Entrada 7°: Me volví loca.

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Hace días Frannie y yo pensamos en fugarnos de este lugar. Salir corriendo de las dependencias del instituto, de nuestra mierda de vida, y empezar una nueva pero creo que carezco de valor para hacerlo y eso es triste. Si hay días que no podemos con nuestras almas y nos fugamos una o dos clases pero siempre volvemos. Hacemos eso siempre. Empieza bien, estas un poco nerviosa hasta que sales por la puerta después viene la felicidad y según transcurre el tiempo te sientes desdichada y culpable. Así que, como buen ladrón, vuelves al lugar de los hechos. ¿Y pasa algo? Nada realmente. A la gente ya no le importas sólo eres un alma más pérdida en esté páramo que es el mundo ¿y para qué? Para nada. Sólo soy una parte más de la evolución y mis palabras se quedarán perdidas, sin reconocimiento alguno, sin nombre y vacías. Aunque formen parte de mí sé que hasta yo las olvidaré y hasta que no te consulte de nuevo, querido y estúpido diario, sé que no las recordaré.

La vida es tan puta y bella a la vez. Es tan contradictoria que aquellos que buscan la razón se pierden en sus redes. Porque no hay verdad. No hay mentira. Todo es todo y nada es nada y a la vez la nada es todo y el todo la nada. ¿Quién sabe que me espera mañana? ¿Acaso alguien lo sabe? La verdad espero que no, diario mío, porque si así fuera sería una vida triste y terriblemente aburrida.

Y después de tanta verborrea te contaré una pequeña anécdota: estando sola y dando un paseo huyendo de mi casa, de mis problemas, de mi madre y de lo que me rodea pensé en dirigirme donde la flor de la vida se desarralla: me fui al parque. Donde los niños gozan de una tierna y feliz infancia. Me senté y estuve observando por un tiempo viendo como los niños, con la cara pringosa y llenos de mocos, se balanceaban en sus columpios y en ese momento me sentí tremendamente feliz. Me recordaron a mí en esa tierna edad en la que todo era sencillo, escapar de los problemas era sencillo. Porque cuando eres un niño las faltas se te perdonan sólo por el hecho de ser lo que eres: un niño.  Creo que en ese momento me perdoné a mí misma de todo por lo que me culpaba y me sentí feliz.

Espero ver a Frannie pronto y contárselo o enseñárselo quiero que se perdone ella también, quiero que se sienta bien también y quiero que dejemos de huir. Lo necesito. Lo necesita. Lo necesitamos.

Ha sido un placer volver a llenarte con mis palabras. Siento no ser tan seguida contigo pero la vida pasa y no me doy cuenta. Es triste lo sé. Aunque tú ocupas un lugar muy especial en mi corazón.

Besos querido diario.

Diario: tú y yo. Diferentes pero iguales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora