Apoyo mutuo.
A la mañana siguiente.
Ahora Alfred es conocedor de lo que la bella morena sentía y guardaba en el fondo de su ser, por lo que prontamente ella lo considero como una poderosa arma peligrosa.
Alemania no pudo abstenerse de decirle semejante dato chismoso a Alfred, y ahora temía que Usa le diga a alguien ese secreto que no quiere revelar nunca de los nunca.
«¿Y si se le sale y todo el salón se entera? ¿Y si llega a oídos de Manuel? ¡¿Y si llega a oídos de Cristina?!»
Millones de supuestas reacciones por parte de sus amigos la mortificaban en demasía. Sus suposiciones la hacían morderse sus uñas levemente largas y crecidas, tener paranoia y en ocasiones insomnio.
«Ella me matará, y ya no confiará en mi. Me clavara un cuchillo en cuanto se enteré, me partirá en cachitos y me tirará a un canal o a un río más cercano.»
Estaba al tanto de que Cristina era un poco celosa y posesiva con sus "pertenencias", esto la llevó a imaginarse la peor circunstancia que pudiera pasar.
Dejó de lado a Cristina y recordó a Manuel.
«Manuel y yo ya no seremos amigos, se alejara y se burlara de mi por ser tan ingenua e incomprendida.»
Miles de ideas se formaban en la cabeza de la joven atormentada por sus penas, llevaba rato cepillándose su extensa cabellera marrón, era larga y abundante. Absorta de sus pensamientos, ha olvidado guardar en un Topper la comida prometida a su amigo.
Si, le iba a llevar comida a pesar de su inaceptable error, pues ella era una mujer de palabra.
—¡María Antonieta! ¡Se te hará tarde!
Y nada más puedo sacarla de sus pensamientos más que la pronunciación de ese horrible nombre.
—¡No me digas así, papá!— Le gritó desde su habitación furiosa. ¡Cuánto odiaba que la llamarán así!
Dejó el cepillo en su lugar y se apresuró a hacerse un peinado sencillo que era un molote bajo. No acostumbraba a maquillarse, por lo que su vida era un poco más fácil.
Se lamentaba no haberse quedado en la tarde, el horario matutino le ponía de malas, escuchar esas espantosas alarmas, salir cuando todavía no se pone el sol... era un desastre.
Y más llegar a la escuela y que te reciba un gringo irritante.
—Good day.— Sonreía con sátira, pues ahora con la verdad en sus manos, Alfred pensaba que podía controlar a la chica a su antojo, manipularla para que hiciera su voluntad y doblegarla cada vez que lo intentara golpear.
Más no salió cómo esperaba.
Nadie domaba a María.
Ella paso de largo, ignorando de manera acertada al rubio americano, evitando todo contacto con él y sus acciones burlescas. Usa se quedó con los brazos abiertos y anonadado por semejante insolencia.
—¡Hey!— Gritó antes de que la joven pudiera entrar a las edificaciones llenas de adolescentes. —Come on, ¿Para qué negar lo inevitable?— Usa alcanzó a la chica apresuradamente, no iba a permitir que lo dejara con las palabras en la boca.
—No se de qué hablas.—
—Claro que sabes.— Pasó un brazo por los hombros de la chica y la acercó a su cuerpo, cualquiera pensaría que era sin dobles intenciones, pero no era así, ¡Claro que había un plan tras su buena actitud! —Quiero proponerte algo.
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ᴛʀᴀɢᴏ ᴄᴏɴ ꜱᴀʙᴏʀ ᴀᴍᴀʀɢᴏ. [USAMEX]
FanficPᴏʀǫᴜᴇ sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴇs ᴍᴇᴊᴏʀ ᴅᴇᴄɪʀ ᴜɴ "¿ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴀs?" ᴀ ᴜɴ "¿ᴛᴇ ɪᴍᴀɢɪɴᴀs?" La vida está llena de experiencias, todos esperamos buenas cosas cuando sabemos que eso no siempre es posible. Bueno, María, a la que todos conocen como México, esperaba que su pri...