El viaje de graduación terminó pronto.
Tuve poco tiempo para poder mirarte, sin embargo tu rostro se quedó grabado en mi mente, como si lo hubiese visto millones de veces antes de aprenderme todas y cada una de tus facciones.
No te dije lo mucho que disfrutaba ver cómo tus cejas enmarcaban esos hermosos ojos cafés que tienes, la imagen tan seductora que proyectaba tu barba al unirse con esa sonrisa encantadora. Me encantaba el peinado que usabas antes, con el cabello corto y peinado hacia la derecha. Me hubiese encantado tomarte de la barbilla y estampar mis labios con los tuyos.
Me habría encantado decirte muchas cosas. Pero sentía que estaba exagerando y que eran mis hormonas las que hablaban.
Además, ¡cómo te lo iba a decir si no nos habíamos cruzado cara a cara!
ESTÁS LEYENDO
Todo lo que nunca te dije.
Historia CortaNunca te dije que me encanta el hoyuelo que se te forma en la mejilla al sonreír, ni que tus pláticas son las más interesantes del mundo. Tampoco te dije que te escribo poemas, ni que siento que todas las canciones de amor hablan de ti. Hay tanto...
