LA ORACIÓN CIENTÍFICA

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La Oración Científica consiste en ver a Dios donde los problemas aparentan estar. Cuando una persona parece estarse portando mal, vean la Presencia de Dios en ella. Cuando crean que una parte del cuerpo esté enferma o dañada, vean la Presencia de Dios allí. Cuando crea que parezca haber una escasez, vean la Presencia de Dios y demanden el Amor Divino también; y cuando sientan la sensación de Amor Divino, su demostración ya estará hecha y lo que ustedes necesitan vendrá. No es necesario que sea una experiencia excitante, lo cual podría ser algo mera­mente psíquico. Una fuerte convicción de la Verdad con un sentido de Amor Divino es lo que demostrará bajo la circunstan­cia que sea. Ustedes tienen una fuerte convicción de que dos más dos suman cuatro, de que Chicago queda en Illinois, de que la Estatua de la Libertad queda en New York. No discuten acerca de estas cosas; sencillamente saben que son verdad. Tengan la misma convicción callada y firme en cuanto a sus aseveraciones de la Verdad, y demostrarán. A veces logran una bella sensación de paz en cuanto al problema -la paloma sale volando- pero esto no tiene que pasar para que ustedes hagan su demostración. Como regla general, la obtendrán sin ésto. Si una paloma sale volando, cesen de trabajar.

MANTENER EL SILENCIO

No hablen acerca de sus oraciones; mantengan sus asuntos espirituales en privado. No le digan a nadie que están orando para tal o cual cosa, o de tal y cual manera. Mantengan en secreto los asuntos de su alma. Cuando logren una demostra­ción, no salgan corriendo inmediatamente a decírselo a todo el mundo. Mantengan el silencio hasta que haya tenido tiempo de cristalizarse -como quien dice. Cuando Jesús curaba gente, les decía: «Ahora ve y no se lo digas a nadie.» Mateo 8:4-Marcos 1:44-Lucas5:14
Ya que Dios es Amor, Dios nunca castiga o amenaza a nadie. La acción de Dios sucede sólo para sanar y confortar e inspirar. Cuanto más nos acercamos a Dios, tanto más felices, pacíficos y sanos somos. De hecho, los problemas y las enferme­dades son, en realidad, la manera en que nos hacemos conscien­tes de que hemos perdido el sentido de Su Presencia. Cuando cometemos errores o actuamos mal, el castigo que atraemos sobre nosotros mismos es la consecuencia natural de la ley que hemos quebrantado, y continuaremos sufriendo hasta que cese­mos de quebrantar la ley. Éste es un arreglo sensato y misericor­dioso, ya que no podríamos aprender de ninguna otra forma.
Una estufa al rojo vivo te quemará la mano si la tocas. Eso es algo bueno porque si no lo hiciera, quizás algún día, inadvertidamen­te, pondrías la mano en el fuego y se te quemaría antes de que te dieras cuenta. Dios es Amor, y Dios es el único poder.

Emmet Fox
Contribución

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