Copos de nieve blanca caían del cielo adornando los árboles, los tejados, los suelos de la ciudad iluminada en noche buena, villancicos se oían en todas partes, las familias cenaban felizmente unidas alrededor de una gran mesa, todo era perfecto. En un pequeño departamento lleno de adornos navideños un joven gato omega preparaba todo para recibir a su perro alfa, tarareaba los villancicos que aprendió desde muy niño, cocinaba con una amplia sonrisa las recetas que después de mucho esfuerzo logró perfeccionar, entonces terminó, sobre la mesa un par de velas blancas, un par de copas de vino blanco, un festín que había preparado con sus propias manos, se quitó el delantal y arregló su ropa y cabello lo más rápido que pudo cuando el sonido de la puerta lo hizo salir de sus pensamientos, su cola estaba algo inquieta, se acercó a la sala y entonces lo vio, era aquel chico de negros cabellos, vestido con un traje formal, pero sus orejas y cola estaban caídas, un suspiro lleno de pesadez se escapaba de sus labios, lo que hizo que aquella sonrisa de emoción desapareciera.
- ¿amor? -dijo Ji Min, ladeando levemente su cabeza.- ¿estás bien?
Al oír la dulce voz de su amado, Yoon Gi alzó la cabeza, esbozando una suave sonrisa mientras dejaba a un lado su maletín y asentía, acercándose al contrario para tomar sus manos y acariciarlas con suavidad.
- Estoy bien, solo estoy algo cansado. -contestó.-
- No es justo que te hagan trabajar en noche buena. -Ji Min hizo un puchero, mostrando así su disgusto.-
Debido a la ternura que le generó aquella reacción, Yoon Gi soltó una leve risa y con su mano acarició suavemente la regordeta mejilla de su amado, haciéndolo ronronear.
- Verte a ti hace que olvide todo lo malo. -susurró el mayor.- saber que estas para mí, que me esperas y me recibes con una sonrisa y un "¿qué tal tu día?" "¿cómo te fue hoy?"... me hace sentir tan especial, Jimin... que no quiero saber de nada más en estos momentos.
Entonces la sonrisa en el rostro del menor volvió junto a un suave rubor que provocó que intentara esconderse, pero Yoon Gi lo tomó de ambas mejillas y ladeó su cabeza para estampar un beso en sus suaves y carnosos labios, el menor no pudo resistirse, soltando un suspiro cerró sus ojos y se dejó caer en los brazos del alfa, continuando así con aquella demostración de amor.
- Te amo. -susurró Ji Min.-
Con una sonrisa se miraron a los ojos y se abrazaron, para después ir junto a la mesa y disfrutar de una cena navideña.
- Es la primera navidad que paso lejos de mi familia. -dijo Ji Min.-
- Lo es para mí también. -contestó Yoon Gi.- ¿te arrepientes?
Ji Min negó con su cabeza y miró su plato por un breve instante.
- Me siento mucho mejor solo contigo que rodeado de egocéntricos gatos que se creen lo mejor de la sociedad. -sonrió.- no cambiaría esto por nada.
Ante su respuesta Yoon Gi reiteró su sonrisa, asintió y alzó su copa acercándola al contrario.
- Por más navidades juntos, hermoso. -dijo Yoon Gi.-
Al igual que él, Ji Min sonrió y chochó su copa con la suya, repitiendo sus palabras, para después tomar del vino mirándose mutuamente a los ojos con tanto amor que es imposible de explicar.
- Casi lo olvido... te traje un regalo. -dijo Yoon Gi.-
El menor alzó nuevamente su mirada, atento y curioso, mientras Yoon Gi sacaba una pequeña caja de su bolsillo, forrada con papel de regalo rojo y un lazo blanco, las mejillas del menor enrojecieron instantáneamente de emoción y nervios, con la ilusión y el extraño temor de que dentro de aquella caja hubiese un anillo. Recibió el regalo y retiró el lazo junto con el papel, para después abrirla y encontrarse así con un collar, se sorprendió, tenía un dije de luna con una piedra brillante en forma de corazón, su pecho sintió un alivio, era demasiado pronto para pensar en casarse, pero aquel gesto de parte de su amado logró llenarlo de alegría, se colocó aquella prenda y se levantó de su asiento para ir a besar los labios de su alfa, siendo correspondido sin dudar.
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Como Romeo y Julieta || Yoonmin
Fiksi PenggemarLos perros y los gatos se han odiado durante siglos, siendo las dos únicas razas de humanos sobre el planeta se vieron envueltos en guerras sangrientas por disputas de territorio, sin embargo un tratado de paz entre ambas razas puso fin a las batall...