Singularidad (Hopemin, Yoonkook, Namjin, Baektae/Chanbaek)

2. Primera vez

[Jimin]

Me había despertado de pronto, en mi cama, empapado de sudor y con cierta erección bajo mi pijama. Mi cuerpo acalorado pedía a gritos ser atendido en medio de la madrugada, y el sueño que acababa de tener no ayudaba demasiado. No era la primera vez que soñaba algo erótico, y claro, todos esos sueños se trataban de Hoseok. Jamás me había sucedido antes hasta que él y yo lo hicimos por primera vez, hace algunos meses.

*Flashback*

Estábamos en mi habitación, viendo una película que terminó aburriéndonos a ambos, por lo que decidimos apagar la televisión y hacer otra cosa para pasar el rato mientras la tarde pasaba. Mis padres estaban, como de costumbre, trabajando, y Jungkook se había ido más temprano a casa de Yoongi, por lo que estábamos solos. Era usual estar en esas condiciones, y no era extraño para ninguno de los dos estar así. Algunas veces venía Yoongi y los cuatro veíamos películas o jugábamos videojuegos para pasar el resto de las vacaciones de invierno, pero justamente hoy no teníamos nada qué hacer, y no nos apetecía hacer nada en especial.

Faltaba poco para que comenzaran las clases. Yo había podido entrar a la academia, y Hoseok a la escuela de enfermería. Yoongi había dicho que prefería tomar un año sabático para ganar algo de dinero por su cuenta, pero aún no comenzaba a trabajar ni nada. Tenía entendido que su madre le había dado hasta un mes más para encontrar un trabajo antes de que ella misma se lo consiguiera, pero a Yoongi no parecía preocuparle nada de eso, como de costumbre. Por lo menos no lo exteriorizaba; por el contrario, parecía bastante relajado.

—Entonces... ¿qué hacemos? —cuestionó de pronto Hoseok, mirando al techo.

Ambos estábamos acostados en mi cama, sobre nuestras espaldas, mirando hacia arriba. En ese momento me puse sobre mi costado para mirarlo. No pude evitar sonreír al observar su perfil, que no tenía una sola marca. Había madurado un poco desde que lo había conocido, y sabía que su rostro seguiría mostrando esos rasgos cada vez más con el tiempo. Hoseok se convertiría en un hombre realmente apuesto, no tenía duda de eso; en cambio yo, aún tenía el rostro de un niño. Mis mejillas no ayudaban demasiado, y seguía sin saber cómo es que alguien como él estaba tan enamorado de mí, si era tan imperfecto.

—¿Jimin? —cuestionó entonces, mirándome, al ver que no contestaba a su pregunta.

No pude evitar sentirme un poco atrapado cuando me descubrió admirando su rostro, y mi cara pronto se acaloró. Por su sonrisa, sabía que me había ruborizado, y era demasiado tarde como para fingir que no había estado perdido en su belleza por estos minutos.

—Lo-lo lamento, estaba un poco... pensativo —logré decir, un poco nervioso, sin mirarlo, aún en mi misma postura.

—¿En qué pensabas? —preguntó, levantando una ceja. Parecía que mi reacción lo divertía.

Tragué saliva.

—En nada —dije —. ¿No quieres jugar videojuegos o algo?

Pareció sopesar la idea por unos segundos.

—No me apetece —respondió —. Estoy cómodo aquí. ¿Podríamos quedarnos un rato acostados? —propuso.

—Está bien.

Nos quedamos callados de nuevo en ese momento, y fue cuando por fin volví a posar mi mirada en él, quien me miraba atentamente. Estábamos cerca del otro, aunque nuestros cuerpos apenas se rozaban. Lo cierto es que siempre intentaba mantener mi distancia con él, puesto que cuando llegábamos a tener contacto físico, comenzaba a sentirme extraño. Era algo que me había llegado a suceder con Taemin también, pero con Hoseok esa sensación era mucho más fuerte y me inquietaba. No era una sensación desagradable, pero prefería estar de esta forma y evitar hacer algo extraño con él.