Todo lo que pensaba de él se derrumbó en el momento que fusionaron sus miradas.
Un extraordinario firmamento se hallaba en aquellos hermosos orbes azules.
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Historia corta llena de mucho amor y cursilerias.
Para los que les gustan parejas tóx...
Pude sentir como apretaba el agarre, está frío y tembloroso. Puede ser que el clima lo está afectando, debería apurarme en llegar pero a la vez no quiero hacerlo, aún era muy temprano para que empiece la reunión. Me desvíe del camino hasta una tienda parcialmente vacía, se me antojó ser rebelde hoy.
—Wha- ¿Qué hacemos aquí?—interroga analizando el lugar.
Me encogo de hombros antes de responderle.
—Me dio hambre.—mentí.
Finjo buscar por las neveras algo para comer, lo miro a través del reflejo cada uno de sus movimientos nerviosos, esa manía que tiene de morder el labio inferior cuando no puede vencer una discusión o un momento de incertidumbre. Exhalé ocultando mi risa, es increíble como solo su presencia está destruyendo la seriedad que tanto quiero mostrar. Lo encaro y es ahí cuando caigo en cuenta de que nuestras manos siguen unidas, y como si no me hubiese enterado de nada, mantengo el agarre;mi escusa es que él debe tener frío y yo de buen corazón caliento su mano.
—¿China?—llamas y sin querer tus lentes se deslizan dejándome a la vista aquellas estrellas.
Como si mi brazo tuviese vida propia, lo estiro hasta retirar por completo los lentes oscuros. Parpadea un par de veces acostumbrandose a la luz artificial.
—¿Por qué lo ocultas?—pregunté.
Espero paciente por una respuesta para mi duda. Desde la primera vez que lo vi siempre tuvo algo cubriendo sus ojos, ya sea lentes, mascaras, telas, alguna vez me cuestioné que era lo que tanto escondía hasta que la rivalidad ascendió olvidando por completo aquella incógnita.
—Are ugly.
Hace una mueca asqueado e intenta quitarme los lentes, pero soy más rápido tirando de su mano hasta que su cuerpo choca con el mio. Levanda la mirada sorprendido.
—A mi no me parece algo feo, todo lo contrario... —acerco un poco más mi rostro.—...es hermoso.
Sin apartar la mirada ni alejar la distancia, susurra algo que es apenas audible, pido que lo repita y en consecuencia recibo un insulto seguido de un choque cálido sobre mis labios. No sé en que momento habrá rodeado mi cuello con sus brazos pero eso ya no importa ahora.
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