Jueves.
La semana estaba siendo terrible, una maldita pesadilla. Creo que nunca había corrido tanto en mi vida, ni había tenido tanto trabajo y tan poco tiempo. si he logrado dormir cuatro horas seguidas era mucho. Resulta que los cambios eran los siguientes, no trabajaría en la tarde porque ese tiempo lo usaría para ensayar con las chicas, seguiría con mis turnos en la noche y si quería salir antes no podría porque tenía que cubrir las horas de la tarde, así que era hornada completa, esas noches no descansaría nada al llegar a mi casa me torturaba un poco con la realización de mi tesis, terminaba durmiéndome a las tres de la mañana para luego despertarme e ir a dar clases. En los ensayos tenía que soportar a la arpía de Victoria cuestionando cada orden que daba, que la posición no la favorecía, que la canción no era correcta y que yo sobraba en la ecuación cosa que la hacía echar espuma por la boca cuando el mismo Giovanni le recordaba cuáles eran las especificaciones de los clientes. Acordamos hacer tres presentaciones a lo largo de la noche en la que el local tendría la fiesta privada. Iba a participar en dos de ellas y les había dejado un número de baile especial para que las chicas se lucieran, ellas estaban pletóricas de felicidad.
En los momentos de descanso entre las prácticas hablaba con Santino quién según él estaba indignado porque no había podido encontrar un tiempo para él en "mi apretada agenda" cómo él la había llamado. A pesar de todo, contábamos los días para vernos así fuera desde el escenario.
Hoy es jueves y Giovanni ha estado ocupado con Cosmo's y con los ensayos, y que no nos matáramos en los mismos entonces pensé que dudo mucho que se diera cuenta si atiendo las mesas que me toca, incluyendo la número seis. Luego de los ensayos de hoy fui a mi casa para tomar una ducha, si me tomé treinta minutos entre subir, bañarme y bajar luego al local fue mucho. Estaba atendiendo con una sonrisa en el rostro como siempre cuando él entró.
Pasaba sus oscuros ojos como si fuera amo y dueño de este lugar, cuando nuestras miradas se encontraron sonrió y caminó hasta su respectiva mesa, sin quitarme la mirada de encima.
Voy hacía él y me saluda una vez estoy a un lado de su mesa, me encargo de sonreír coquetamente cuando quito el aviso de reservación.
-Señorita Lady, es un placer verla nuevamente. -Santino sonríe y es cuando me doy cuenta de que mis recuerdos no le hacen justicia a este hombre. Admito que varias veces abrí su foto de perfil para deleitarme la mirada y pensar y hacer algunas cosas de las que tal vez no deba comentar, pero de las que tampoco me avergüenzo no me arrepiento.
-Veo que alguien tomó algunas clases de cómo tratar a una señorita antes de venir.
-Sí, eso y un gran golpe en la cabeza por parte de mi padre quien te manda recuerdos, por supuesto. -Río entonces porque puedo recordar que el jueves anterior hizo lo mismo pero frente a mí, así que no es muy difícil imaginarlo.
-Recuerdos recibidos ¿que se antoja esta noche? -me preparo para escribir pero no dice nada, cuándo lo miro el muy idiota tiene una ceja levantada a modo de pregunta y está tratando de no reírse. Al final responde.
-Te diría lo que verdaderamente se me antoja esta noche, pero eso contaría como acoso sexual y no gracias, no quiero una demanda en el continuo progreso de mi carrera en mi patria. -dice orgulloso.
-¿Te llamaron luego del casting? -pregunto.
-¡Sí! -su alegría me emociona y termino arrojándome a sus brazos.
Oh sí, esto se siente increíble, muy bien.
Mis brazos pasan por encima de sus hombros finalizando en la parte alta de su espalda y yo me creo morir porque admito que tengo un pequeño fetiche con las espaldas masculinas, y esta es una gran espalda con músculos que mis brazos pueden sentir, él por la sorpresa tiene sus manos pero soy insistente y realmente estoy muy feliz por él, entonces Santino se relaja y finalmente encierra sus brazos entorno a mi cintura. Ahora me doy cuenta de que tengo los ojos cerrados seguramente para disfrutar de la sensación y de su aroma porque tiene un olor muy característico, como a madera y dulce, como el whiskey pero fresco, cuando por fin abro mis ojos me doy cuenta de donde estamos y quién puede vernos, así que me separo de él con un gran pesar. Su cara es de total desconcierto y es que Santino obvio no sabe nada de las advertencias de Giovanni acerca de él.
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1460 Noches en Roma
RomanceLady Daniels no puede creer la suerte que tiene cuando finalmente vive el que siempre ha sido su sueño desde que tiene uso de razón, ser independiente. Tras huir de su país de nacimiento hasta la bellísima ciudad de Roma encuentra lo que está buscan...