Un poco de contexto.

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Panificación Bimbo S.A. de C.V. surgió el 2 de diciembre de 1945. La compañía comenzó con 34 colaboradores vendiendo pan de caja blanco (grande y chico), pan tostado y pan negro envueltos en celofán. Lorenzo Servitje junto con José T. Mata, Jaime Sendra, Jaime Jorba y Alfonso Velasco fueron los socios que comenzaron esta empresa de panificación.

Dos años atrás, Alfonso Velasco llegó en una ocasión con una larga lista de nombres posibles para esta nueva panificadora: Súper Pan Sambo, Súper Pan Margarita, Súper Pan Lirio, Bonipan y una infinidad más. Entre ellos, incluyó Súper Pan Bimbo. No se sabe si se le ocurrió usando las consonantes de la película Bambi, entonces en cartelera, o por el famoso juego del Bingo, popularizado en esa época en los casinos de Las Vegas. Lo cierto es que sonaba bonito, era pegajoso y era del gusto de todos.

Jaime Jorba ofreció la primera imagen del osito. En diciembre de 1944, justamente cuando buscaban una imagen, Jaime recibió desde Hollywood una postal con un osito vestido de Santa Claus. El osito de aquella postal sería Bimbo: amable, tierno y alegre. A Anita Mata, talentosa dibujante, se le pidió que vistiera al osito de panadero, con delantal y gorro. Luego el señor Velasco le cambió la nariz, le agrandó los ojos y así nació el osito (en papel, claro está). Decimos esto ya que, el día de la inauguración, el señor Velasco puso en operación junto a toda la maquinaria solicitada para la panificadora una Máquina Transformadora mediante la cual se podían convertir dibujos en seres de carne y hueso; de tal modo que, para comprobar el funcionamiento de la misma, introdujo el dibujo del osito Bimbo en esta; en consecuencia este alegre personaje había nacido.

El osito Bimbo nació por la tarde, había adquirido aquella dulce personalidad, ya sabía hablar, bailar, cantar e incluso leer (aunque no perfectamente); sin embargo, no era autosuficiente, por lo que era necesario que alguien velara por él, lo dirigiera por el buen camino y, por qué no, le proporcionase cariño y afecto. Fue así que luego de tres días de decidia y sus primeras noches viviendo en la fábrica, Bimbo fue adoptado por Alfonso Velasco; aquel hombre, de 41 años en aquel entonces, además de ser el superintendente de producción de la panificadora durante los siguientes trece años fue como un padre para él. Le proporcionó vivienda, alimentación, educación, afecto y demás en medida de lo que le fuera posible hasta su lamentable fallecimiento en 1978 en circunstancias desconocidas hasta el día de hoy. Se da a conocer que el señor Velasco falleció por causas naturales, pero la verdadera razón es algo que posiblemente nunca se sepa.

Este hecho impactó fuertemente a Bimbo. Se le culpó al osito por su muerte; no obstante, él no entendía que los seres vivos perecen luego de un tiempo en la Tierra. Al no saber qué hacer, simplemente huyó de su casa, de la fábrica, de sus amigos y de toda su vida en la ciudad. Durante los siguientes diez años estuvo viviendo en el estado de Guanajuato, donde conoció a una pareja de psicólogos quienes lo ayudaron (en medida de lo posible) a sobrellevar esta pérdida. Desafortunadamente, todo lo trabajado en Bimbo simplemente era tirado por la borda cuando se trataba de alguna celebración tal como su cumpleaños (o el de su papá), día del niño, día del padre, navidad y a veces año nuevo. Bimbo lloraba y sufría ya que no podría disfrutar esas fechas en compañía de su papá. Con el tiempo su único deseo de cumpleaños, navidad o año nuevo era estar junto a él nuevamente.

A comienzos de 1988 cuando todo parecía marchar más o menos bien apareció el Gansito Marinela (de aquella época) huyendo de la ciudad cuando se reencontró con el osito. No podía creer que luego de años se volvería a encontrar con su amigo. En la fábrica le hicieron creer a él y a los demás personajes animados de todas las marcas de los productos Bimbo, Marinela, Ricolino y Barcel de ese entonces que el osito había fallecido junto con su padre. Le contó además que luego de haber desaparecido a Bimbo buscaban desaparecer a todos los personajes animados de la faz de la Tierra, ya que a palabras del fundador, eran más que un estorbo y un gasto innecesario. Los personajes seguían viviendo sus vidas normales e incluso algunos nacieron en ese lapso como lo fue uno de los Pingüinos Marinela; sin embargo, luego del terremoto de 1985, buscaron refugio en la fábrica. Grave error; ya que una vez dentro eran encerrados en el sótano, donde pasaron hambre, frío y miedo. Tarde que temprano algunos personajes tuvieron la mala suerte de ser eliminados mediante la misma Máquina Transformadora que vio nacer a Bimbo y compañía. Fuera de ello, la empresa pasaba por un crecimiento económico favorable.

Gansito (de los años 70 por cierto) estuvo viviendo junto con Bimbo y sus psicólogos durante esos días (o quizás semanas). Luego de contarle sus desventuras le suplicó a Bimbo que regresara con él a la ciudad para confrontar a los que estaban detrás de todo esto; sin embargo, Bimbo se negó a ir con él ya que no le encontraba sentido volver a su anterior vida, no quería saber nada del pasado ya que todo le recordaba a su papá. Al parecer el osito no pensaba en la potencial masacre que se veía venir, solo se mantenía sumido en esa profunda depresión producto de la muerte de su padre. Una noche luego de recibir un regalo inusual y una discusión con el Gansito, Bimbo presenció algo que parecería sacado de una película animada, observó una fantasmagórica figura de su padre desde el cielo. Era él, Alfonso Velasco, desde arriba, Bimbo no podía creerlo. El señor Velasco le enviaba un mensaje recordándole quien era y que debía continuar con su vida, cuidar de sí mismo y no dejar que nadie se lo impidiera; luego de eso desapareció. Bimbo lloraba una vez más; no obstante, esta vez secó sus lágrimas y decidió regresar junto con Gansito a la Ciudad de México para rescatar a todos sus amigos. Nadie tenía el poder ni la autoridad para prohibirles el derecho a la vida. Agradeció la atención y el trato que tuvo con estos psicólogos durante estos diez años y emprendió el viaje de regreso.

Una vez de vuelta se enteró que la fábrica donde todo empezó se encontraba en estado de semiabandono, ya que los directivos se habían mudado a un edificio corporativo completamente nuevo y ajeno a las actividades de producción, distribución y calidad; de la misma forma se había creado una nueva planta, más grande y más moderna cerca de ahí. Tanto Bimbo como el Gansito se adentraron a la misma; el segundo le indicó al primero donde se encontraban los personajes. De buenas a primeras se reencontró con sus hermanos (los Gansitos de los años 50 y 60) y con su nuevo amigo el Pingüino Marinela. Los Gansitos no caían en cuenta que el osito estuviera vivo y el Pingüino lo conocía por primera vez; hubieron sentimientos encontrados. Tuvieron que burlar los cuerpos de seguridad y desconectar la Máquina Transformadora para evitar la masacre, lograron salvar a los pocos personajes que quedaban y procedieron a averiguar quién era el responsable de esto.

Justo como se mencionó previamente, fue el fundador de Grupo Bimbo, Lorenzo Servitje, el responsable de este «genocidio»; de igual forma, fue quien culpó al osito Bimbo de la muerte de Alfonso Velasco y fue también quien le dijo que huyera de la ciudad esperando nunca volver. Luego de la liberación de los demás personajes logró confrontarlo; exigió mejores condiciones de vida para sus amigos y compañeros personajes animados, solicitó que se detuviera la eliminación de los mismos y reclamó una disculpa por haberle inculpado por la muerte de su padre. No fue un proceso fácil ni mucho menos grato para el directivo, ni para Bimbo, ni para nadie en ese entonces. Entre dimes y diretes, unos meses después, todos los personajes fueron reubicados en distintos puntos de la Ciudad de México o del interior de la República donde podrían vivir plena y dignamente, se les proporcionaría un apoyo económico mensual y ya no serían perseguidos ni discriminados. Claramente esto se vería reflejado poco a poco con el pasar del tiempo. Estos acontecimientos finalizan con el nacimiento del Gansito de los años 80 en noviembre de 1988.

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