Más que una pasión

Diana

-Elizabeth!¿Qué horas de levantarse son éstas?

Abro apenas los ojos, miro alrededor observando mi alcoba.
Diana, mi dama de honor, me mira desde la cabecera de mi cama, sólo logro ver su contorno ya que el sol hace resaltar sus rizos atados con su pañuelo favorito.

-Hoy es día de compras mi señora- se cruza de brazos obviamente decepcionada por mi actitud mañanera- vamos señora, su desayuno la espera.

Sin decir nada más se va y me deja sola, me siento sobre la cama y veo que ya me eligió el atuendo de hoy.
Agarro mi vestido color azul desgastado con encaje blanco en el cuello y mangas, lo miro con detenimiento.

-Era el favorito de mamá- pienso mientras me quito el camisón.

Todavía no entiendo la maldad de las personas, cómo van a asesinar a una mujer embarazada? Ella sólo buscaba ser aceptada en la sociedad, al igual que mi padre, pero la única solución que tuvieron fue matarla, junto con lo que iba a ser mi futuro hermano...
Pero no es tiempo de pensar en el pasado, ya pasaron 7 años desde éste suceso, mamá hubiera querido que sigamos adelante.
Aunque siempre pensé, cómo sería vivir en otro siglo, 1789 no me parece una época muy agradable, además, soy demasiado curiosa y atrevida como para vivir en Francia en éstos tiempos. Ya con 17 años mi padre me está buscando esposo.
Me alejo de mis deseos fantasiosos.
Observo los zapatitos de tacón que están junto a mi cama, sobre mi baúl de abrigos, y al lado de unos pendientes color turquesa.

-Cuánto tiempo estuvo Diana esperándome?- me termino de vestir para poder bajar a tomar el desayuno.