𝐓𝐞𝐥𝐥 𝐦𝐞 𝐰𝐡𝐚𝐭 𝐰𝐞'𝐫𝐞 𝐟𝐢𝐠𝐡𝐭𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫

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Silencio

Absoluto silencio. Eso es lo único que podías escuchar durante las dos semanas de castigo que tuvimos que atravesar, a veces juntos y otras veces por separado. No obstante, eso no ha evitado el hecho de que Carter no me dirigía la palabra, al igual que el rubio.

¿La razón? Ni yo la sé.

Simplemente ambos han encontrado la única cosa en la que en la que concuerdan: no hablarme. Honestamente eso no me sorprende viniendo por parte del amargado rubio a mi lado. Desde que sucedió todo el inconveniente con mi vecino, Luke se ha empeñado en evitar cruzar en el camino del otro, incluso durante las sesiones de tutorias el rubio se niega en intentar mantener contacto visual conmigo mientras explico algún tema incomprendido.

La actitud infantil y estúpida de Hemmings me tiene sin cuidado; sin embargo, de Carter esperaba un poco más.

Creo que no pido demasiado al querer tener una explicación a su silencio, ¿o si?

De todas formas, el resultado es el mismo, ninguno tiene la decencia de dirigirle la palabra al otro sin razón aparente; solo nos quedamos sentados en asientos separados en completo silencio, la única cosa que se escucha es el sonido de las hojas al ser movidas por los torpes dedos del profesor de física.

Hoy, por fin, es el último día por el que tenía que soportar este suplicio, esperaba con ansias que el profesor nos dé la aprobación de salir para acabar con ese espeluznante silencio.

Crucé mis brazos por encima de la mesa, bajé la cabeza dispuesta a cerrar los ojos y descansar un poco, no quería seguir sintiendo la incomodidad de cada persona dentro del curso, todo aquello me abrumaba más de la cuenta.

No sé que más podía hacer, movía el pié derecho al compás de las manecillas del reloj, al igual que levantaba el rostro de mi pequeño escondite y me fijaba en la decente caligrafía escrita en el pizarrón blanco. "Sala de castigo" es lo único que se apreciaba en la claridad del objeto.

Rodé los ojos cuando recibí una mala mirada por parte del profesor al ver mis intenciones de dormir. A estas alturas me importaba un jodido demonio lo que me digan, solo quiero ir a casa y dejar atrás todo el estúpido e innecesario drama de novelas clichés.

– Muy bien, chicos. Se pueden retirar. – habló el profesor. Ninguno tubo que pensarlo dos veces antes de recoger nuestras cosas e ir rápido hasta la puerta.

ᴍɪ ᴠɪᴅᴀ ᴇɴ ᴇʟ ᴄᴏʟᴇɢɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora