Los perros y los gatos se han odiado durante siglos, siendo las dos únicas razas de humanos sobre el planeta se vieron envueltos en guerras sangrientas por disputas de territorio, sin embargo un tratado de paz entre ambas razas puso fin a las batall...
Aquella fresca mañana de otoño Min Yoon Gi se encontró en la cama de una omega al abrir los ojos, no recordaba la identidad de la mujer en cuestión y no quería equivocarse llamándola por un nombre que no fuera el suyo, así que buscó su rostro y lo examinó con cuidado, era pálida, de labios finos y nariz redonda, con un par de orejas de perro del mismo color de su cabello, entonces su nombre volvió a su mente y cómo fue que terminaron juntos la noche anterior. Procuró no despertarla al levantarse, pero mientras se vestía la escuchó bostezar, ella lo quedó mirando y sonrió.
- ¿a dónde vas? –preguntó la mujer.-
- A trabajar, por supuesto. –contestó Yoon Gi.-
- Quédate un rato más conmigo.
Ella se incorporó en la cama y subió la cobija a la altura de sus pechos para cubrir su desnudez, Yoon Gi se acercó a ella y negó con su cabeza, estampando un beso en sus labios.
- Debo irme. –susurró.-
La rubia soltó un suave suspiro y asintió, mirándolo ponerse el saco para salir.
- ¿me llamarás? –preguntó ella.-
- Por supuesto que sí. –sonrió.-
Antes de irse, Yoon Gi lanzó un beso volador desde la punta de sus dedos y finalmente salió del departamento. Siempre decía que llamaría, pero una vez que conseguía que un lindo omega le abriera las piernas desaparecía de sus vidas. Min Yoon Gi era el hijo alfa del linaje puro de perros, de los pocos que quedaban en el mundo, sus cabellos eran negros como su lado animal, con orejas y cola del mismo color, pero a diferencia de su familia a él no le importaba involucrarse con zorros, gatos y las demás especies que habitaban su entorno, mientras fuese lindo y fuese omega estaba bien para él, aunque, por supuesto, sus padres lo ignoraban.
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Fue hasta el estacionamiento y subió a su auto para ir a su departamento, darse un rápido baño y cambiarse, volviendo a salir para ir ahora a su trabajo en la empresa familiar, aunque por el camino hizo una parada rápida para desayunar en el restaurante de uno de sus mejores amigos, quien se sentó junto a él, como siempre lo hacía.
- Está bien que te hayas casado con un zorro y ahora quieras aceptar a todos en tu círculo social, pero no creo que sea una buena idea invitar a mi familia a una fiesta donde asistirán gatos, zorros, lobos, leones y demás. –dijo Yoon Gi.- si no quieres que te hagan un desaire, es mejor que no lo hagas.
- Pero es por educación. –dijo Ho Seok.- no puedo dejar de invitarlos solo porque ellos se cierran a socializar solo con los de su misma raza.
Ho Seok era, al igual que Yoon Gi un alfa, aunque él era un gato de cabellos teñidos y orejas grandes, además de una esponjosa cola que no paraba de moverse, estaba casado con un zorro omega del que se enamoró perdidamente.
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