Capítulo 4: Capricho

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Miré a Jongwoon que estaba parado junto a la ventana del apartamento fumando un cigarrillo con los vidrios abiertos para que el hilo de humo saliera. Luego de que Hyukjae entrara a su habitación, (a saber qué), me dispuse a arreglar todas las cosas que estaban en las cajas. Aproveché todo ese tiempo a ordenar mi ropa en el pequeño armario que estaba empotrado contra la pared y a dejar apilados los zapatos en la parte de abajo del mismo hasta que fuera capaz de comprar una zapatera.

A las doce había llegado Jongwoon diciendo que logró conseguirle ropa al pelinegro sentado en ese instante junto a mí mientras devorábamos los fideos salteados que muy amablemente su amigo nos trajo. Su atuendo no era muy diferente al que cargaba la noche que nos conocimos pero definitivamente era menos cargado. Unos jeans negros en las rodillas que simulaban tener mallas por dentro, una camiseta negra sin ningún logo, un suéter de color marrón oscuro que se abría gracias a una cremallera y encima, su chaqueta de cuero negra. Sus ojos volvían a estar delineados de negro, por lo que suponía que eso también formaba parte de las pocas cosas que trajo consigo.

Limpié mis labios con una servilleta y la dejé dentro de uno de los recipientes. Los apilé todos cuando Hyukjae también terminó de comer, lo vi acariciando su abdomen y reí. De verdad era como un niño pequeño.

—¿Qué harás con el apartamento en Goyang? —levanté la mirada al instante en que oí hablar a Jongwoon, no obstante en quien posé mis ojos fue en el pelinegro frente mío a la espera de su reacción.

Él no era alguien que hablaba mucho de su vida a menos que alguien lo mencionara.

—Nada —sacó el paquete se cigarrillos del bolsillo de su chaqueta, cogió uno de ellos y lo llevó a sus labios. Jongwoon se acercó al instante para encenderlo.

Ambos le dieron una calada y soltaron el humo al mismo tiempo. Pese a que todo quedó en silencio pude notar la forma en que parecían hablarse con la mirada. Tragué saliva. La tensión era tan espesa que fácilmente podía ser cortada con un cuchillo, de alguna manera presentía que hablaban de un "alguien" y no de "algo" como tal.

Miré a Hyukjae, tenía la mandíbula marcada, tanto que sabía que si me atrevía a pasar el dedo por ella me cortaría. Me ruboricé por mi propia comparación.

—Entonces sólo son cuatro cajas, ¿verdad? —dijo Jongwoon de repente, se inclinó a dejar la colilla de cigarrillo dentro de uno de los recipientes vacíos.

—Dos de ropa y dos de zapatos —levanté mis cejas, sorprendido. ¿Era lo que yo suponía acaso? ¿Podía ser posible que Hyukjae fuera alguien con mucho dinero que estuviera escapando de sus padres para formar su propia banda y ser feliz con sus amigos?

Llevé el índice hasta mi boca para morderlo. No era algo muy improbable, la verdad desde el primer momento me pareció alguien extravagante y según lo que tenía claro era que la vida de ricos solía ser muy aburrida. Tener que heredar el negocio familiar sin poder decidir estudiar lo que te gusta sonaba como algo que definitivamente no me gustaría a mí.

Fruncí mi nariz, de sólo imaginarme siendo un empresario me daban ganas de llorar, significaba estar al pendiente de cuentas y preocupado de que mis acciones no bajaran demasiado. En ocasiones como esa pensaba en que fui muy afortunado de tener un padre que me apoyara tanto en mi sueño de seguir algo relacionado con el arte, y que mi mamá no se haya opuesto a ello. Con mi hermano bastaba que alguien fuera el encargado de los negocios.

—Llamando a Tierra —parpadeé un par de veces cuando Hyukjae chasqueó sus dedos frente a mi rostro.

—¿Qué?

—He dicho que si vamos a comprar las cosas que hacen falta en la casa, imagino que tu tampoco vas a traer muebles o algo así —miré a mi alrededor, Jongwoon había desaparecido.

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2020 ⏰

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❛Akai Ito❜ 「 EunHae 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora