Treinta y cuatro

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Ayer por la noche, cuando todos volvieron, Hayley nos dijo todo lo que Esther había hecho, ella le había hablado de una vida nueva, en un cuerpo nuevo

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Ayer por la noche, cuando todos volvieron, Hayley nos dijo todo lo que Esther había hecho, ella le había hablado de una vida nueva, en un cuerpo nuevo. Era una mañana muy normal, en lo que cabe, el día de hoy era Halloween y no podía alegrarme, era mi festividad favorita.
Todo el día trate de despejarme y recorrer el barrio, estaba observando disfraces cuando comenzó a sonar mi teléfono.

- ¿Hola?

¿?- _____, soy Davina- informó antes de hablar

- ¿Davina? ¿Cómo conseguiste mi número?- pregunte confundida

Davina- Soy una bruja- respondió soltando una leve risa- Necesito tu ayuda

- Pensé que no te agradaba

Davina- No eres como Klaus, se que puedo confiar en ti

- Dime, ¿Qué ocurre?- pregunte y comencé a caminar

Davina- ¿Puedes ir al bar que hay en el barrio francés?, mi amigo llegará ahí, después necesito que ambos vengan a otra ubicación que el te dirá

- Claro que si, Davina, voy en camino- respondí y colgué

Sabía que necesitaría mi auto, pero no tenía tiempo de ir por el así que opte por ir al bar con al esperanza de que el amigo de Davina tuviera auto.
Al llegar me senté en una banca que estaba en la entrada, comencé revisar mi teléfono, pude sentír que alguien se sentó junto a mi, al mirar ahí estaba Kaleb.

- Hola- salude amable- ¿Que haces aquí?- pregunte atenta

Kaleb- Soy el amigo de Davina- respondió con una sonrisa

- Ya veo... bien, no nos demoremos- expresé y nos levantamos

Kaleb me guío hasta donde estába su auto, al llegar lo detuve y me miro con un rostro confundido.

- Yo conduzco- informe y pedí las llaves

Kaleb- ¿Enserio?- pregunto con media sonrisa

- Las llaves, por favor- pedí de nuevo y me las entrego

Subimos al auto y Kaleb me dio la ubicación, no sabía porque Davina estaba tan lejos, pero la ayudaría.
En el camino puse algo de música, trataba de romper la tencion, ya que Kaleb me miraba mucho.

Kaleb- Lindo collar- expresó mirando mi cuello

- Gracias, es un obsequio de hace tiempo- informe sin mirarlo

Kaleb- ¿La K es por algo en especial?- pregunto atento

- Es la inicial de un nombre- respondí con media sonrisa

Kaleb- ¿Y el anillo? ¿Es de compromiso no es así? ¿Ibas a casarte?

- Haces muchas preguntas- dije bufando- Si estuve comprometida, pero el hombre que iba a ser mi esposo murió hace dos años, prefirio arriesgar su vida

Kaleb- No creo que el este muy feliz de que pienses eso- expresó algo serio

- De todas maneras, ya está muerto, tuve mi tiempo de luto, aunque no sería mala idea buscar a alguien- confesé pensativa

Kaleb- ¿Buscar a alguien?- pregunto en tono molesto

- Sabes, desde que llegué, me di cuenta de que Marcel no está tan mal- respondí mirando al frente

Kaleb- Pues felicidades- susurro con enojo y se giró para ver hacia la ventana

No sabía porque pero Kaleb se había enojado, me sentía mal por no darle una oportunidad, pero lo que dije de Marcel era una broma, el es como un hermano más para mi. Algunas horas de camino después, llegue a la ubicación que Kaleb me dio, me estacióne y no tardó en bajar del auto.
Entro a la cabaña y yo me quede afuera ya que no podía pasar, hasta que me invitaran.

- ¡Davina, tienes que invitarme a pasar!- grite ya que no la veía por ningún lado

Davina- _____, puedes pasar- dijo apareciendo por un pasillo

Yo entre a la cabaña y la salude con un abrazo, note que al caminar lo hizo con dificultad, la ayude a sentarse y Kaleb se ofreció a revisarla.
Yo me senté en un sillón que estaba frente a ellos, podía notar sus miradas y eso me hacia sentir algo celosa.

- Voy a salir a dar un paseo- expresé y me levanté

Davina- No, necesito que estés aquí- pidió apartando su vista de Kaleb

- Esta bien, me quedo- respondí algo resignada y volví a sentarme en el sillón

El tiempo paso y no hicimos nada, Davina se fue a dormir, Kaleb no sabía dónde estaba y yo me había quedado en la sala, entre la oscuridad. Me quite el collar que Kol me había dado, lo puse en la palma de mi mano y lo observe soltando un suspiro.

- Esto es lo único que tengo de ti- susurre para mi y una lágrima salió por mejilla

Escuche ruidos, al levantar mi cabeza pude ver a Kaleb observandome desde el pasillo.

- ¿Disfrutas ver el sufrimiento de otros?- pregunte sería

Kaleb- Aún lo extrañas- afirmó y se sentó junto a mi

- Cada día desde hace 2 años- confesé mirando a la nada

Kaleb- No pierdas la fe, algún día todos nos encontramos con nuestra alma gemela... yo volví a encontrarme con la mía

- ¿Te refieres a Davina?- pregunte y sólo me observo

Kaleb- Sólo recuerda lo que te dije- respondió y se levantó

Me coloque mi collar, me iba a recostar, pero pude escuchar una puerta cerrarse, Davina y Kaleb salieron del pasillo y me miraron con miedo.

- Es Klaus- informe al verlo

Davina- Dame tu mano- pidió y la extendi

Ella y Kaleb comenzaron a decir palabras extrañas, efectivamente hacían un hechizo, Klaus se asomó por una ventana, pero no logró vernos. Algunos minutos después se alejó, pensé que se había ido, pero fue mi error, algo atravesó la ventana con fuerza, caí al piso al igual que Davina y Kaleb. Quise moverme pero me fue imposible ya que lo que había lanzado Klaus era un largo palo de madera que había atravesado mi abdomen.

- Kaleb...ayúdame- pedí con algo de dolor

Kaleb- ¿Estas bien?- pregunto mientras sacaba el palo

- Lo estaré, revisa a Davina- respondí y me levanté

Salí de la cabaña, Klaus al verme se quedó sorprendido y serio, parecía que no esperaba verme aquí.

Klaus- ¡Me traicionaste!- grito molesto

- ¡No te traicione!... Davina me pidió ayuda, no me dijo para que

Klaus- Debiste decirme donde estaba

- No sabía que la buscabas- informe sería

Klaus iba a hablar, pero su rostro cambio de inmediato a uno de miedo, me gire y cuando lo hice vi a Mikael, el introdujo su mano en mi pecho, cerca de mi corazón.

Klaus- ¡Me quieres a mi, no a ella!- grito y su padre introdujo más su mano- ¡Qué esperas, ven conmigo!

El saco su mano, yo caí al piso, tratando de poder respirar y el pecho me dolía más de lo normal. Pude sentir unas manos en mi cabeza, después todo se tornó negro.

𝑆𝑎𝑙𝑣𝑎𝑡𝑜𝑟𝑒 | 𝐾𝑜𝑙 𝑀𝑖𝑘𝑎𝑒𝑙𝑠𝑜𝑛 𝑦 𝑡𝑢 (𝑇𝑜 𝑦 𝑇𝑣𝑑)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora