente tomó el balón de nuevo y lo lanzó haciendo una anotación perfecta, se giró y me miró con una sonrisa victoriosa, me limité a rodar los ojos y seguir jugando –

Pasaron algunos minutos más en los que jugábamos tranquilamente, hasta que, en una ocasión, lancé el balón y sin querer le di a una chica en la cara –¡Mierda, Mierda, Mierda!– hablé para mi mismo mientras me acercaba a la chica

—Ay, lo siento el inútil chico Pekín de allá no supo medir su fuerza, ¿Estás bien?— el tipo se acercó a la chica y yo solo lo miré con fastidio

—Sí, no se preocupen, no rompieron mi talento— ambos miramos a la chica algo desconcertados y confundidos, y pude darme cuenta de ello, ya que tanto el pelinegro como yo teníamos una cara de tipo "¿Qué?" –Esperen... ¿Quiénes son ustedes?, ¿Los conozco?

No pudimos responder, ya que justo en eso una chica rubia bastante linda se acercó a nosotros —¿Qué está pasando aquí?, amiga, ¿Estás bien? –

—El pelinegro se hizo a un lado y me miró— Eres un imbécil, pudiste haber ponchado mi balón— me dijo refutando y después se volvió para con la chica golpeada –que bueno que estás bien– se dio la media vuelta y se dirigió por sus cosas, lo seguí con una cara de molestia y hablé

—Deberías de moderar tu actitud– tomé mi mochila y me di la vuelta dispuesto a irme de ese lugar

Antes de irme, escuché la voz del chico –no te sientas tan especial, así soy con todos... bueno, con todos los que no sean como yo– me crucé de brazos y me quedé detrás de él, cuando se levantó de guardar sus cosas, quedó frente a mi, murmuró un "permiso" y pasó de mi

—Oye– llamé su atención, me había molestado que prácticamente hizo como si no existiera

—¿En que puedo ayudarte?– lo miré y su rostro tenía una sonrisa ~bastante linda, a decir verdad~ que se notaba a leguas que era pura hipocresía

—No quiero sonar mal pero, deberías de tener un poco más de respeto por las personas, ¿No crees?– suspiré y me crucé de brazos –Literal me pasaste de largo como si no estuviera a tu nivel o que se yo... pero déjame decirte algo, si sigues así, algún día alguien te va a poner en tu lugar– levanté mis cejas

Soltó una ligera risa y dejó caer sus brazos mientras me miraba –No te confundas, yo te respeto, y hasta cierto punto, por más bizarro y extraño que parezca, te me haces agradable, no sé el porqué pero haces.

—Y no es que me crea superior, simplemente, por lo menos a mi parecer, lo soy– se cruzó de brazos al mismo tiempo que su cara se tornaba un tanto más seria –y no, no me importa si tú no lo vez de esa manera, la única opinión que en realidad me importa, es la mía. Así que, pues tal vez ni te parezca mi manera de ser, pero ¿realmente importa?, a penas nos conocemos– levantó una de sus cejas y me miró directo a los ojos, lo cual causó que mi cuerpo fuera recorrido por una especie de energía eléctrica —¿Acaso me estás amenazando?

¿Acaso dijo que le agradaba?... wow... si que es extraño este tipo –Entonces... si dices que lo eres, ¿superior de que manera?— levanté mi ceja mientras bebía un poco de mi botella de agua –no me refiero a que te importen las demás opiniones, es lo de menos, a lo que yo me refiero es que tu actitud arrogante no deja mucho que decir de ti... y algo más, tomalo como quieras, amenaza o no, ahora sabes cuál es mi percepción sobre ti

—Mmh... Superior en cada aspecto imaginable. Bueno, así lo veo yo...
—Tienes razón, tal vez mi actitud no es la mejor, pero realmente así sabré que las personas que están cerca de mi lo están porque quieren, y no porque me usan.

—Entonces, me arrodillo ante usted— sarcasmo —Pero... en fin, supongo que tienes razón, pero, te diré algo, ¿cómo sabrás si alguien quiere estar a tu lado?, si con esa actitud espantas a todo el mundo.

—No estaría mal, te espero– esa jodida sonrisa otra vez
—Del mismo modo en el que acabo de hacer que soportes una conversación conmigo por más de cinco minutos– guiñó uno de sus ~hermosos~ ojos, sonrió victorioso y se fue de ahí con rumbo a la salida posterior del parque

—¡Dios, esta gente!– salí del lugar dispuesto a ir a la escuela... mi primer día de clases como el chico nuevo... ¡hurra!... nótese el sarcasmo de ello, en fin, espero no toparme con el idiota de antes allá

Endless LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora