3

1K 106 33
                                    

El cielo se ha vuelto completamente de un gris oscuro y opaco, sin rayos que se filtren a través de los nubarrones cargados. La brisa es más fresca y fuerte que antes, y arrastra las hojas secas por el suelo produciendo un sonido leve y áspero.

Ambos caminan uno al lado del otro, hablando, riendo, pisando las hojas que crujen bajo sus pies. Se acercan cada vez más a su destino. Pueden distinguir a lo lejos, en la entrada de la primaria a la que asisten Shigeru y Hanako, que no hay muchas personas, está casi vacía, a excepción de los niños que al igual que ellos aún esperan a que los retiren.

Se paran en las rejas de la entrada, y los buscan con la mirada.

—Allí — dice Kanao, señalando con un asentimiento a un lugar no muy lejano.

Él mira en la dirección indicada y puede ver a sus hermanitos sentados sobre un cantero, hablando con otros niños, y con una maestra a cargo en un lugar cercano.

Sonríe al reconocerlos, y luego dice, con un tono de voz lo suficientemente fuerte como para que lo oigan:—¡Hanako! ¡Shigeru! — mientras mueve de un lado a otro su mano para llamar su atención.

Ambos se giran hacia él y bajan del cantero poniéndose sus mochilas sobre los hombros. Intercambian un par de palabras con los demás niños, que supone que son una despedida, y comienzan a correr hacia la entrada seguidos de la maestra.

—¡Hermano! — Shigeru lo llama alegre y se lanza a abrazarlo tan pronto como llega hacia él.

—¡Kanao! — Hanako dice parándose frente a ambos con los ojos brillantes de emoción —¡Vinieron ambos!

—Mmhm — Kanao asiente con una sonrisa amable a la niña.

~♡~

Luego de un pequeño intercambio con la maestra a cargo de los niños, todos juntos retoman el camino.

Los niños van un tanto adelantados a ellos en paso, pero no tanto como para no oír lo que dicen.

—¿Por qué no vino mamá? — Shigueru pregunta.

—Tenía una reunión en el colegio de Takeo — explica Tanjiro — no quería que esperaran demasiado por ella.

—Entonces vinieron tú y Kanao — dice Hanako.

—Mmhm — asiente Kanao con una pequeña sonrisa su izquierda.

—¿Cómo estuvo la escuela? — pregunta él, como lo hace todos los días. Le gusta hablar con sus hermanos pequeños sobre cómo fue su día, ayudarlos con sus problemas y a organizarse con sus tareas siempre que puede.

En el momento en el que termina su frase, Shigueru se exalta y se saca su mochila de los hombros, para luego abrirla y buscar un cuaderno en ella, frenando el paso de todos.

Lo abre y comienza a pasar las hojas hasta detenerse en la última escrita. Entonces gira el cuaderno y lo levanta con orgullo frente a su hermano mayor para que pueda leer lo que dice.

"¡Aprobado! ¡Calificación perfecta! Felicitaciones, Shigueru." Escrito con tinta brillante de color verde y a un lado un sello de un gato sonriente del mismo color.

—¡Obtuve un sello! — dice emocionado.

Tanjiro no lo puede evitar, la sonrisa llena de emoción en su hermanito provoca la suya propia a su vez que su pecho se llena de orgullo. Fue el examen de matemáticas por el que su hermanito se preocupaba hace un tiempo, y para el que lo ayudó a estudiar durante horas hasta que estuviera completamente seguro de sí mismo.

—¡Increíble! — dice, acariciando su cabeza como siempre lo hace — Sabía que podías hacerlo.

—Yo también quisiera un sello — Hanako hace un puchero mientras Shigeru ríe bajo la caricia de su hermano.

Confesión En Otoño | TanjikanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora