Singularidad (Hopemin, Yoonkook, Namjin, Baektae/Chanbaek)

5. Heridas

[Namjoon]

Tal como mi padre me pidió, me encontraba en la exhibición de arte en la que él estaba tan interesado. Había saludado a todos aquellos a los que había reconocido de los negocios de mi padre y tan sólo estaba esperando a que el pequeño evento terminara. La recepción estaba siendo buena, y los bocadillos no estaban mal, pero era un poco solitario estar aquí.

Le había preguntado a Baek si haría algo esta tarde, queriendo invitarlo, pero me había dicho que tenía tarea que hacer con algunos compañeros suyos o algo así, por lo que no quise decirle nada. Hacía tiempo que no pasábamos tiempo juntos, y aunque era algo que me gustaría cambiar, no podía evitar querer aislarme de todo y todos. Era mi pequeño secreto, pero incluso si habían pasado meses de la partida de Jin, seguía sintiéndome frágil ante todo. Quizás solo me había cansado de intentar ser fuerte.

—Hola, Namjoon —escuché que alguien me saludaba desde atrás.

Me había quedado mirando una pintura bastante interesante del pintor que apenas me había dado cuenta de las personas a mi alrededor. Al voltear, me di cuenta de que se trataba de uno de los empleados más importantes de papá. El señor Jeon. Pero no iba solo, él llevaba a un chico joven con él que, si no juzgaba mal, era su hijo, dado el parecido que ambos tenían.

—Hola, señor Jeon —lo saludé con una sonrisa.

—Te presento a mi hijo —me dijo, poniendo una mano detrás de la espalda del menor —. Su nombre es Jungkook.

—Mucho gusto, Jungkook —le dije sonriendo amablemente —. Mi nombre es Kim Namjoon. Llámame por mi nombre si quieres, no tengo problema con ello.

—Es un gusto —me dijo el menor, sonriendo.

Fue cuando comenzamos a hablar de la galería y el artista que estaba a cargo de la exposición. Era agradable no estar tan solo ahí, pero no es como si la mejor compañía fuera el señor Jeon. No es que no me agradara, pero no era el hombre más moralmente correcto con el que me había cruzado en mi vida. Mi padre siempre solía hablar de él como si tuviera un gran talento, y tenía entendido que él trabajaba para mi padre solo dos años después de que yo había nacido. Suponía que casi lo miraba como a un hijo o algo como eso, a pesar de que nunca lo hubiera dicho abiertamente. Sin embargo, no era difícil leer a papá, se notaba cuando algo o alguien lo sorprendía o le fascinaba, y por lo que había visto o escuchado, el señor Jeon tenía un gran talento para hablar y expresarse que parecía que hasta había cautivado a mi padre.

Ahora, si bien jamás había hecho nada en mi contra, sabía que por un tiempo había pretendido ser el sucesor de mi padre, aprovechándose de que yo estaba ocupado atendiendo a Jin y con la idea de estudiar medicina. De todas formas, jamás lo vi o escuché hacer algún comentario contra mí o algo por el estilo, siempre habíamos sido cordiales con el otro y nos hablábamos por el simple hecho de que papá así lo quería. A pesar de ello y de no tener ninguna prueba, creía que el señor Jeon no era tan bueno como parecía. Sabía cómo funcionaban los negocios, y sabía que papá no podía tener como pupilo a alguien moralmente correcto.

Fuera como fuera, era algo que no me importaba. Él podía hacer con su vida lo que quisiera, mientras no fuera en contra mía o de mi padre.

En un momento, el señor Jeon dijo que iría al baño, por lo que dejó a su hijo conmigo mientras tanto. Durante la pequeña charla anterior, el chico no había dicho mucho, pero parecía alguien agradable.

—No sabía que el señor Jeon tuviera un hijo —comenté.

—Hasta hace casi una semana, tampoco sabía que él era mi padre —me dijo, con cierta gracia en su voz.